Hebraica Macabi venció 74 – 68 a Trouville y de esta forma logró empardar la serie a un partido por bando con Michael Hicks en una noche sobresaliente.

Comienzo netamente favorable para el macabeo que colocó un parcial de 7-0. Desde la defensa salieron esos puntos con un trabajo muy bueno de Agustín Zuvich en el costado en ese costado de la cancha.  A pesar del minuto pedido por Álvaro Tito, los de la calle Camacuá seguían convirtiendo con una facilidad sorprendente, con García Morales y Hicks en un nivel superlativo, el cual motivo los cambios en el elenco de Pocitos. Aunque de la mano de Santiago Vidal, el rojo tuvo un esboce de reacción, el panameño no bajo su intensidad y permitió que los conducidos por Leo Zylbersztein se llevaran los primeros diez en cifras de 23 – 12.

Fue otro el cantar en el inicio del segundo chico. Tremendo arranque de Trouville, 12-0 con Romero y McGowan como estandartes para remontar una diferencia que supo ser de 11, al punto de pasar por una unidad. De ahí en más el cotejo se hizo muy parejo, con buenos minutos de Rashaun Freeman de un lado, y los jugadores del banco de suplentes del elenco de la calle Chucarro: Aguilera, Bascou y Romero. Con un mejor cierre de Hebraica Macabi, el tanteador marcó 36 – 32 en su favor, de cara al descanso largo.

Seis al hilo de Cedrik McGowan para abrir el complemento y pasar en el score. Muy parejo el trámite del juego. El macabeo jugaba mejor pero no podía terminar de despegarse en el marcador porque aparecían acciones individuales lideradas por Joaquín Izuibejeres. A pesar de no poder marcar una clara ventaja, hacia mejor las cosas en líneas generales con el trabajo de García Morales tanto en la fase anotadora como asistiendo y Luciano Parodi siendo clave en los minutos finales de este cuarto para que el hebreo se vaya arriba 59 – 52 con el período final por disputar.

El último cuarto mantuvo la misma tónica que el chico anterior. Parejo pero Hebraica seguía jugando mejor con Leandro como el más claro a la hora de realizar el pase extra para encontrar algún compañero solo. McGowan era el más claro del rojo de pocitos y quien mantenía a los dirigidos por Álvaro Tito en partido. No había gravitado Kevin Young y eso tenía que cambiar si Trouville pretendía dar vuelta el score. Eso lo puedo hacer en un par de ofensivas consecutivas pero eso inmediatamente fue cortado con el reingreso de Jimmy Boston quien fue muy importante en el costado defensivo maniatando constantemente al jamaiquino. Buenas lecturas en el cierre, sumado a lanzamientos malogrados del rojo le permitieron al elenco conducido por Zylbersztein ganar el compromiso, por 74 – 68 e igualar esta serie de semifinal en uno y mantener la ilusión intacta.

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