Edgardo Kogan analiza tácticamente el sexto juego de las finales de la Liga Uruguaya, en el cual Aguada se impuso y llevó la serie a un séptimo y decisivo encuentro.
En un sexto juego donde Aguada emparda la serie 3-3, donde el análisis se hace más difícil porque las sorpresas ya no sorprenden tanto en esta continuidad de juegos y la repetición de situaciones técnico-tácticas. Aguada se mostró sumamente superior a su rival, empezando por la energía, intensidad y concentración con que enfrentó el juego, que no es un detalle menor en el análisis de una final.
Ambos equipos empezaron defendiendo hombre a hombre, pero el rojiverde fue mucho más agresivo en la defensa. La situación de dejar hundido a Feeley en los picks jugados por Mazzarino se volvió a dar de arranque, pero una vez que subió la intensidad el foráneo iba cada vez más arriba. Como Malvín intentó poner en juego a Kamp también en esta situación, Smith también se involucró más en la situación, pero en cualquier caso el aguatero llegó hasta a hacer cambios defensivos dejando a Mazzarino con su interno y Bavosi pasándole por adelante a Hatila o Kamp.
Aguada volvió a poner en juego sus transiciones rápidas, lo que no había logrado el juego anterior, con salidas permanentes de sus perimetrales y caídas de sus internos, y dos situaciones claras cuando debió jugar en media cancha. Primero, el pick central de Demian o Bavosi atacando permanentemente el balón, y la situación del alto-bajo con uno posteado y otro fuera de la línea de tres puntos para que la cancha le quedase grande a Malvín. El playero no pudo nunca jugar rompimientos ni fluir en ofensiva, siendo Hatila la única vía de gol, o algún segundo tiro que logró encontrar.
En el inicio del segundo cuarto se da lo mejor del juego, y lo más provechoso para analizar tácticamente, lo que sorprendió, que fue la ubicación de Federico Pereiras como base en vez de escolta, liberando a Bavosi y Demian Álvarez, y tomando en cuenta que el "Hechicero" Cabrera no contaba con Diego García como recambio.
Como Malvín utilizaba un jugador alto para defender a Pereiras, ya sea McGuire o Souberbielle, y pocas veces utilizó los tres chicos juntos lo cual le podría haber dado una presión defensiva más elevada, permitió que Pereiras subiese el balón y lo entregara a que Álvarez o Bavosi generaran en uno por uno mucho daño a la defensa de Malvín. En este período es cuando Aguada abre una mayor diferencia.
Pablo López buscó variar desde lo táctico poniendo a McGuire o Souberbielle de “4”, pero fueron pocas las veces que logró sacar ventaja. Aguada desde el tono defensivo y la defensa del pick, más rotaciones defensivas muy bien ejecutadas, para provocarle problemas a Malvín en ataque y en contrapartida sentirse cómodo corriendo y marcando el primer tiempo con un 46-29 que luego sería indescontable.
En el segundo tiempo el análisis se desvirtúa porque Aguada mantiene estrictamente su plan, abre una diferencia que llegó a ser de 27 puntos, vuelve a jugar con cuatro abiertos y hacerle muy grande la cancha a Malvín para defender, manteniendo a su rival confuso y trabado.
El playero trató de acercarse de alguna manera jugando traps (atrapes), doblajes y rotaciones, era más desde lo impulsivo, desde el tratar de descontar qué desde el pensar cómo hacerlo. Así llegaron a un final de juego con una ventaja cómoda para el aguatero y donde algunos triples y apariciones de Kamp "maquillaron" el resultado.
Estamos de cara a una séptima final apasionante que seguramente todos quienes amamos este deporte disfrutaremos de una manera u otra, en lo que significará la definición de la Liga Uruguaya.



