Biguá logró clasificar a playoffs al repetir la victoria ante Ferro Carril de Salto, quien finalizó su camino en esta edición de LUB.
Con más dificultades de las previstas, los dirigidos por Federico Camiña sacaron una diferencia definitiva a partir del tercer cuarto, quebrando la resistencia de un equipo salteño que mejoró mucho con respecto al cotejo anterior. La figura desnivelante de Andre Spight inclinó la balanza para los locales, quienes ahora enfrentarán a Aguada.
El inicio mostró un trámite de paridad entre ambos rivales. Los ferroviarios ingresaron con un alto nivel de energía e intensidad de marca, respecto a lo mostrado el pasado miércoles. Plantearon una defensa dura, alternando marcación personal de Christian Williams sobre Spight con zona 1-2-2, para evitar la incidencia del norteamericano como motor generador de juego y puntos en Biguá. Si bien ese objetivo lo lograron a medias, ya que el californiano logró 25 tantos en 20 minutos, se sostuvieron con empate a 16, recargando las acciones sobre el poste bajo con supremacía en los rebotes y puntos de segunda oportunidad. Sin embargo, la marcación grupal perdió alcance sobre el cierre, y con tres triples en menos de un minuto, el Pato se llevó el cuarto por 27 a 16.
Con los dos goleadores en el banco al comenzar el segundo parcial, la integración de formaciones alternativas favoreció en primera instancia a los franjeados, conectando un rápido 9 a 0, al usufructuar los cortes por el lado débil en las descargas en penetración tanto de los extranjeros como de Rogelio De León, quien mejoró respecto del primer encuentro. Esto motivó al público visitante, quien apreció a sus jugadores plantarse firme en cancha impidiendo que el partido se definiera rápido. Al ver perder la ventaja, Camiña retornó a Spight quien ofreció los mejores minutos en cancha: verticalidad, tiro de tres puntos, desde el aclarado quebró a su marca en step lateral, o buscando al compañero libre en la doble marca de los salteños ante sus conversiones reiteradas. El tanteador llegó a 50 a 40 para Biguá, la mitad de ellos conseguidos por su brillante figura.
Esta dependencia de un jugador, si bien le solucionaba problemas al Pato, aparecía como un recurso insuficiente, en la medida que el resto de los compañeros no lo acompañara para sumar a su alrededor. Y así fue en el tercer cuarto: el escolta anotó cuatro tantos, y fue todo lo que logró su equipo en siete minutos: los porcentajes de tiro cayeron en picada: entre Nicolás Catalá y Juan Ducasse cerraron un 1 de 13 en tiros de tres puntos. Los salteños vieron su posibilidad, atacaron el punto débil de su rival que es la irregularidad defensiva ya mostrada en otros juegos, y se colocaron a una posesión, 56 a 54. Como en las etapas anteriores, lo cerró mejor el de Villa Biarritz a través de Alex López y Matías Espinosa con acciones individuales, para irse a ocho de distancia, 62 a 54.
El entrenador local hizo ajustes para la definición, implementando una zona 2-3 para defender mejor la pintura, en tanto los internos salteños ganaban el duelo con tiros de alto porcentaje, ante un Josh Cunningham que tuvo muy magro desempeño. En ese momento Ferro pagó el precio a lo que fue su mayor error en su ciudad: las pérdidas de balón. Tuvo cinco en el cuarto, que permitieron puntos en contragolpe, y la mayor profundidad de plantel le dio otras opciones al local, distanciándose y sentenciando la serie. El tanteador final de 88 a 70 marcó como justo ganador a Biguá, en tanto Ferro se dio el gusto de ofrecerle a su parcialidad un mejor rendimiento, aunque no le alcanzó.
LO DESTACADO
Andre Spight: Si no hubiera sido por él, este partido habría llegado a una definición cerrada. 29 puntos en su haber con cinco triples, líder en eficiencia, fue fundamental no sólo por el gol en la mano y su destreza técnica, sino por desacomodar a toda la defensa que, con tal de limitarlo, generó espacios concediendo ventajas en bloque. Una actuación, como últimamente ocurre, digna del mayor elogio.


UNO x UNO

Bavosi (5): No pudo destacarse, con dificultades en la marca perimetral. Spight (9): El factor de la victoria. Catalá (5): Su aporte con el tiro a pie firme tuvo escaso éxito con 1 de 5 en triples. Cunningham (3): De los peores encuentros en esta LUB, sin puntos y sólo dos rebotes, perdió minutos en cancha. Tello (6): Líder en rebotes de su equipo, y se unió en las transiciones rápidas tras fallos de su rival. Ducasse (5): Activo en el rol defensivo, pero erró los ocho triples que intentó. Cerminato (6): Buen partido, aportó orden cuando quedaron sin gol. Espinosa (6): De menos a más en el juego, fue importante para sacar la ventaja definitiva. Lopez (7): Convirtió goles en momentos de definición, destacado. Rodriguez, Payovich y Díaz (-): Jugaron los minutos finales. Camiña (7): Pudo recuperar la ventaja que había perdido, comprometiendo al resto de los jugadores en complementar a Spight. Su mayor objetivo, como él mismo lo ha declarado, es lograr una mayor consistencia defensiva, de cara a los cotejos decisivos ante Aguada.

Giano (5): Rindió mejor al comienzo, siendo dinámico en primera línea. Luego abusó del tiro a distancia. Williams (7): Asumió protagonismo, fue importante en la reacción del complemento. Barnes (7): El mejor de Ferro, goleador con 22 tantos y 12 rebotes, mostró su calidad. Domingos (6): Como el anterior logró doble dígito, incidió de buena manera en las descargas cortas con gran potencia de salto. De León (6): Mejoró respecto del juego anterior, comprometido en los rebotes, recibió un merecido aplauso. Andrés Caballero (4): No pudo contener a Spight, lo superaron. De los Santos (4): Presencia nominal en cancha. Angel Caballero (5): Algo mejor que su hermano, escaso aporte en ataque. Cerpa y Cardozo (-): Poco tiempo para ser analizados. Ferreira (4): Motivó a sus jugadores quienes redondearon una mejor expresión colectiva, manteniéndose en el tanteador. Pero debió evitar una doble técnica por reiteradas protestas que le valieron la descalificación en el mismo primer tiempo.
VAR
Washington Chamorro, Andrés Haller y Andrés Bustelo (6): Tuvieron algunos errores de apreciación, como un tapón ilegal a Biguá que no se cobró debidamente. Luego mejoraron en la parte final sin incidir en el resultado.
LO DISTINTO
Se dio un emotivo homenaje a la generación de Biguá que consiguiera el último ascenso a Primera División, en enero de 1985. Desde aquel triunfo ante Tabaré, el conjunto de Villa Biarritz tiene 40 años ininterrumpidos en la máxima categoría. En el entretiempo recibieron su medalla y un cuadro alusivo entre otros: Germán Haller, Alvaro Ezcurra, Hugo Suárez, Ricardo y Gustavo Brause, Favio Ottonello. Con imágenes en la pantalla gigante sobre aquel logro, los espectadores locales dedicaron una ovación a quienes, gracias a esa conquista, forjaron esta extensa permanencia en nuestra Liga.
