Recibiendo al equipo de Básquet Total en su casa, el lituano charló largo y tendido sobre todo lo que ha acontecido en su vida. Desde tener que irse a vivir de chico a otro continente hasta terminar jugando en el básquet uruguayo siendo parte de un campeón que nadie tenía en los planes. Pónganse cómodos que se viene, pasaporte en mano, Zygimantas Riauka.
En una amena y calurosa tarde de sábado, un hombre alto nos recibió en su casa, muy cerca del Club Olimpia. Al pasar a su comedor, noté que en la tele había una pelea de UFC entre Khabib Nurmagomedov y Justin Gaethje, la cual “Ziggy” quería mirar, ya que nos comentó que le gustaban las artes marciales mixtas. Mientras el bueno de Nurmagomedov le hacía infinitas llaves a su rival para poder llevarse la victoria y retener el título (algo que terminó sucediendo de manera prematura), se empezó a dar la charla.
¿Cómo fueron tus inicios?
Yo nací en Klaipeda, una ciudad costera de Lituania. El básquet en mi país siempre fue una de las cosas más importantes. Si no estás jugando, estás entrenando. Si no estás entrenando, estás arbitrando o algo parecido, pero siempre relacionado al básquet. Cuando tenía 7 años y medio, mi padre decidió mudarse a Estados Unidos porque el tío de mi madre solía vivir ahí. Un año más tarde, mi madre y yo nos mudamos para allá. Pasé de terminar el primer año de la escuela, y en un período de dos semanas, estar cursando tercero de escuela en Estados Unidos debido a la diferencia con el sistema escolar de ahí. Eso fue un poco diferente porque yo no hablaba casi nada de inglés.
¿Alguna vez intentaste jugar otro deporte?
Aparte del básquet, intenté jugar al voley en séptimo grado. No pude quedar en el equipo, era muy malo y a pesar de que era uno de los más grandes del equipo, aún así no me eligieron (risas). Después fui a secundaria y empecé con el básquet todo el tiempo. La gente se me acercaba y me preguntaba por qué no estás jugando voley y yo les decía que no, que quería dedicarme al básquet para toda la vida.
¿Cómo fue pasar de vivir en Lituania a vivir en Estados Unidos?
Fue muy difícil porque al principio ni mis padres ni yo hablábamos inglés. Siempre me quedaba en casa, además de que soy hijo único hizo que fuese un poco más complicado. Sin embargo, había una gran comunidad de lituanos en Chicago, que es la tercera o cuarta ciudad con más lituanos, entonces fui capaz de adaptarme a eso. Incluso fui a una escuela lituana los sábados, la cual odiaba (risas). Igualmente, ahora la extraño porque hice amigos ahí, pero era algo muy complicado porque tenía que ir cuatro horas un sábado después de haber ido de lunes a viernes a la escuela “normal”. La mayoría de mis amigos son gracias al básquet.

¿Cuándo decidiste que ibas a ser jugador profesional?
Desde chico siempre quise ser jugador de básquet. La primera idea que tuve por mi cabeza fue ir a la universidad y después de eso, jugar. No me importaba como, de alguna forma iba a lograrlo.
¿Tus padres te pusieron alguna traba por eso?
Mi padre me dijo: “adelante, hazlo. Te apoyo al 100%”. Mis padres siempre me han apoyado en mis sueños y en lo que quiera hacer. También me dijeron que mientras sea feliz y haga lo que me gusta, que haga lo quiera. Igualmente siempre se puede volver a trabajar algo normal (risas).
¿Sentiste alguna vez ganas de dejar el básquet?
No, nunca. Nunca se me pasó por la cabeza dejar de jugar. Esto es divertido y es algo por lo cual vivo el día a día. La competición es genial y la gente siempre apoya. Está muy bien la vida del extranjero, siempre me quedo por aquí en la vuelta, además de que juego y hablo con mis amigos que están en otras partes del mundo gracias al Playstation y a las videollamadas.
¿Cómo se fue gestando tu llegada a Uruguay?
Jugué dos años en España en LEB Plata (tercera división) y LEB Oro (segunda división). Después de eso fui a Dinamarca y a Alemania. Estuve un mes entero de vacaciones en casa y uno de mis amigos solía jugar aquí en Uruguay (Chris Gabriel en Stockolmo). Nosotros habíamos coincidido en Dinamarca y le hablé mientras estaba jugando acá para ver cómo era la ciudad y algunas cosas más. Quería ver como se sentía estar acá porque soy una persona bastante curiosa. Nunca había estado en Sudamérica y pensé “¿por qué no ir en verano entre temporadas y ver que pasa?”. Resulta que me terminé quedando un poco más, por suerte.
¿Qué te ha parecido Uruguay en este año y medio?
