Cuando Luis Santos dejó la República Dominicana a los 17 años con una beca para estudiar en Estados Unidos, ni se imaginaba que años más tarde estaría jugando su quinta temporada en Uruguay. Hoy, con dos campeonatos en la Liga Uruguaya bajo el brazo y el cariño de varias hinchadas, el caribeño nos cuenta sus comienzos y su vida en Uruguay.

✍️ Por Florencia González

🌎 “Mi sueño siempre fue conocer el mundo”

El deporte de preferencia de Luis Santos, como solía serlo para la mayoría de los jóvenes en República Dominicana, era el béisbol. En Dominicana el deporte número uno era el béisbol. En ese tiempo el básquet no era tan popular, el béisbol era lo más y la gente veía al básquet como un deporte de barrio, por así decirlo. Se hacía mucho torneo interbarrio y era muy bueno pero el profesional no era tan popular. Con el tiempo eso claramente fue cambiando, y justamente ahora el básquet es lo que domina ya en Dominicana.”

Todo eso cambió el día que conoció el básquet, a los 14 años, “El día que conocí al básquetbol me enamoré, totalmente. Le comenté a mi madre que no quería jugar más béisbol, que quería solamente jugar al básquetbol.

Fue entonces a esa edad cuando se cruzó con un entrenador que lo guió. “Él fue quien me enseñó todos los fundamentos del básquet. Nos quedábamos hasta tarde en la cancha, mi mamá me tenía que ir a buscar. Eran las 12 de la noche y todavía estaba en la cancha.”

A los 17 años dio el salto a Estados Unidos para jugar en highschool, “Fue muy difícil. A los 17 años era la primera vez separado de mi madre, que fue siempre mi figura paterna desde pequeño. Fue muy difícil no hablar bien el idioma. Al principio me costó adaptarme, pero con el tiempo y con algunas ayudas que tuve allá pude lograrlo.” 

Luego, obtuvo un lugar en una universidad de Florida, donde el entrenador también de República Dominicana lo ayudó a alcanzar el siguiente nivel y pudo dar un paso al profesionalismo. ¿Su primer destino? Argentina, particularmente Santiago del Estero. “Como era mi primer año como profesional, elegimos Argentina, ya que también en ese tiempo era una muy buena liga, que también me iba a ayudar en lo que era el futuro.” Y si hay algo que lo sorprendió fueron las largas distancias que tuvo que recorrer. 

📍Villa Biarritz

Su primera experiencia en Uruguay fue con Biguá, ya que el preparador físico de la selección dominicana era uruguayo y estaba vinculado al club. No conocía la Liga, pero aceptó. “Era otra experiencia, otro país. Yo tomo esas oportunidades y trato de hacer lo mejor de eso”.

Luego de su primera temporada con Biguá, que terminó temprano, Luis decidió volver.  “La primera vez en Biguá no nos fue muy bien, solamente duré hasta mitad de año. Luego, la segunda vez fue cuando ya estaba Donald (Sims), Victor (Rudd), y Pepo (Santiago Vidal). Vine porque era un equipo totalmente diferente y ya conocía a esos jugadores. Jugué contra Donald cuando estaba en Argentina, Victor fue a mi universidad, aunque fue unos años antes, en Estados Unidos. Y "Pepo", yalo conocía, me lo habían mencionado. Vine por otra experiencia, ver que tan nuevo era el equipo y aceptar ese reto”.

Desde entonces, Uruguay se convirtió en un punto fijo en su carrera y el país le ofreció algo que valora mucho: estabilidad. “Son 8 meses, es una liga larga y no se viaja. Es un súper plus. Ahora jugamos y estoy aquí en mi casa, mañana juego de visitante e igual estoy en mi casa. Eso en verdad no tiene precio como jugador, el viaje te desgasta”.  A diferencia de otras ligas como la argentina, donde recuerda un viaje de 25 horas en bus sin señal, en nuestro país encontró una rutina que le permite cuidar su cuerpo y mantener el nivel físico.

🏆 A la cancha voy… a ser campeón 

En Uruguay pasó por Biguá, Aguada y ahora Peñarol. Cada club le dejó una sensación distinta. De Biguá recuerda su primer campeonato en nuestro país, “fue algo muy bonito. La sonrisa entre los fanáticos, entre nosotros los jugadores... tratamos siempre de disfrutar”. En Aguada, le impactó la intensidad, “el cambio de Biguá a Aguada fue grande, sobre todo por los fanáticos. Siempre estaba llena la cancha, todos gritando. Eso es un gran apoyo como jugador”.

¿Presión? Ninguna. A Luis le gusta ese empuje desde la tribuna. “No me genera presión, al contrario”.

Hoy, con Peñarol, vive un desafío distinto. “Todo el mundo tiene esa expectativa de que yo vuelva a ganar el campeonato y que le corte la racha a Peñarol”.

🧘‍♂️Una vida tranquila

Luis se ha integrado bien en cada equipo, “siempre trato de tener la mejor relación dentro y fuera de la cancha. Ahora, como tengo a Victor, que lo tengo desde hace varios años, super. Además, con Sean -que lo vengo conociendo- también nos llevamos muy bien. Siempre nos andamos relajando, incluso con los juveniles que andan ahí”. 

Su vida fuera de la cancha es tranquila. Disfruta estar en casa, descansar, y cuidar su cuerpo. También se ha adaptado a las costumbres locales y si bien no anda con el mate abajo del brazo, cada tanto disfruta de alguno, aunque al principio le pareció un poco fuerte.

Lo que más extraña, sin embargo, es la comida dominicana, particularmente el sancocho (un plato algo similar a un guiso, pero cargado de distintas carnes con verduras, yuca, maíz, y plátano). “Ese cambio de comida al principio me impactó mucho. Tuve que aprender a lidiar con eso.” Aun así, el asado uruguayo se ganó su respeto, que hasta ha hecho amigos de asado “hice unos amigos de asado, que fue por un compañero, y siempre que nos juntamos, hablamos y hacemos coro”.

A pesar de las buenas amistades, uno de los aspectos más difíciles de la vida de un jugador extranjero es, sin dudas, la distancia con su familia. “Siempre me pierdo algún momento importante con mi familia, como los cumpleaños. En verdad lo único que puedo pasar con mi familia es Navidad. Y es por poco tiempo, porque tampoco es que pueda durar mucho allá”.

🎓 Lic. en LUB

Luis Santos construyó algo: una carrera y una identidad en Uruguay. “Creo que me conocen bien acá en la Liga, tengo cierto respeto acá”. Hoy, su continuidad depende de las oportunidades, pero lo cierto es que en Uruguay se siente cómodo. Actualmente se encuentra enfocado en lo que resta del campeonato y con la mira puesta en llegar lo más lejos posible en los playoffs.

Curiosamente, si no estuviera jugando al básquet, quizás habría seguido los pasos de Stephen Curry y terminado su carrera como sociólogo.