Hebraica y Macabi retomó la corona tras seis años de sequía. Con la vuelta a casa de Leonardo Zylbersztein y un inesperado retorno del viejo continente de Luciano Parodi, en Camacuá se alimentó la ilusión del título, con su fórmula del éxito.

En Ciudad Vieja, la noche de ayer tuvo la celebración de su séptimo título en primera, el cuarto de LUB, donde el factor común, fue la presencia de Zylbersztein y Parodi. Tras su salida de un exitoso pasaje en Nacional, Leo concretó su tan esperada vuelta a casa y junto con la vuelta de Luciano, Macabi sin ser el equipo de galácticos de 2017, se plantaba como uno de los candidatos a cortar con el bicampeón, Biguá.

Tras un arranque donde el sanducero lo vio de afuera, su debut revolucionó rápidamente la LUB, con diez victorias al hilo, gracias a un mago como Parodi, que noche a noche hizo desaparecer de las mentes de los presentes ese negativo inicio, para reemplazarlo con ilusiones de campeonato.

Pero que sería de ese mago sin uno de sus más grandes mentores, aquel que lo tuvo desde el inicio de su carrera y que lo catapultó al otro lado del Atlántico. Aquel que ante la adversidad y cuando la magia tuvo que descansar o estar en sanidad, también tuvo sus cartas bajo la manga.

Porque cuando los López, Camiña o Ponce intentaron tirar un batallón de defensas para disipar la magia, fue el coach quien sacó una segunda línea súper efectiva de la galera e incluso con cambios en su acto de apertura.

Fue el que ante la rotura de uno de sus más brillantes trucos, fue en busca de un hombre que se guardó su mejor presentación para el final. Que tuvo en su zona, un acto seguro, que lo catapultó a lo más alto show.

Pero si bien el equipo respondió bien sin el mejor de sus magos, siempre apareció con sus destellos de calidad. Con ese control de los segundos en su cabeza; la capacidad para detener el tiempo y finalizar sobre los 24, actos imposibles de no reconocer con un aplauso de pie. El dueño de ese talento extraordinario para hacer aparecer permanentemente huecos y hacer de sus mejores actos de escape al ser encerrado por las defensas rivales.

Fue quien dejó los coquetos escenarios de Europa, para venir a brillar a nuestro país. Para cerrar en el magnífico Antel Arena, otro gignate show, junto a un amigo, con el que el triunfo parece ser un acto infalible.

La fórmula del éxito, tuvo un capítulo más... En donde el mago, volvió a casa para tener otro acto brillante... Pero con un mentor que le puso la alfombra roja, para convertir todo su talento, en una copa más.