Aquí todos están bastante relajados. La mayoría de la gente suele llegar tarde a los lugares, mientras que en Estados Unidos siempre intentan estar a tiempo. Me encantan más las vibras de acá (risas). Me pasó lo mismo en España y disfruté mucho de ese estilo de vida, de estar relajado y no tener que llegar siempre en hora.

¿Cómo consiguió tu agente la posibilidad de venir a jugar a Miramar?
No fue a través de un agente, fue con alguien a través de Facebook, la misma persona que le había conseguido a Chris el trabajo en Stockolmo. Y le dije si me podía encontrar algún lugar. Estuve esperando como por dos semanas hasta que me dijo que sí, que había un lugar para mí, pero tenía que firmar en ese mismo momento. Yo no hice ningún tipo de búsqueda sobre el club y vine con el pensamiento de vamos a ver que pasa.
Se ha rumoreado que Esteban Yaquinta para intentar convencerte de que juegues en Miramar te envió una foto de la piscina de Olimpia diciendo que era la de Miramar. ¿Tenes algo para decir al respecto?
Todos me preguntan por eso, no voy a decir nada (risas). No creo que él me haya dicho eso, pero lo que él sí me dijo fue después del segundo partido me dijo sobre Olimpia y que estaban interesados en mí. Él me mostró algunas fotos del club y la foto de la piscina. La gente torció la versión y quedó así. Ya de paso, vi que (Esteban Yaquinta) pudo ascender estos días con Urupan, lo cual me deja muy contento por él porque es un gran entrenador.
¿Cuándo se dieron cuenta de que podían lograr el ascenso con Miramar?
Desde el principio de la temporada porque tuvimos la suerte de ganar los primeros partidos. Todos estaban medios asustados de jugar contra Peñarol, pero yo dije que teníamos que estar relajados porque a pesar de haber perdido contra ellos, ese partido no lo jugamos bien. Ellos debían ser ese equipo que ganara sin sufrir los partidos y nosotros hicimos un muy buen papel frente a ellos. También tuvimos bastante suerte que a Peñarol le sacaran puntos por el tema de las apuestas, porque sino no hubiésemos jugado contra Cordón.

¿Qué impresión te dejó la gente de Miramar?
Son increíbles. Ellos aún me mandan mensajes y saludos. Todavía sigo estando en el chat del equipo y hablamos un poco por ahí. Es más, hace poco hicimos un asado conmemorando el campeonato del año pasado. Somos una familia bastante cercana y todavía seguimos en contacto.
Ahora cuando se reanude la Liga van a tener un duro partido con Malvín para ver quién se queda con el número 1, ¿cómo está Olimpia?
Sí, el 31 de octubre jugamos contra ellos. Cada día en práctica siempre estamos pensando en “Malvín, Malvín, Malvín”. Nosotros ya estamos listos para eso. Brian (García) y Pablo (Macanskas) fueron los que más demoraron en llegar por El Metro. Los estábamos esperando para de esa manera tener a todo el equipo practicando para poder afrontar las cosas de la mejor manera posible.
Estás en un equipo muy competitivo, ¿qué es lo que más destacarías de este Olimpia?
Amo la manera de entrenar de Jauri. Él no te dice mentiras, siempre te trae la información detallada del rival y va derecho al punto, lo que hace que admire su forma de entrenar.Tenemos muy buenos jugadores que hacen que la bola pase de un lado a otro. Todos saben jugar al básquet y lo hacen de manera inteligente. Acá todos tienen que jugar bien porque todos somos importantes y somos un equipo, no solo una persona.Es muy lindo pertenecer a este grupo humano.
Se acercaba el partido contra Malvín y explotó el Coronavirus en Uruguay, ¿cómo te afectó a vos y que te dijo el club ante tal panorama?
Ellos nos dijeron que la Liga se iba a posponer como por dos semanas y me dijeron que haga cuarentena por un par de días. Entonces fui al supermercado y compré bastantes cosas, pero al día siguiente me llamaron y me dijeron que me tenía que ir en dos días porque era el último vuelo que salía. Empaqué todo muy rápido y me fui a Chicago con mis padres.
¿Cómo es la situación del Coronavirus en Chicago?
La situación está mal, pero si tomas los cuidados necesarios no pasa nada. Allá no todos son inteligentes y a algunos no les gusta usar la mascarilla y esas cosas, pero el problema era que todos los gimnasios estaban cerrados, en realidad todo estaba cerrado y ni siquiera podías ir a dar una vuelta.

Lo bueno es que fue un momento para ponerse al tanto con la familia, y voy a ser sincero, no me afeité durante la cuarentena (risas). Después fui a Florida, a algunos restaurantes porque eso sí se podía hacer. Pasamos un muy buen rato ahí y a mí el coronavirus me vino bien, dentro de todo.
Después de dejar la cuarentena atrás y volver a Uruguay, ¿qué se sintió jugar en el clásico rival de Olimpia?¿La gente te dijo algo?
