Alerta amarilla

El conjunto visitante llegaba como favorito a este cotejo, pese a la baja de Federico Haller en su plantilla. Y ratificó su condición ya que estuvo siempre al frente en el marcador desde el salto inicial. Los primeros minutos lo mostraron con una variedad de estrategias defensivas, pasando de forma alternada de zona 2-3 a hombre,prácticamente que de jugada a jugada. Y le dieron resultado tanto una como otra, ya que dejó sin gol al equipo local, impreciso en el tiro exterior y en el manejo del balón, totalizando 7 pérdidas a lo largo de ese primer cuarto. Y en su defensa se vio superado permanentemente, especialmente en las tablas con un Mauro Oglivie fuerte en el uno por uno, bien acompañado por Frank Hassell. La distancia en el tanteador llegó a la máxima de 13 puntos, 27 a 14, al cabo del período.

Nicolás Diaz, disconforme con la actuación de sus titulares, buscó soluciones desde el banco. Varias sustituciones encontraron finalmente éxito en los minutos que le tocó ingresar a Juan Andrés Galletto, aportando mayor movilidad a una ofensiva que además de insegura se mostraba lenta, favoreciendo la defensa en primera línea tanto de Luciano Parodi como de Manuel Romero. Puntos consecutivos que permitieron achicar en parte la diferencia promediando el cuarto, pero no daban impresión de prosperar frente a un juego con mayores virtudes colectivas de Hebraica. Es que sus figuras titulares tuvieron un primer tiempo para el olvido, convirtiendo sólo 7 de los 32 puntos del local. La visita desplegó su mejor juego en ese cierre, para tomar máxima de 18 puntos de ventaja, 50 a 32, de cara al descanso largo.

El trámite se mantuvo incambiado al comenzar el complemento. Cordón entró en el desorden desde el inicio, y prueba de ello fue que ingresó con seis jugadores a la cancha, lo que perfectamente le pudo costar una falta técnica. Varias vías de gol de su rival le impedían acercarse en el marcador, canastas en transición tras cometer 21 pérdidas a lo largo del encuentro, y mucho protagonismo de los jugadores extranjeros, que superaron a los de Cordón por 45 a 10 a lo largo del encuentro, volcaban la balanza a su favor minuto a minuto, con 21 puntos de ventaja que daban la sensación de partido liquidado a los presentes en el gimnasio albiceleste. Superaba a su rival en porcentajes de tiro, rebotes y asistencias, y sólo dos triples consecutivos de Hernando Cáceres sobre el cierre redujeron la diferencia por 68 a 54 al cabo del tercer período.

El local salió en el último cuarto a jugarse el resto. Y como en el segundo período, ahora quien se cargó el equipo al hombro fue su escolta Martin Trelles con varias jugadas de destaque individual, para acercar a su equipo a 12 puntos, 76 a 64, con 5 minutos para el final. Pero no prosperó. Leonardo Zylberstein pidió minuto cada vez que veía que el partido entraba en una ida y vuelta constante, y reorganizó sus ofensivas de diseño con asistencias al poste bajo para sus internos Frank Hassell y el propio Oglivie, que volvieron a estirar la ventaja, ahora sí en forma irreversible. El encuentro finalizó por 87 a 70, números que marcaron el rendimiento de uno y otro en el cotejo, y que significaron la vuelta a la victoria del Macabeo tras una dura derrota ante Peñarol, mientras que Cordón se fue con preocupación, en especial por el muy bajo aporte de sus extranjeros.

Gran trabajo Ernesto Oglivie. El panameño juega constantemente sin pelota buscando pick y repick con el perimetral, o recorriendo la llave con cortinas indirectas para liberar a los tiradores. Y en el uno por uno desequilibra cuando se postea y recibe. 15 puntos, 6 rebotes y 87% de acierto en tiros de dos puntos, marcaron una brillante actuación.