María Paz Rivera es una de las seleccionadas que nos representó en el campeonato U15 disputado en la ciudad de Ibarra (Ecuador) el pasado mes de noviembre.

Con tan sólo 14 años, “Mapi”, como la llaman sus amigos y familiares, contó como vivió esta experiencia, el campeonato, su participación en el mismo y sobre la lesión que se trajo de recuerdo junto con el quinto puesto obtenido en el torneo.

Por Romina Ottonello

¿Cuál fue tu motivación para empezar a practicar este deporte?

Empecé a jugar porque quería practicar un deporte nuevo, además de que toda mi familia tiene una gran vinculación con el basquetbol y siempre me llamó la atención, de chica iba a ver partidos y me gustaba lo que veía. Arrancar con este deporte fue lo mejor que pude haber hecho.

¿Cómo fue tu llegada a la selección uruguaya?

Un día uno de los padres de Bohemios, club donde juego, me comentó que yo podía jugar con la selección U14 un torneo en Minas ya que pertenezco a la generación del 2002. Al ir, pude encontrarme más en la cancha y hacer las jugadas que me planteaban los técnicos. Creo que ahí fue cuando vieron algo en mí y me invitaron a participar de las prácticas de la preselección u15. Estaba muy contenta pero no sabia si iba a poder viajar o no ya que faltaban unas semanas para el Sudamericano y mis demás compañeras venían practicando hace mucho mas tiempo, era algo imposible para mi.

Además de jugar al básquetbol, ¿Cómo manejás tus horarios de entrenamiento con el estudio? ¿Es posible estudiar y ser deportista federada?

Manejo bastante bien mis horarios, me hago un tiempo para todo. Cada día cuando llegaba a clase daba lo máximo de mí ya que estaba muy emocionada con lo que me estaba ocurriendo fuera del liceo, ambas cosas me motivaban.

Centrándonos en el campeonato U15 que jugaron en Ibarra, ¿cómo viviste la experiencia?

Es una experiencia inolvidable, nunca planee nada de lo que me estaba ocurriendo, jugar contra rivales de muchas partes de Sudamérica y ver otro tipo de jugadas o técnicas de juego, fueron unas de las mejores cosas que me pasaron, que me dan fuerzas para aprender y poder jugarles.

¿Qué se siente formar parte del primer seleccionado de la categoría capaz de obtener dos victorias fuera del país?

Es inexplicable lo que se siente, es una mezcla de todo, y me alegra saber que mis esfuerzos sirvieron, además ser compañera de las mejores jugadoras de los clubes, que además de ser excelentes jugadoras son excelentes personas que me hacían sentir muy cómoda con todo, me llenó de alegría y motivación porque muchas de ellas son y van a ser siempre ejemplos a seguir.

Además de festejos hubo una parte no tan linda para vos que fue la lesión de rodilla, ¿qué pasó?

Tuve una lesión de ligamentos cruzados y meniscos durante nuestro último partido, la revancha contra Chile. Quedaban unos 5 segundos de juego y era salida de fondo a favor de Chile. La jugadora que fue a sacar quiso hacerle un pase a la jugadora que yo marcaba ya que era la que estaba más cerca del aro (juego de pivot) pretendiendo hacer un tanto lo más rápido posible. Al ver sus intenciones, me adelante y robe el pase, me fui corriendo con la pelota y frené bruscamente para hacer una bandeja, fue ahí que mi rodilla se dobló y me caí al piso. Sinceramente no me arrepiento de haberme caído ni de haber errado la bandeja, ya que una de mis compañeras agarrço el rebote y fue tanto para nosotras.

 ¿Como ves tu futuro en este deporte?

Lo veo como una buena posibilidad, siempre voy a dar mi máximo en todo lo que pueda, espero que todo se dé como deseo.

¿Qué anécdota podes compartir de esos días junto a las chicas de la selección?

No hay una sola anécdota que se pueda compartir, cada segundo fue muy especial, los buenos y los no tan buenos, que nos sirvieron para conocernos mejor y formar un equipazo, lleno de momentos incomparables.