Colón derrotó a Auriblanco por 78 a 74 en lo que marcó el regreso de la institución rojiverde a jugar en su gimnasio de San Martín y Fomento luego de tres años de ausencia.
Por Gonzalo Botta
Daniel Borio, Nicolás Revetria y Gustavo González fueron los encargados de impartir justicia en un escenario que se veía colmado de gente como pocas veces pasa en la DTA, 410 fue el número que dejó le recuento de localidades vendidas.
El inicio de partido tuvo como condimento especial el juego colectivo. Ambas escuadras utilizaron ese sistema de pases como prinicipal arma en el ataque. En el locatario Colman era el encargado de definir la corrida de cancha por su equipo mientras que en la vereda de enfrente Sánchez era el que le daba esa cuota de tranquilidad necesaria. Taibo y Jones se convertían en bastiones abajo del aro y cuando tenían que abrirse al tiro exterior también encestaban: 18 a 15 se terminó el primer cuarto a favor de Auriblanco.
En el segundo los cambios de Palacios dieron su fruto. El técnico apostaba al tiro exterior y no a jugar abajo, mandó a la cancha a Mateo Pose y a Santiago De Gouveia. Con tres jugadores hábiles y capaces de llevar el balón el engranaje del verde empezó a mejorar. Cayeron tres bombas de los 6.75 que no estaba en los planes de ninguno de los presentes y de ahí en más Colón fue otro. Nicolás Rabino buscaba alternativas para parar el envión locatario pero su esfuerzo se veía trunco. El local se fue al descanso 37 a 30 arriba en el marcador.
Luego de los 15 minutos entre una mitad y la otra, Colón utilizó la misma medicina que en el segundo cuarto: efectividad en los primeros minutos. De Gouveia se convertía de a poco en figura y era el encargado no solo de asistir si no de tomar riesgos con el tiro. Como sucedió durante toda la noche, Colman seguía siendo el pilar del verde. En la otra acera Auriblanco deseaba acercarse pero veía como ese sueño se alejaba poco a poco. Piñeiro de a poco se ponía el equipo al hombro y motivaba a sus jugadores pero Colón, en su cancha e impulsado por su gente, tomaba las riendas del partido cuando más lo necesitaba.
A los últimos diez minutos el local enrtaba 61 a 45 en el marcador. Confiado por la diferencia en el tanteador se empezaron a quedar los de Palacios y veían como de a poco la visita se acercaba. La parcialidad del Auri alentaba por su equipo y sus jugadores le respondían. Gabriel Robaina entró y dio una mano desde la línea de tres pero la bomba que enmudeció el gimnasio vino de las manos de Christian Book. El experimentado y pesado jugador salió de su zona de confort y clavó un triple para igualar el partido en 72 con 37 segundos para finalizar el encuentro. Para tranquilidad de los parciales locatarios, Silva pinchó la pelota, levantó la cabeza, miró al aro y la pudrió de tres para pasar al frente nuevamente a falta de 25 segundos. Auriblanco tuvo la posibilidad de igualar el partido pero no lo logró y los libres se encargaron de maquillar el resultado poniendo cifras finales de 78 a 74 a favor de Colón.



