Serie atípica si las hay, el contexto hace que los antecedentes queden muy lejanos, y que el presente sobre todo para el equipo de Urunday, no tenga mucho que ver con esa imagen.

Estos equipos se enfrentaron en dos oportunidades mostrando mucha paridad, en ambas ganó el local, Urunday en el apertura 81-75 y Malvín en el clausura 82-71. Lo que si fue dispar fue récord final, donde el playero terminó con 22 victorias y 7 derrotas, mientras que su rival con 16 y 12 respectivamente, marcando la clara diferencia que los hace entrar a Playoffs como primero y octavo.

A nivel individual, los líderes de Malvín son: Michael Hicks en puntos con 15.2 por juego, en un goleo bastante repartido para el playero; Kiril Washman con 9.9 Rebotes por partido y Juan Santiso con 5 asistencias por encuentro. Por el lado de Urunday, Shaquille Johnson con 21.5 puntos, seguido por Tyrone Lee con 17.8; Andrew Feeley con 9 rebotes y Shaquille Johnson con 5.4 asistencias por noche, secundado por Mauro Zubiaurre con 4.6. De los jugadores del estudioso, ninguno permanece en el plantel.

Ahora sí, volvemos al presente que es lo que nos invita a estar interactuando sobre este tema. Comencé diciendo que muy poco tenía que ver la imagen del presente con lo que ya pasó. Es que en el caso de Urunday, cambió cuatro de sus cinco jugadores iniciales. Todos esos líderes que mostramos antes ya no están, siendo la pérdida mas importante la de Mauro Zubiaurre, ya que reglamentariamente no pudo remplazarse con otro jugador. En el caso de los extranjeros, cambió a los tres, pero sin cambiar mucho la estrategia, buscando roles y fortalezas que a priori parecen similares. Por Johnson vino Patrick Bacon, un veloz base/escolta norteamericano que va tener su primera experiencia internacional con 23 años, en el lugar de Feeley vino Jack Rauch, de 23 años, un cuatro abierto con lanzamiento a distancia, mientras que por Lee llego Corbin Jackson, interno a quien ya conocemos por su pasaje en El Metro 2019 con buena campaña.

Por el lado de Malvín, hay un solo cambio de jugador, Roquez Johnson no formará parte del playero, lo sustituirá Raven Barber con pasado en liga Argentina. A diferencia de su rival, no tuvo cambios sustanciales en su estructura, es más, durante este tiempo se potenció, alargando mucho su banca de suplentes con jovenes de gran tarea en El Metro (Pomoli, Cohelo, Grolla, García, Cabillón, Capalbo). La única incertidumbre en la composición de Malvín es el estado sanitario de Nicolas Mazzarino y Juan Santiso, piezas fundamentales en este plantel que no jugarán el primer partido.

¿Que debemos esperar de Urunday?

Ver como reacciona a toda la reestructuración del plantel, los extranjeros son jóvenes y eso muchas veces lleva sorpresas tanto en contra como a favor. También debemos esperar más minutos de Morena y Suárez, Son el recambio natural en el perímetro, tienen una buena oportunidad para ganarse un lugar a futuro. En cuanto al juego, plantel atlético para explotar, mas corto que el de su rival, por lo que Da Prá deberá manejar los descansos a la perfección. Tácticamente, dependerá mucho de las características de los extranjeros, lo veremos durante la serie.

¿Qué debemos esperar de Malvín?

Lo mismo de siempre, las estructuras ganándole a las individualidades, el trabajo de años del Malvín de López, que en este caso ayudarán a disimular algún problema sanitario que acarrean Mazzarino, Santiso y Barber. En cuanto al juego, transiciones estructuradas, juego de pases sin que el balón quede muerto, poste bajo de Hicks para generar, juego de indirectas + pick para desde ahí crear las primeras ventajas.

Clave fundamental para ambos: el ritmo de juego. Romper el dinamismo de las estructuras de Malvín, o detener la verticalidad de Urunday, puede ser determinante para llevarse algún punto de los cinco en disputa.

Parece una primera fecha, pero es playoff. Es primero vs octavo, pero se empieza de cero. La cancha hablará, nosotros disfrutaremos.