Basquet Total se dio el lujo de conversar de manera amena y distendida con un crack, que habló absolutamente de todo. Su presente, sus recuerdos profesionales, su retiro, su vuelta, y de esos momentos en que la vida le puso varios obstáculos, los cuales sorteó para seguir adelante.

No son muchas las oportunidades en las que se puede hablar con alguien que es un icono dentro del basquetbol. Un hombre que individualmente ganó una medalla dorada, se destacó en Europa, jugó en la NBA y que ahora goza de un gran presente en la Liga Argentina.

Colectivamente, fue parte de una camada de jugadores argentinos que quedará impregnada en las retinas y en los corazones de todos los amantes de este deporte. Un grupo humilde, que mostró siempre un profundo respeto para cada uno de sus rivales. La Generación Dorada marcó su carrera y su vida.

El señor Walter Herrmann, dialogó con nosotros:

¿Cómo han sido los partidos de preparación en Uruguay?

La verdad que muy buenos. Hace tres semanas nada más que estamos en plan de preparación, todavía tenemos mucha carga física y las piernas aun no responden como deberían, sobre todo para el comienzo de la temporada, pero estamos bien, con muchas ganas. Estos partidos les sirven a todos los equipos, porque vas conociendo a tus compañeros, comenzamos a entender la idea del entrenador, a lo que apunta y de la forma que quiere vernos en cancha. Cada uno de estos juegos, más que entrenamientos, son pruebas que uno tiene que ir superando.

¿Con qué sensaciones llega a Obras Sanitarias?

Mis expectativas son las mejores. El año pasado me tocó estar en un equipo muy nuevo, en donde las aspiraciones que teníamos eran similares a las que nos trazamos con Obras. Tenemos el objetivo de meternos entre los cuatro de arriba, al menos en lo previo antes de que arranque el campeonato, este siempre es el primer paso. La idea es estar lo más arriba posible y la ilusión está, tenemos un gran material como para hacerlo y el tema está principalmente por encontrar un buen funcionamiento colectivo, porque creo que el que termina ganando la competición, es el que mejor juega.

Como jugador experiente en Argentina, ¿Qué opinión le merece esta nueva medida de poder utilizar ocho extranjeros?

Nosotros como jugadores no estamos de acuerdo con que haya tantos extranjeros, no por una cuestión del nivel de competencia, sino para cuidar la fuente de trabajo del jugador argentino, y porque los chicos jóvenes tienen que empezar a despegar. Poniéndoles por delante muchas fichas extranjeras es muy difícil que tengan participación. Si pretendemos tener otra "Generación Dorada" como la que tuvimos hasta este momento, necesitamos que estos chicos jueguen también una cierta cantidad de minutos. Hasta dos o tres extranjeros esta bien, es como se juega prácticamente en todos lados, pero más que eso no le hace bien al torneo.

¿Cómo fue la salida de San Lorenzo? ¿Qué ocurrió con Julio Lamas con los twitts cruzados?

Fue una salida normal como la de cualquier equipo. Lo que pasa es que cuando yo publiqué en mi Twitter la explicación, era porque no fue un tema económico y nada más que por eso, no tengo ningún problema con el entrenador (Julio Lamas) ni con nadie de mi anterior club. En su momento todos pensaban, incluso yo mismo, que iba a jugar un año más en San Lorenzo, pero no fue así y salí al mercado para recalar aquí en Obras.

Estaba paseando en Disney con su familia y lo llamaron para dar una prueba en la Summer League de la NBA. ¿Cómo fue esa anécdota?

Yo me había casado en Julio de 2006 y me fui de luna de miel. Estando ahí me enteré que tenía una prueba en Orlando. Como nosotros, con mi esposa, fuimos a Miami y después a Orlando justamente. Por lo que estando ahí, tuve que salir de apuros a buscar un par de zapatillas para poder dar esa prueba. El primer día fuimos a Disney como un viaje normal, y al otro día estaba jugando un partido. Terminamos de manera normal nuestra luna de miel y a las semanas me comunicaron que me querían en la NBA.

¿Qué recuerdos basquetbolísticos se llevó de la NBA?

