Yale logró un agónico triunfo ante Capurro con triple en la hora de Martin Astramskas, estrenándose con éxito en la DTA.
En partido disputado en la cancha de Verdirrojo, debido a múltiples cierres de cancha con que se sancionó al conjunto rojinegro, la emoción se hizo presente en un último minuto donde la victoria cambió de manos a falta de 3 segundos para el cierre.
Un trámite marcado por el bajo goleo, donde la regla general fue ver a las defensas superando a los ataques desde el salto inicial. Con paridad en el juego y el tanteador, ambos conjuntos con marcación al hombre y buscando la ventaja en las transiciones como recurso ofensivo. En el local destacaron en esta etapa Christian Rosales y Juan Andres Suarez, aprovechando grietas en la marca de su rival para sacar leve ventaja, que sin embargo fue revertida por el equipo de la calle Gallinal, gracias a acciones en penetración del ex Malvin Franco Brun, para cerrar el parcial en cifras de 22 a 18.
El segundo cuarto mostró mejor al visitante. Capurro careció de juego colectivo, no distribuía el balón lo suficiente, y lanzaba en forma apresurada con tiros bajo marca contestada, ante la desesperación de su entrenador Fernando Cabrera, quien en los minutos de tiempo pedía con vehemencia que se pasaran más la pelota, y usaran los sistemas. En especial a Ivan Cabrera en la pintura como opción de posteo, o en la descarga del alto-bajo. Sin mayor resultado, estuvo 4 minutos sin convertir tantos, con lo cual el equipo dirigido por Ignacio Ortiz sacó una máxima diferencia de 9 en el marcador. Sólo 2 asistencias en 20 minutos evidenciaban el apuro por definir de los rojinegros, y de esa manera finalizaron por debajo 36 a 31 al cabo del primer tiempo.
El tercer cuarto fue el más deslucido de los parciales en el gimnasio de Verdirrojo, se dieron continuos errores en uno y otro conjunto, y los porcentajes de lanzamiento cayeron estrepitosamente, en triples 4 de 23 para Capurro y 2 de 16 para Yale. Ambos con serias dificultades para superar la zona que le planteaba el rival, y aún los más experientes como Emilio Taboada y Hugo Timote evidenciaban problemas en ofensiva. El primero marró sus primeros 9 intentos de triple y el segundo aportaba rebotes, pero no lograba anotar. De todos modos, la ventaja se mantuvo en favor de la visita, ya que el rojinegro tuvo 8 pérdidas en los 10 minutos y 17 en el total, concediendo oportunidades de tomar la delantera. Esta etapa finalizó con el de Jacinto Vera arriba por 47 a 44.
Y en el cierre, todas las falencias técnicas se vieron compensadas por un desenlace muy cerrado e incierto ganador. Ningún equipo lograba desequilibrar el cotejo, en 7 minutos, el parcial era de sólo 5 a 2 para Capurro y el trámite igualado a 49, y a falta de 1.07 nuevamente a 54 tras triple del joven interno Cabrera. En ese momento el suspenso se adueñó de la noche. Primero con falta cometida sobre Rosales en tiro de 3 puntos, de los que convirtió 2. Luego en la recarga 1 por 1 de Gonzalo Rivas para igualar a 56. Y a falta de 3 segundos, nuevamente Cabrera con tiro a corta distancia pareció sentenciar el juego. Nada más lejano de la realidad. Tras minuto de Ortiz y saque en ataque, habilitación a la esquina para el triple milagroso sobre la bocina de Martin Astramskas y victoria por 59 a 58, que será muy recordada por la gente de Yale en un final infartante.
LO DESTACADO
Martin Astramskas: En un cotejo donde no hubo figuras de gran rendimiento, nos quedamos con la jugada de definición: inteligente movimiento por detrás de la defensa que pierde orientación de su posición, y recibe el balón en el momento justo para lanzar desde la esquina y ganar el partido antes que llegaran a impedírselo.
UNO x UNO
J.Suarez (6): Comenzó a todo ritmo y buen manejo de los ataques, luego fue perdiendo efectividad. Rosales (6): Logró 13 puntos y 8 rebotes, poderoso 1 contra 1 pero impreciso en el tiro exterior. B.Suarez (5): Erró todos los tiros de campo, sólo ayudó bajo la tabla. Valenzani (6): Doble doble con 13 puntos y 14 rebotes, pero se desconcentró en la última del partido. Cabrera (7): Si bien se apresuró en varias ofensivas, estuvo a punto de ganar el juego con goles claves al cierre. Abalo (4): Bajo desempeño, fue bien sustituido. Angeriz (5): Aplicado en defensa, erró mucho de tres puntos. Orique (4): Mal encuentro, tuvo dos pérdidas muy costosas para su equipo en la parte final. Marrero (-): Pocos minutos. Cabrera (6): Fiel a su estilo, vivió intensamente cada jugada. Enfatizó en los minutos de tiempo el evitar desconcentraciones en los cambios de hombre del rival, y a punto estuvo de ganarlo.
Rivas (5): Bajo encuentro, pero tuvo la virtud de encestar la jugada previa al cierre para empatar las acciones. Brun (7): Intenso en defensa y muy agresivo al aro, rindió mejor en el primer tiempo. Taboada (6): Obsesionado con el tiro de tres puntos sin éxito, igual en el cierre revirtió volcando toda su experiencia. Astramskas (7): El héroe del partido, con la bola para ganar. Timote (6): Fiel a su característica, muy disciplinado para otorgar cortinas al base y se le vio fuerte en rebotes, pero con poco gol. Diaz (5): Aportó minutos desde la banca sin mayor destaque. Scaletti (5): No pudo resaltar, se le vio apresurado en los lanzamientos. Cabral (-): Poco tiempo en cancha. Ortiz (7): Buen primer tiempo, en el complemento no pudo revertir la falta de gol. Pero planificó a la perfección la última jugada, con el corte del centro a la esquina de Astramskas para recibir y convertir.
VAR
Alvaro Labiuza, Gino Saraiva y Emanuel Silveira (6): Condujeron con acierto, si bien hubo algunos errores de apreciación al inicio del complemento, en un juego definido en última posesión cobraron acertadamente.
LO DISTINTO
Sandra Lopez ha cumplido hasta el presente varios roles en el basket. Con pasado de jugadora en la LFB y como jueza, actividades de las que manifiesta no haberse retirado aún, estuvo presente en la banca rojinegra en su nuevo rol, como Kinesióloga del equipo. Nos comentó que desempeña tareas además en una Clínica de Rehabilitación, prestando servicios a otros Clubes con jugadores vinculados tanto al basket como al fútbol, para seguir de ese modo vinculada al deporte que tanto le gusta.