Más de cinco meses después del último encuentro, volveremos a ver picar la naranja en nuestro país, y eso nos pone locos de contentos.
Absolutamente nadie, ni los más pesimistas o (permítanme el término) amargos, pensaron que aquel viernes 13 de marzo sería el de la mala suerte. Quiso el destino, que esa noche fuera un hasta luego para el deporte rey de la emoción, justamente con un partido que se definió en la última pelota (Trouville-Olimpia en Chucarro).
La incertidumbre se adueñó de la escena, y el básquet no fue la excepción. Primó el cuidado de la vida y la salud, como lo más importante (por no decir lo único). Con tantas personas sufriendo, local e internacionalmente, dejamos la naranja en un estante, sin olvidarnos que éramos felices yendo a una cancha y lo sabíamos.
Para quienes compartimos esta pasión, y para los apasionados de lo que hacen, empezando por los encargados de cuidarnos en momentos tan difíciles, esta no es una noche más. Ni que hablar para aquellos que sufrieron pérdidas cercanas. Quedaron atrás los protocolos para un lado y otro, no es momento de detenernos en las cuestiones reglamentarias, que a horas de empezar se siguen discutiendo.
Hoy estamos locos de contentos. Tanto que nos alegramos por una fecha, el día que supimos cuándo nos volveríamos a ver. Felices, al punto que un fixture, un simple sorteo, nos hizo debatir sobre básquetbol. Extrañábamos una designación de jueces y una fijación de partidos, como a esos familiares o amigos que todavía no podremos acercarnos por un tiempo. Entrar a esta web, con los enlaces a las estadísticas del Metro. Una tabla de posiciones pronta para completarse. Todo esto, por ínfimo que parezca, nos genera la alegría de aquello que recuperamos, sin haber imaginado jamás que podíamos perder.
Regresa el básquetbol y no importa la divisional ni el lugar. Nuevamente la pelota picando en Uruguay, con los hinchas siguiéndolo a cierta distancia. Ya vendrán tiempos en que logremos estar todos en un gimnasio, igualmente ahora es momento de celebrar por tener el mejor plan, al menos de lunes a sábado. Nuestras noches vuelven a ser completas con los partidos, los días a llenarse de previas y expectativa. Otra vez la adrenalina y emoción, de saber que siempre, siempre llega un nuevo salto inicial.