Los mejores. La verdad que fue hermoso, porque es el sueño de todo jugador desempeñarse en la mejor liga del mundo. Al principio jugaba muy poco, luego sobre el final de la primera temporada terminé de titular y haciéndolo bien por varios minutos. La organización sinceramente es fantástica, al igual que el trato para los jugadores, y creo que cualquier jugador que tenga la oportunidad de vivir esa experiencia no puede dejarla pasar porque son vivencias que solo se dan en ese campeonato.

En los Bobcats coincidió con el más grande. ¿Cómo fue el trato con Michael Jordan?

El trato al principio obviamente es rarísimo, porque hablar de igual a igual con él no es muy común. Pero cuando empiezan a pasar los partidos y él va a todos, baja al vestuario, va a los entrenamientos, termina siendo relativamente normal. Indudablemente, su sola precesencia te predispone diferente porque no es lo mismo hablar con cualquier directivo de un club, a conversar con uno que sea Michael Jordan.

¿Cómo convivió con las excentricidades del mundo NBA?

La verdad que al jugar en Europa ya entrás en contacto con muchos jugadores que se desempeñaron en Estados Unidos y más o menos te hacés una idea de como se manejan ellos. En parte también es normal, que los chicos jóvenes que recién arrancan en la NBA, se quieran comer al mundo y lo primero que hacen es comprarse el último auto para llamar un poco la atención. A mi no me sorprendió tanto ese tipo de cosas, al estar tanto tiempo afuera, te codeas con mucha gente que ya conoce ese mundo y que son de la misma manera, porque no sólo el americano es así.

¿Qué le deslumbró de la NBA?

Me gustó todo sinceramente. Lo que más me llamó la atención es que el jugador es la súper estrella, muy por encima del técnico y de los dirigentes. Acá es como que estamos todos mucho más parejos. Allá esta todo pensado para el jugador se sienta cómodo y haga su trabajo de la mejor manera, levantás un teléfono para pedir algo y enseguida lo tenés.

Fue parte de la Generación Dorada, pero entró más tarde. ¿Cómo vivió de afuera el Mundial de Indianápolis?

Lo viví creyendo que podía estar tranquilamente. Nosotros no sólo nos conocíamos de la selección, sino que no hemos criado jugando en la misma liga. Muchos coincidimos en Liga Argentina, Liga de España, mismo jugando la Euroliga, y por eso también se produjo ese entendimiento. Puntualmente en el 2002, la verdad que me quedé con la bronca que nos quedamos todos por ese final polémico que nos privó de ganar lo que era un Mundial para nuestro país. Pero la vida siempre da revancha y afortunadamente dos años después pudimos conseguir la tan soñada medalla de oro.

En los JJOO de Atenas, cuando tal vez no tenía tantos minutos, le tocó entrar en dos partidos claves (Grecia y Estados Unidos) para ser determinante desde su ingreso. ¿Cómo fueron esos juegos?

Uno cuando entra a un Juego Olímpico, más allá de los minutos que te dan o no, está preparado para ingresar en cualquier momento. Coincidió en el partido con Grecia que no estábamos pasando un buen momento y al final yo termino revolucionando ese esquema para poder dar vuelta el marcador. Pero las ganas y la intensidad con la que uno entra son indiferentes al rival de turno.

¿Cómo fue ganarle dos veces seguidas a Estados Unidos? ¿Cree que ellos cambiaron su forma de jugar debido a esos dos compromisos?

Está claro que el juego NBA es muy diferente al de FIBA. Yo no sé si cambiaron las formas, en aquel entonces nosotros estábamos en un nivel altísimo y ellos empezaron el partido relajados o algo por estilo, pero fuimos netamente superiores. Fue uno de esos juegos en donde uno piensa que si hubiésemos jugado 20 minutos más, igual no se nos escapaba. Desde el comienzo lo llevamos muy bien y aunque ellos podían ponerse a tres, a dos o a un punto, sinceramente teníamos la sensación de que a pesar que se acerquen, era el día para nosotros.

No jugó un solo minuto en la final. ¿Cómo vivió ese momento?. ¿Tiene relación con Ruben Magnano al día de hoy?

