En la noche de ayer, LeBron James superó a Kareem Abdul-Jabbar y se convirtió en el máximo anotador de la historia de la NBA.

El 23 de abril del 1989, Los Angeles Lakers derrotaron en casa a Seattle SuperSonics por 121 a 117. Esa noche, Kareem Abdul-Jabbar disputó su último partido de temporada regular en la NBA. El pívot que había cumplido 42 años hace unos días, encestó 10 unidades y de esa manera alcanzó los 38.387 puntos en su carrera. En esa época, la mayoría de los amantes de este juego, pensaban que ese récord iba a ser muy difícil de superar.

5.302 días después del último encuentro del jugador cuyo nombre de nacimiento era Ferdinand Lewis Alcindor Jr, se produjo el debut en la liga de LeBron James. A partir de su segundo año de high school, con 16 años, comenzó a tener la atención de los medios deportivos más importantes de Estados Unidos. Le pusieron el título "The Chosen One", lo que para muchos chicos de su edad podría llegar a ser un peso enorme. Sin embargo, el alero de St. Vincent-St. Mary se encargó de demostrar en las siguientes dos temporadas, que estaba hecho para grandes cosas.

En el Draft del 2003, fue seleccionado con el pick 1 por los Cavaliers. Todo había salido a la perfección, ya que LeBron había nacido en Akron, una ciudad ubicada a 60 kilómetros de Cleveland. Ya en su primera presentación con el equipo de Ohio, James dejó en claro que iba a tener un fuerte impacto en la NBA. En su debut ante Sacramento Kings, el número 23 aportó 25 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias y 4 robos. Obviamente, al terminar esa campaña, fue elegido rookie del año.

En las siguientes 18 temporadas, "The King" dominó la liga como pocos lo han podido hacer. Además, se convirtió en el jugador más completo de la historia de este deporte, ya que llegó a jugar en las cinco posiciones, siendo determinante en cada una de ellas. Es el único hombre en estar en el Top 10 histórico tanto en puntos como en asistencias. Además, se encuentra en la novena posición en robos y entre los 35 máximos reboteros.

Para no aburrir mucho con sus logros, ya que el propósito del informe es otro, vamos a marcar que el actual jugador de Los Angeles Lakers es cuatro veces campeón, en cada una de esos campeonatos fue elegido MVP de las Finales, cuatro veces MVP de la temporada regular, tres MVP del All-Star Game, 19 presencias en el juego de las estrellas, máximo asistidor en la temporada 2019/20, goleador de la 2007/08 y varias distinciones más.

Pero lo más importante de todo y que pocos jugadores han podido conseguir, es la vigencia que este pro hombre ha logrado mantener a lo largo de su carrera. En las últimas dos temporadas, con 37 y 38 años respectivamente, ha promediado más de 30 puntos por partido, media que no alcanzaba desde la campaña 2005/06. Esa permanencia es la que le permitió transformarse en el máximo anotador de la historia de la NBA, cuando en su momento, parecía imposible de quebrar la marca de Kareem Abdul-Jabbar.

En la noche de ayer, necesitaba anotar 36 puntos para subirse al olimpo. Toda su familia y varias personalidades asistieron al partido para verlo conseguir el tan ansiado récord. En un juego en el cual sus compañeros hicieron todo para que no lo lograra, el nacido en Akron se encargó por sus propios medios de alcanzarlo. Con un fadeaway a falta de diez segundos para el final del tercer cuarto, el número 6 quebró la marca histórica que le pertenecía al jugador con más MVP de la temporada regular.

El encuentro se frenó cuando LeBron convirtió la canasta, para que pudiera recibir el saludo de su familia y amigos. Además, se realizó una pequeña ceremonia, en la cual Abdul-Jabbar le entregó un balón a James. Dicho momento fue bastante frío, ya que hace un tiempo tuvieron un "enfrentamiento", debido a algunas palabras que expresó el oriundo de New York y que al parecer, el de Ohio no ha logrado olvidar.

Muchos fans y amantes de este hermoso deporte se enganchas en discusiones acerca de la grandeza de los jugadores. Para algunos el GOAT es Michael Jordan, para otros LeBron James, mientras que otros nombres también pueden sentarse en la misma mesa. Lo único que podemos decir, es que no hay necesidad de compararlos, cuando podemos disfrutar de cada uno de ellos.

Por suerte, para los que amamos este deporte y nos emocionamos al verlo jugar noche a noche, todo hace indicar que tenemos LeBron para un tiempo más. Gracias mostro por ser tan enorme. I love you 3.000.