Peñarol desplegó un básquetbol de alta velocidad al mando de Leandro García Morales, superando con comodidad a Welcome, y obteniendo su quinta victoria al hilo.
Este duelo en el Parque Rodó tenía un pronóstico sumamente desparejo: se enfrentaban el único invicto en cancha de LUB, con uno de los dos equipos sin triunfos en la tabla. La realidad ratificó esta opinión: diferencias grandes en potencial de plantel ya liquidaron las acciones en forma temprana, hasta el final en cifras de 102 a 80 para el carbonero.
En todos los rubros de la planilla, al menos mientras no se dejó paso a la banca profunda en ambos conjuntos, el aurinegro prevaleció y con contundencia. Esto, además de señalar los distintos horizontes de ambos en el campeonato, es un índice de la versatilidad del mirasol, del abanico de opciones para llegar al gol. En los rebotes, 11 a 3, en asistencias, 12 a 4, en puntos de segunda oportunidad, 7 a 0, todo en el primer cuarto. Desde el punto de vista del nuevo entrenador del rojo, Ignacio Ortega, cabía preguntarse qué defender primero, si hasta los porcentajes de campo le desfavorecían. De este modo, a pesar de un buen pasaje de Daniel Esparza, cuya impronta con el balón en las manos es atacar los espacios en un uno por uno incisivo y agresivo, el local fue perdiendo pie en las cifras, hasta llegar a un 37 a 23 por debajo, merecido para su rival.
En la búsqueda de variantes y soluciones, al menos para que la balanza no estuviera tan inclinada en contra, el ex técnico de Verdirrojo implantó una zona 2-3, con el propósito de colapsar más la pintura, tomando en cuenta que la corpulencia de los internos era evidente para el carbonero: Andrés Ibargüen sobre su coterráneo Alvaro Peña, y Greg Whittington en el emparejamiento con Rafael Previatti. Si bien no descontó la ventaja, sí lo hizo en el contexto de juego, llegando a la rareza de apreciar que Peñarol estuviera entre dos y tres posesiones sin encestar. Con el ingreso de las segundas formaciones al rectángulo, la W se animó a proponer el golpe por golpe: posesiones cortas, maniobras lucidas en transiciones ágiles, que merecieron el aplauso de su parcialidad. El primer tiempo culminó con el liderazgo visitante 56 a 41, una diferencia que se percibía irreversible más por las posibilidades de ambos, que por el tiempo restante en el reloj.
Si quedaba alguna duda, el equipo de Leandro García Morales salió a imponer el ritmo en el complemento. Pisó el acelerador a fondo, castigó a su oponente la mala selección de tiro y consiguió un 11 a 0 de arranque, para sacar la máxima de 26, y cerrar la noche al menos en cuanto a la emoción del resultado. Ya con el banco local resignando posibilidades de integración tras sustituir fichas extranjeras, el resto fue casi a reloj corrido para sellar las acciones. La visita llegó a sacar 30 tantos, terminó el tercero 84 a 56, y se dio paso a valores jóvenes, que tuvieron mayor tiempo disputado a lo habitual.
En el cuarto final restaba saber si el ganador llegaba a 100 tantos y así ocurrió. Trasciendo esta victoria y entrando a concluir, destacamos en el rojo, que salió sin complejos a pelear y defender sus escasas posibilidades, mostró buenas actuaciones individuales, como Esparza y Santiago Moglia. En cuanto al triunfador, más allá del nivel de exigencia que tuvo hoy, varios aspectos resaltables: una defensa con permanentes cambios de hombre en la generación del rival, un juego interno temible que combinó potencia con altura y precisión, agresivo en cancha abierta con un Skyler Hogan que se siente en su hábitat perfecto, y las individualidades que hoy no brillaron más, simplemente porque salieron. Este grupo tiene identidad, conoce lo que debe hacer, se muestra enfocado y sólido. Las figuras son parte de la receta, pero sin funcionamiento colectivo, el resultado puede fallar. A esto apunta Peñarol, y por ahora, lo está logrando.
LO DESTACADO
Skyler Hogan: Se notó que rinde más, en un conjunto con el rol de ser una pieza destacada del ensamble, que cuando es considerado el desequilibrante, como fue la temporada pasada. Para el rival no es la primera opción a limitar, y eso le da terreno para acceder a la precisión en velocidad, que esta noche resultó concluyente siendo goleador.
UNO x UNO
Barrera (5): Escaso aporte, superado por la marca, se limitó a lograr asistencias. Moore (6): Sólo diez minutos disputados, mostrando muy buenos movimientos, tras salir ya no regresó. Esparza (7): Destacado en la W, asumió ofensivas con rompimientos al aro donde convirtió repetidamente. Peña (6): Mejor en ataque que en defensa, donde no podía contener el posteo y la presencia de Ibargüen. Previatti (6): Batalló hasta donde pudo. La diferencia de 42 a 20 en rebotes para Peñarol fue concluyente. Moglia (7): Cinco triples convertidos, marcaron su excelente puntería en la noche. García (6): Sobresalió en su ingreso superando al base titular, a pesar de estar ya todo resuelto. Pena García (3): Planilla casi en cero, ni lanzó al aro. No pudo sostener el ritmo de Peñarol. Stoll (5): Peleado con el tiro a distancia, aunque tuvo algunas habilitaciones bajo el aro. Giovanetti, Martínez y Sosa (-): Sólo un minuto en el rectángulo. Ortega (6): Será momento de juzgarlo ante oponentes directos, donde se jugará la chance de mantener la categoría. Hoy le buscó la vuelta, animó a sus dirigidos, pero las distancias eran enormes en contra, e imposibles de revertir.
Véscovi (8): Es desequilibrante en nuestra LUB, una incorporación de lujo para esta temporada. Pomoli (7): Gran habilidad para encontrar los espacios y definir. Hogan (8): El mejor de la noche. Whittington (7): Se combina a la perfección con el colombiano, rinde tanto cuando se abre como al atacar el rebote. Ibargüen (7): Casi sin oposición en su rol, era recibir y convertir. No erró un solo lanzamiento. Rojas (7): Una pieza más de recambio en este funcionamiento aceitado del equipo. Bavosi (6): Aporta la pausa en este contexto explosivo y vertiginoso. Calimares (6): Jugó casi todo el cuarto de los suplentes, con acciones lucidas. Heilmann (6): Un bonito doble y falta al cierre, debe aún finalizar la adaptación al sistema. Rosado (4): No logró sobresalir con el tanteador definido. Quiñones y Delgado (-): Poco para ser calificados. García Morales (8): Mostró en cancha el resultado del entrenamiento, con la impronta de intensidad en marca, lectura de juego, presión alta con nueve recuperos. En ataque, imponerse con el peso específico en las cinco posiciones, basadas en agilidad de balón y el trabajo colectivo: las 27 asistencias así lo evidenciaron.
VAR
Alejandro Sánchez Varela, Martín Rial y Andrés Bustelo (8): Sin complicaciones en su actuación, el trámite abierto permitió la colaboración de los actores, de principio a fin.
LO DISTINTO
En un hecho poco frecuente, Peñarol cuenta con diez jugadores que han disputado encuentros internacionales. Además de los foráneos, sus uruguayos han competido en los siguientes ejemplos: Nicola Pomoli y Emiliano Serres (Argentina), Federico Bavosi y Conrado Heilmann (España), Santiago Véscovi (USA), Martín Rojas (Selección nacional) y Santiago Calimares (Hebraica, BCL 2024). Evidencia de la minuciosa selección de plantel que hizo esta temporada el carbonero, en busca de su primer título tras volver a la LUB.



