Con esto del mundial me pasa, como a la mayoría, que tenemos agendado hace tiempo la fecha del inicio del campeonato. Cada uno tiene con flúo en el calendario pegado en el escritorio qué día, no puede dedicarse a nada más que a ver y pensar en el partido.

Ya hemos discutido con muchos otros sobre si BAR sí o BAR no y sobre las características del juego moderno.

Que horario del partido nos conviene o nos perjudica en función del trabajo, si el piso es el correcto y nos favorece a nuestro tipo de juego. La formación, los 5's del cuadro, todo.

Otros temas claves… el diseño de la remera, si citó a los adecuados, si los árbitros nos van a perjudicar o no, si este, de una vez por todas, va a ser nuestro año.

¡Empieza nuestro mundial gente! Empieza el Metro.

4 de junio de 2018, lo estuvimos esperando desde que terminó el torneo pasado. Casi que invernando para despertarme con un gorro puesto y una campera de mi equipo de 1998, que todavía guardo con tremendo cariño.

BAR Sí señores, porque si hay algo que caracteriza al Metro es las charlas de cantina, la grapa entre los de siempre. Ningún compañero de trabajo vio el partido televisado como en la Liga que todo es brillo. Acá todo es polvo, y por eso es que nos gusta tanto.

¿Qué nos van a hablar de amor al deporte? Acá hace dos meses hay jugadores entrenando todos los días por un campeonato que dura cuatro meses. Acá vemos botijas de 19 o 20 años tirándose sin cuidarse las piernas a un piso asfaltado y sin flotante. Acá vemos veteranos de mil ligas cerrar sus carreras entre abrazos y luchas titánicas por un rebote abajo del aro.

Acá vemos juveniles de un equipo quedándose dos horas más a entrenar con la primera o gurises que arrancan en el mundo del periodismo con sus primeras notas a las figuras de los equipos.

Acá, hoy, 4 de junio de 2018, empezó el mundial. Y perdón a la selección, sabrán entender que cada martes o viernes que juegue mi equipo hay prioridades.