Cuando uno juega la final olímpica lo que menos se piensa es si se tiene un problema con alguien o no. Lo que me pasó a mi fue que antes del partido me dijeron que yo ni iba a jugar porque no había hecho bien la entrada en calor, me pareció que era una broma pero al final era cierto. Después con el tiempo si tal vez sentí un poco de bronca o impotencia, pero ese día estábamos todos sufriendo por ganar la medalla y cuando lo hicimos lo festejé como si hubiese jugado los 40 minutos. El revuelo con este tema se originó cuando yo conté este episodio, pero el objetivo era conseguir la de oro y lo logramos. Nunca tuve relación con Magnano, solamente por la selección.

¿Dónde tiene la medalla olímpica?

En mi casa de España, guardada ahí.

¿Son conscientes de lo que produjo esta generación argentina a nivel mundial?

Nosotros con el paso del tiempo, sobre todo cuando viajás y la gente te conoce, comenzamos a tomar un poco de noción. Igual, como nos han dicho algunos de los campeones del 50 en Argentina, recién cuando pasen muchos años uno en verdad toma conciencia de lo que hizo. Pero estando uno en actividad se tienen objetivos inmediatos y se es difícil vivir del recuerdo. Arranca una nueva temporada, tenemos en mente ganar un título, a pesar de que es totalmente diferente ganar un campeonato de Liga que la selección, creo que realmente vamos a tomar dimensión de la medalla cuando pasen los años.

¿Qué es la Generación Dorada para usted?

Es una etapa de mi vida muy importante. Yo coincidí en el equipo con toda esta camada de jugadores excelentes, realmente fue un privilegio y una bendición poder haber nacido en la misma época que todos estos chicos. Porque que coincidan 12 jugadores, con un nivel muy parejo, que en el momento en el jugamos en Atenas todos estábamos en nuestro mejor momento, no es muy normal. Podríamos no haber sido campeones, porque es al todo o nada en un solo partido, pero afortunadamente ganamos y me queda un recuerdo imborrable.

Con el retiro de Manu Ginóbili y Andrés Nocioni, ¿cómo vio a sus ex-compañeros en estos Juegos?

Yo los veo súper bien, como siempre. Uno nunca cree que va a ser el último Juego Olímpico, siempre esta a la expectativa de que van a jugar otro más, es difícil pensar que se están retirando, pero en algún momento iba a pasar. Lo bueno es que los chicos que viene de abajo lo hacen con muchas ganas, mucho empuje y eso da mucha esperanza, porque todo esto va mucho más allá de la medalla. Por ejemplo, este año si no nos tocaba Estados Unidos como primer cruce de la segunda ronda, tal vez estábamos hablando de otra medalla o de una colocación mejor. Tal vez la posición final de Argentina no reflejó lo que fue la participación del equipo.

La vida lo golpeó duramente con los fallecimientos de su madre, su hermana y su novia en un accidente, y un año después el de su padre. ¿Cuánto se aprende de estas adversidades?

En realidad no es que se aprende de este tipo de situaciones, son circunstancias de la vida. Cuando uno tiene un problema lo puede solucionar, en cambio cuando son cosas que te van a suceder son irremediables. El tiempo termina remediando todo, uno aprende a convivir con lo que ocurrió y no es una cosa de que la gente diga: “Uh… lo que le costó a este chico”, sino que se pasa mal al principio pero después te acostumbrás a vivir con lo que pasó.

¿Cuánto tuvo que ver su hermana Jorgelina para superarlo?

Mucho. Quedamos los dos solos en ese momento. Creo que uno con el otro se fue apoyando y al tener una personalidad parecida eso facilitó las cosas. Veo muchas personas que pierden un abuelo y parece que se les viene el mundo encima, en el caso nuestro lo fuimos superando y nos dimos cuenta que la vida sigue.

¿Cómo fue volver a creer en el amor?

No es volver a creer en el amor porque el amor a mí jamás me decepcionó. Pasó lo que pasó y hubo que seguir, por ahí como lo cuento parece muy frío pero en realidad las cosas pasan y sino tienen solución hay que buscar otro rumbo. Conocí a mi mujer a los ocho meses que llegue a España, a los dos años y medio ya me casé con ella, y hoy llevamos 10 años de casados.

