Auriblanco derrotó a Capurro por 93 a 83 en su casa y es el único escolta del líder Colón.
Por Gonzalo Botta
El partido fue arbitrado por Chamorro, Aunchayna y Quesada de gran rendimiento durante los primeros 30 minutos pero con decisiones polémicas para ambos lados en los últimos 10 de juego.
El local saltó a la cancha con Rodrigo Pochelú, Andrés Piñeiro, Nicolás Juan, Andrés Jones y Álvaro Taibo mientras que los titulares del director técnico Stefano Di Genio fueron Daniel Dacal, Santiago Noé, Federico Cholaquides, Federico Miller y Facundo Manta.
En los primeros minutos la paridad en el marcador fue clara a pesar de una leve supremacía en el juego por parte de los locales. Auriblanco de la mano de Piñeiro sumaba tanto desde la línea de tres como con la bandeja. El Cacho Jones colaboraba con el juego interno haciéndose dueño de la zona pintada sin dejar de lado el tiro desde los 6.75. La visita tenía en Dacal el arma fulminante en el ataque mientras que Cholaquides desgastaba su físico en la defensa; 21 a 18 se iban los primeros diez minutos.
En el segundo período se repitió la historia, un comienzo muy bueno por parte de los locales que arracaban con un 10 a 2 en los primeros tres minutos del segundo cuarto. En Capurro, Noé empezaba a ser clave y Cholaquides dejaba el rol defensivo para tomar más riesgos en el tiro. Cuando levantaba la visita apareció Pochelú para traer la tranquilidad a las calles San Juan y Princivialle. El base locatario encestó dos triples seguidos y llevó a su equipo al descanso 43 a 27 arriba en el marcador.
Luego de recargar las fuerzas, Capurro salió a comerse la cancha y nuevamente Dacal era la figura. Un rápido 5 a 0 a favor de la visita generaba que Nicolás Rabino pidiera un tiempo. El locatario que estaba confiado con el resultado le dio descanso a sus figuras Jones y Piñeiro. El equipo rojinegro canalizó esas ausencias en el rival y en cuatro minutos marcó un 14 a 4 a su favor. Auriblanco no tardó en mandar a sus figuras a la cancha y nuevamente sacó diferencias en el marcador entrando al último periodo 67 a 49 arriba en el marcador.
Para los minutos finales quedaría un intento de rebelión por parte de la visita pero nunca supo estar a una pelota en el juego. Llegó a estar a seis puntos pero Gabriel Robaina se vistió de héroe y levantó a su hinchada. Algunos fallos arbitrales que terminaron con la expulsión del técnico visitante motivaron a la parcialidad locataria, Auriblanco con viento en popa sentenció el pleito; 93 a 83 fueron las cifras finales que dejan al papal como escolta con un record de 4 victorias y 1 derrota.



