En su gimnasio Antonio María Borderes, Atenas logró llevarse la serie de playoffs 2 a 1 ante Auriblanco y clasificó a semifinales de DTA.

Una auténtica fiesta la vivida esta noche en el Barrio Palermo, en la única llave de cuartos de final que llegó a definirse en un tercer juego. El albiceleste pudo finalmente remontar el marcador, y quedar más cerca de su objetivo que es regresar a la LDA.

Al analizar los parciales de los cuartos de este encuentro, las diferencias fueron de un punto en el primero y segundo, y de empate en el tercero, evidenciando la extrema paridad de las acciones. Con un Auriblanco que no era el favorito para la serie, clasificando a fases decisivas a último momento, pero que vendió cara su derrota superando por momentos a su rival. La visita practicó casi todo el encuentro una zona 3-2, con variante a 2-1-2, ubicando a Federico Miller en el poste alto para evitar el desequilibrio del foráneo ateniense Anthony Danridge en el 1 por 1. Y si bien le dio resultado, lo debió compensar con pérdidas de balón en ofensiva que le costaron puntos en contragolpe en transiciones veloces, finalizando el cuarto 20 a 19 para el papal.

El segundo chico fue aún más friccionado, con marcación encimada tratando de limitar los sistemas de ataque. Se dio un bajo goleo, con pocas acciones de calidad técnica en ambos equipos, a quienes les costaba encontrar la ventaja para poder lanzar con comodidad. Atenas intentó sin éxito sacar rédito de su tiro exterior, pues un mal porcentaje de 1 en 11 lanzamientos de tres puntos, le cambió la estrategia a la carga de la zona pintada con destacado pasaje de Rogelio De León, quien, pese a su escasa dinámica, encontraba los espacios para filtrarse y convertir consecutivamente. Las infracciones se fueron acumulando, llevando a la rotación de los planteles, en un factor que a la postre sería clave en el cotejo. Final de 34 a 33 para el local en el primer tiempo.

El tercer cuarto se dividió en dos partes bien diferenciadas. Mejor comienzo de Auriblanco, aprovechando un magro 10% del conjunto local en triples, que era contrarrestado por la figura del citado Miller consiguiendo con buena visión de juego y verticalidad sobrepasar la primera marca, asumiendo la responsabilidad para estirar la diferencia hasta una máxima de 11, en cifras de 51 a 40. Pero tras tiempo pedido por Guido Fernandez, resolvió los regresos de Felipe Silveira y Rogelio De León que dieron soluciones. El primero con alto tono defensivo, y el segundo posteado para sacar ventaja de su altura en las cercanías del aro. Y a pesar de que salió sentido en su tobillo, logró revertir el trámite con un 11 a 0, para finalizar el período con empate a 51.

Como decíamos, las faltas individuales y colectivas en los momentos de definición iban a resultar claves. Las salidas por quinta de Facundo Yaquinta y Miller, modificaron el esquema de ataque, perdieron explosividad, y prueba de ello fue que Auriblanco hizo seis puntos en los últimos nueve minutos. En un equipo que no tuvo un solo tanto de la banca en la noche, fue conceder una ventaja muy grande al ateniense, que mejoró su puntería, y revitalizado por el incesante aliento, mejoró su funcionamiento colectivo y con contragolpes sacó ventajas definitivas, ganando por 71 a 62. Así clasificó a semifinales, donde lo esperará Yale, en una serie que será imprevisible y muy emotiva.

LO DESTACADO

Rogelio De León: A pesar de que salió sentido minutos antes del cierre, fue factor para descontar la diferencia máxima de Auriblanco y empatar el cotejo. 17 puntos más 13 rebotes y una presencia intimidante que bloqueó los intentos papales. Sobre el final se le vio dolorido y preocupado por su lesión que lo pone en duda para iniciar la próxima serie.

Liga Uruguaya 2023

UNO x UNO

Castro (6): Mejoró en el complemento, convirtió un triple muy importante y dinamizó la ofensiva con buena distribución de balón. Pose (6): Fue intenso, algo impreciso en los tiros pero colaboró activamente en la reacción. Colman (6): El capitán tuvo escaso goleo, pero con 13 rebotes evitó puntos de segunda oportunidad de su rival. Danridge (6): Buen partido, con rachas exitosas en su tiro de cuarta distancia, y otras en las que no incidió como él suele hacer. De León (7): El destacado de Atenas. Silveira (6): A pesar de una noche para el olvido con el intento de tres puntos, limitó al rival con una férrea defensa. Corbo (4): Bajo encuentro, sin puntos, perdió minutos en cancha. L.Fernandez (6): Aprovechó su tiempo en juego, conquistó un doble y falta que marcó la inflexión del partido. G.Fernandez (6): Tuvo mayor éxito con la marcación personal que en zona 2-3. Y durante 30 minutos contó con escasas variantes de gol, y las corridas de cancha como clave. A pesar de que debe hacer ajustes contra Yale, al final acertó en el quinteto en cancha y se llevó el resultado.

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Daluz (7): Muy buen desempeño hasta llegar al cuarto final. Líder en asistencias y gran mano de tres puntos. Yaquinta (4): Lejos de su mejor nivel, sintió la marca encimada de Silveira que bajó su protagonismo en las acciones. Miller (7): El mejor del papal, asumiendo las ofensivas y logrando doble doble en puntos y rebotes. Silva (7): Importante papel bajo la tabla, recibiendo la descarga y anotando. Acusó el esfuerzo  sobre el final. Trebucq (6): Destacado encuentro, aunque le costó la marca de De León. Marró una hundida en un momento relevante. Piñeiro (3): El gran ausente de la noche, no hizo un tanto en 19 minutos jugados, y su equipo lo sintió. Pino (-): Poco tiempo disputado. Dorrego (6): Con menos recursos disponibles en profundidad de plantel, se las ingenió para pelear la serie y estar cerca de ganarla. El bloque en zona con referencias fue una buena opción, pero el llegar sin aire al final le costó resignar el punto y la llave.

VAR

Alvaro Labiuza, Agustin Ortiz y Nicolás Sarli (6): Buena tarea, en un partido muy difícil de dirigir por todo lo que había en juego. Más allá de algún error de apreciación, al final cobraron acertadamente y estuvieron por fuera de la definición.

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LO DISTINTO

Presenció el encuentro un destacado jugador de hace décadas, vicecampeón con Cordón en el Federal 1975. Walter Silvera defendió los colores albicelestes desde las divisiones formativas con ocho años hasta que tuvo 25, cayendo derrotado en la final ante el Hebraica Macabi de Omar Arrestia, para pasar luego a los conjuntos de Neptuno, Welcome y Waston. Le contó a BT que tuvo el honor de ser dirigido por dos grandes entrenadores: Ramón Pirulo Etchamendi y Bernardo Larre Borges. Y defendió la celeste en el Preolímpico llevado a cabo en Puerto Rico, a fines de los 70.