¿Por qué estuvo tres años retirado de las canchas?

El tiempo que estuve sin jugar fue pasando. Yo cuando fiché por Caja Laboral lo hice por cuatro años, cuando terminó el primero salimos campeones, pero ellos me plantearon que estaban con problemas económicos y que debían bajar la ficha, a lo que yo me opuse. Terminamos arreglando la salida y le dije a mi agente que me iba a Venado Tuerto (Santa Fe) a esperar un tiempo, pasó diciembre, enero, febrero y así sucesivamente hasta que se hicieron tres años. No fue que estuve esperando a ver que hacía, sino que estaba con otras actividades y cuando uno está entretenido el tiempo pasa rápido. Se podrían haber hecho 10 años y no volvía, pero me sentí cómodo después de un torneo local y sinceramente jugar al básquet no me cuesta tanto, a pesar de que haya que entrenar mucho y estar lejos de la familia.

¿Qué lo llevó a volver?

La verdad es que en 2010 yo termino siendo campeón en Vitoria con Caja Laboral. Dejé el básquet por tres años y me dediqué a otras cosas actividades, puse un negocio. Y sinceramente no estaba extrañando mucho jugar, pero un amigo de Venado me invitó a la liga local, diciéndome que después de los partidos nos íbamos a tomar algo y hacerlo como un hobby. La cuestión es que al primer partido que voy ya fue la televisión, el estrés por jugar esta liga era el mismo que jugar profesionalmente y tuve que ponerme a entrenar para jugar varios minutos y logramos salir campeones. Ya estando en forma física, me invitaron a jugar un torneo amistoso en Angola. Como el gobierno argentino tenía un convenio con el país africano, había que mandar jugadores por lo que fuimos con una selección alternativa plagada de juveniles. Fui y jugué bien, fueron dos partidos de los cuales yo estuve en el primero, hice 24 o 26 puntos, pero salí desgarrado(risas). Igual me empezaron a decir que estaba para jugar y al final tanto me insistieron que me terminaron de convencer y acá estoy.

¿En qué ciudad de las que estuvo disfrutó más la vida?

Málaga. Es una ciudad preciosa, estuve tres años, ahí conocí a mi esposa, mi hermana también vive allá, hice muchos amigos fuera del básquet e incluso tengo mi casa y siempre que tengo vacaciones me voy para ahí.

En todos estos años dentro de una cancha, ¿cuál cree que fue su mejor momento?

Creo que mi tope fueron mis años en la NBA, llegar a Estados Unidos es impresionante. Después del final de mi primer año en Charlotte donde termine jugando de titular, creí que me quedaba a vivir o al menos por muchos años. Sin embargo a medida que fui perdiendo minutos, el cambio de franquicia, y a pesar de que tenia opciones de continuar en ese medio, el jugador siempre quiere jugar y decidí volverme a España. Pero llegar a la NBA es el momento en que tocas el cielo con las manos.

¿Hay algo de lo que se arrepiente?

No me arrepiento de nada. Sería muy injusto conmigo mismo si cambiara algo. Si en mis comienzos, a los 17 o 18 años, me decían que iba a ser la carrera que terminé haciendo no lo hubiese podido creer. Con un cuarto de la carrera que hice me hubiese conformado, pero uno es ambicioso y siempre busca mejorar cada vez más.

¿Qué objetivos deportivos le quedan por cumplir?

Son inmediatos. Quiero salir campeón con Obras, después la Liga te pone donde merecés. Pero el día que pierda esa competitividad que llevo dentro y las metas que me propongo, va a ser el día en que definitivamente de un paso al costado.

¿Y en lo personal?

Estoy súper bien, afianzado con una familia hermosa y la verdad que ahora estoy disfrutando mi momento profesional. Obvio que uno siempre quiere por ejemplo que sus hijos les vaya bien, ser todos felices, pero no tengo nada de que quejarme porque tengo una familia muy bien constituida, unos hijos hermosos y un buen momento laboral.

Por Mauricio Panizza y Juan Esmoris.