Kawhi Leonard ha sido el emblema de Toronto Raptors campeón de la NBA. Pero su personalidad no es, justamente, el de una estrella. Básquet Total le dedicó unas palabras al excéntrico jugador que ha maravillado al mundo.

En el básquet, como en el trabajo, como en el salón de clase o como en cualquier grupo social, siempre han resaltado los grandes personajes. Esas personas extrovertidas, simpáticas o sociables de las que los demás siempre tienen buenos recuerdos.

Kawhi Leonard es el antagonista por excelencia de ese tipo de personalidad. El anti estrella. Su forma de ser ha captado la atención de todos los amantes de este deporte. Con un semblante intachable y una imperturbabilidad pocas veces vista. De pocas palabras, serio y con cierto rechazo a la fama o todo lo que ella conlleva se ha ganado el corazón de muchos, no solamente por cómo es fuera de la cancha, sino también por lo que ha logrado dentro del rectángulo de juego y lo que transmite.

“Yo no juego por ser el mejor, juego para ganar” declaró Leonard luego de la victoria que dejara a su equipo 3-1 arriba en las Finales NBA contra Golden State. Luego de ser campeón, ayer de noche, dijo “Yo juego para esto”. Como para que no dejar lugar a dudas. Su ambición y fuego sagrado es quizá lo más cercano que se ha visto al “Mamba Mentality” de Kobe Bryant, salvando las distancias.

Algunos son recordados por su espontaneidad o carisma, por su explosión o simpatía. Kawhi será recordado como el ejemplo vivo del trabajo en silencio, de la confianza interna y la preparación elitista para ser un campeón. De esos que “juegan para ganar” con su cara de póker sea cual sea la circunstancia.

Gracias Kawhi, por demostrar que no hay que ser un personaje para quedar en el recuerdo de todos. Alcanza con ser quien eres. Que el silencio a veces habla por sí solo, y que el trabajo paga. Salú, campeón.