Fue entre los clubes que arreglaron mi fichaje por Sayago. A pesar de que son rivales, los dirigentes de los clubes se llevan bien. Hicieron un acuerdo que sirvió tanto para Sayago como para Olimpia, entonces terminé practicando para los dos. Olimpia quería que me ponga bien físicamente para los Playoffs, lo cual fue algo bueno para mí.
¿Consideras que llegas con cierta ventaja comparado con los demás extranjeros?
Estoy 100% seguro de eso. Vengo practicando hace aproximadamente unos tres meses antes de que la temporada se reanude y fue algo que me sirvió porque si no hago nada quedo fuera de forma rápidamente.
¿Cómo evalúas El Metro hecho con Sayago?
Hicimos un buen papel, aunque pudimos haberlo hecho mejor. Lamentablemente tuvimos problemas de lesiones al principio, y también había mucha gente jóven, entonces eso hizo que tardamos un poco más en tener una buena química. A pesar de eso, ganamos los últimos cinco partidos al hilo en la fase regular. Estuvimos a un juego de la semifinal y me hubiese encantado jugar contra Pablo (Macanskas), ya que estuvimos intercambiando mensajes jodiendonos entre nosotros.
Ahora que estás enfocado solo en Olimpia, ¿cuál es el objetivo?
Intentaremos ganarlo todo. Desde el día uno estamos con esa mentalidad de querer ganar, todos estamos muy ilusionados con eso. Por suerte tuvimos 4 jugadores jugando Metro (Macanskas, García, Newsome y yo), además de que son jugadores importantes para el equipo y es vital que estén en forma.
¿Te gusta Uruguay?
Me gusta estar aquí, es un lindo país. El clima y la playa son geniales, sumado a que las personas son muy amables y amigables, no me puedo quejar. El básquet uruguayo también es bueno y lo disfruto.
Has jugado para la U20 de Lituania y para la selección uruguaya en partidos amistosos, ¿que se siente representar a un país?¿Te nacionalizarías?
Fue un verdadero honor representar a Uruguay en el NBA G-League International Challenge. Estaba en shock y no lo podía creer. Fue algo muy positivo porque la gente y el equipo ayudaron mucho. Es divertido jugar contra aquellos que integraron ese plantel en la Liga porque siempre de una forma u otra los jugadores aquí se ven bastante seguido. Eso me pasó en El Metro con Miramar y es lindo siempre tener un rostro familiar al cual enfrentar. Uno siempre quiere dar lo mejor así después se le pueden hacer bromas al otro. Por supuesto que lo haría y sería un honor, lo dije desde el primer día.
Todos los que te han visto jugar destacan que siempre contagias buena energía a tus compañeros. ¿Estás orgulloso de eso?
Siempre intento ser un tipo amable. No me gusta tener problemas con otro jugador. Intento llevarme bien con todo el mundo. También intento ganar y puede que discuta un poco con los jueces, pero es parte del juego porque tanto ellos como yo podemos errar en nuestro trabajo. No se puede tener todo.
¿Te han exigido de más por haber nacido en uno de los países con mejor calidad en lo que refiere al básquet?
Nunca fue una presión para mí. Nací jugando al básquet en Klaipeda y nací jugando de la manera correcta. Para serte honesto, no me interesa anotar puntos, pero sé que a veces me piden que esté más presente en ataque. Por ejemplo en Sayago al principio fue un poco difícil para mí porque yo quise jugar para el equipo y la gente me decía que anotara más. Depende de cada equipo y depende de lo que cada entrenador te pida, si es un entrenador más defensivo u ofensivo.
¿Quién es Zygimantas Riauka?
Un jugador de básquet que le gusta relajarse, jugar al Fornite y a todo tipo de videojuegos, hablar con amigos y pasarla bien.
PING PONG
¿Vino o cerveza? Vino.
¿El invierno o el verano? El verano, sin dudas.
En fútbol, ¿Nacional o Peñarol? Nacional.
¿Es el asado la mejor comida que has probado? No sé si la mejor comida, pero me gusta el ambiente que genera.
Si no fueras jugador de básquet, ¿qué serías? No me molestaría entrenar, pero jugar videojuegos de manera profesional me encantaría.
¿Quiénes son tus basquetbolistas favoritos? Luka Doncic, Nikola Jokic, LeBron James.
¿Joda de noche o mediodía tranqui? Soy más de la noche.
¿Alguna meta por cumplir? Me gustaría ganar la Liga.
¿Trump o Biden? No me interesa realmente, no voy a votar.
¿Tenés algún hermano que te haya dado el básquet? Jimmy Gavin. Fuimos al colegio juntos y seguimos hablando al día de hoy.
Mejor jugador con el que jugaste: Johwen Villegas es un gran anotador y varias veces me ha dejado sin palabras.
Un entrenador que te haya marcado: Gerardo Jauri.
Un momento que vas a recordar siempre: Ganar el Metro con Miramar. Toda la experiencia con el equipo fue increíble.