Australia venció 90-64 a Lituania y se metió en semifinales con baile incluído.

De movida Australia comenzó a lastimar de 6.75, mostrando un adelanto de su faena anotadora desde la línea de triple de la que gozó en todo el primer tiempo. Dellavedova y Mills tomaron las responsabilidades de un equipo que a partir de la fortaleza defensiva hizo fáciles las cosas en ataque. Lituania cometió muchas faltas ofensivas en el inicio, chocó reiteradamente con la férrea defensa rival. Mills fue incontenible, colocó 11 puntos en esos primeros 10 minutos que se cerraron con otra bomba bestial de Dellavedova sobre la chicharra para estampar el 26-17 final.

En el segundo salió Dellavedova con un dolor y Australia comenzó a necesitar del juego interno. Bogut presente en las cercanías del aro aportó su cuota, y Mills siguió incontenible en el uno por uno. El regreso del base de los Cavaliers se conjugó con un buen pasaje de Baynes en la pintura. A eso, se sumó un cierre magnífico de Ingles para sacar 22 de renta (48-26).
Lituania, que jugó todo el primer tiempo confundido, carente de ideas y de claridad ofensiva, cerró con un 4-0 que alimentaba la ilusión de remontada complementaria; 48-30 al descanso largo.

En el complemento no necesitó tanto de los tiros a distancia, pero dominó absolutamente el juego interno. Gozó de un pasaje fenomenal de Andrew Bogut que, si bien no anotó mucho, fue el rey de la creación del juego, aprovecharon Baynes, Ingles y Mills. Sobre el cierre del tercero Baynes y el capitán Anderser jugaron en pareja y fueron claves para terminar 70-43 y sentenciar la historia.

Lituania solo pudo mantener la fortaleza defensiva en los primeros minutos del tercer parcial. Fue decayendo producto de la diferencia de funcionamiento colectivo pese a los intentos y esfuerzos anímicos por levantar.

El último cuarto sobró. Australia reafirmó que es serio candidato a pelear por el oro, mientras que Lituania se despidió después de haber arrancado muy bien. En su conciencia sabrá, si eligió este camino o si el bajón respecto a los primeros partidos fue demasiado pronunciado.