Un triunfo aBrunmador

Finalmente dio comienzo esta serie entre el segundo de la OBL y el octavo de la fase regular de LUB, dilatada tras fallos pendientes, y con los capitalinos afectados por seis bajas en su plantel por sanciones y lesiones. Los mercedarios aprovecharon esa ventaja, jugaron un gran partido, y esperan ahora con confianza la revancha del día martes.

En el gimnasio Mario Bellini y ante más de 200 personas, el equipo dirigido por Nacho Borges tuvo un gran inicio, siendo eficiente en ambos costados de la cancha. La presencia de Joaquin Aszyn y Gerónimo Volcan como conductores del macabeo no fueron opción para la sustitución de las figuras ausentes. Ninguno de los dos anotó y cerraron el primer cuarto sin asistencias, fiel reflejo de que los intentos en ofensiva se producían desde el uno contra uno en iniciativas individuales forzadas, y nulo acierto desde el triple. Remeros en cambio corrió la cancha, y encontró espacios ante una zona de su rival con filtraciones, superada por la ágil movilidad de balón perimetral que derivaba en buena selección de tiro. Tras un 14 a 0 inicial, el parcial finalizó con ventaja de 29 a 15.

En el segundo cuarto si bien los montevideanos descontaron con un par de triples, no podían sostenerse en partido ante la diferencia de rendimiento colectivo de los locales, con un director de orquesta que tuvo una noche espléndida: el ex Olivol Mundial Brun manejó los hilos de su equipo, terminó con 30 tantos y seis triples convertidos en siete intentos. Fue el factor que marcó el desequilibrio desde el eje optimizando la ventaja de plantel, ante la falta de jugadores que son especialistas defensivos como el caso de Brian García. Verticalidad, visión de juego, y una puntería admirable de su parte, fueron estirando la ventaja hasta los 22 puntos de máxima, cerrando el primer tiempo con un 56 a 36 arriba, evidenciando la distancia entre ambos.

Diego Rivas tenía la difícil misión en el entretiempo de cambiar la dinámica de las acciones, enfrentando un contexto de múltiples problemas en el juego asociado, pero especialmente en la intensidad de marca en primera línea, que era vulnerada una y otra vez. Y a juzgar por el inicio del complemento, los jugadores salieron dispuestos a dar otra imagen en busca de descontar cifras. Ese incremento de tono defensivo sorprendió a los mercedarios, que en sucesivas posesiones perdieron el balón sin lanzar. Aprovechando los contragolpes en transición, y cargando el juego sobre el poste bajo, Hebraica logró ponerse a ocho tantos, 62 a 54. El regreso de Fernando Ferreira, sin embargo, pudo contener esa reacción: ordenó el equipo, se asoció con el extranjero Anthony Duncan, y estableció un 8 a 0 para terminar arriba 70 a 54 con los últimos diez minutos por disputar.

El buen pasaje de la visita fue fugaz y ya no volvió a reiterarse. Equivocó los caminos, ya que ante un reloj que le jugaba en contra se desesperó y quiso compensar con el tiro de tres puntos, la falta de circuitos de juego, que salvo momentos de Martin Astramskas no funcionaron en toda la noche. Remeros actuó con inteligencia y paciencia, manejó los tiempos y sacó ventajas indescontables sentenciando el juego. La salida en los últimos minutos de sus figuras titulares mereció un cerrado aplauso del público local, en especial del conductor Brun a quien todos fueron a felicitar. El tanteador final fue de 93 a 70, en tanto Hebraica deberá mejorar mucho de cara a la revancha para empatar esta serie.

Gabriel Brun: Una noche soñada del base. Le salió todo bien: dinámico, intenso e implacable en el lanzamiento. Una efectividad de 35 marca a las claras su incidencia y protagonismo en esta victoria que estimula a Remeros a poder llevarse la serie.