Olivol Mundial venció 74-63 a Reducto en un partido que le costó más de lo que indica el marcador final y es uno de los líderes invictos.
Buen marco de público en Millán y Sitio Grande para un partido que fue atractivo. Comenzó mejor Olivol con las incursiones al aro de Gastón Romero y Ángel Varela. El local corrió la cancha aprovechando el flojo caudal ofensivo del celeste. Reducto se recuperó con Pons jugando desde el pick central y los cortes por línea de fondo de Trussich, se colocó a un doble. En el cierre, con De Pena infernal, el mundialista se fue 19-12.
El segundo cuarto fue flojísimo, ambos equipos erraron procedimientos y muchas veces confundieron velocidad con apuro. Pérdidas varias a lo largo de un chico cortado y sin grandes variantes. Dentro de esa tónica salió favorecido Olivol, con chispazos de Varela y Diego Olivera. En la rotación la visita perdió efectividad, hubo algún doble de Da Silva y un triple de Altalef. Solo siete puntos colocó el equipo de Narbais que se fue 34-22 abajo al descanso largo.
Para el comlemento rápidamente se puso a cuatro, defendiendo con presión estirada que le costó saltar al local. Buenos minutos de Bosca y Trussich, más apariciones esporádicas de Pierri que puso dobles importantes en ese lapso de partido para incluso pasar 47-46. Lo cerró muy mal Reducto y Olivol no perdonó aprovechando pérdidas, un triple de Varela sobre la chicharra colocó el 51-47 final para el local.
En el último salió intenso Olivol que pudo correr la cancha. De Pena y Varela fueron figuras, pero hubo dos hombres que rindieron en rubros que no figuran en la estadística, Martín Andrade y Diego Olivera. El base puso calma y seguridad a las ofensivas, además colocó un par de triples, Olivera fue importante cargando la tabla, con buen bloqueo defensivo y generando espacios a sus compañeros. Reducto se quedó sin argumentos más allá de los intentos de Pons y Trussich. La salida de Bosca pegó duro, el equipo perdió intensidad y no pudo volver a ponerse en juego.
Todavía lejos de su techo y sin jugar del todo bien, pero su gente está contenta y terminó la noche con el clásico grito de guerra: “Olivol-Mundial, Olivol-Mundial” para festejar un nuevo triunfo.
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