Trouville superó ampliamente en el juego a Urupan 98-89 en su gimnasio, y de esta forma se trepó a lo más alto del campeonato.
Jornada inhóspita en cada recoveco de Pocitos, que estaba imposible para poder estacionar – como ocurre habitualmente- pero igual la cancha tenía buen marco de público como lo hace generalmente el rojo cuando juega de local. El verde de Pando a pesar de su flojo arranque, también arrimó un puñado de hinchas, que se animaron a salir a pesar del asfalto mojado de la ruta para llegar a la capital.
El cotejo arrancó goleado con Trouville siendo más colectivo y cargando la tabla con Josh Price, y Gianfranco Espíndola vertical para anotar. Bavosi -sin puntos- pero muy inteligente para encontrar la primera ventaja desde el pick central con el “9” rojo. Parcial de 7-1 local para sacar una primera diferencia los de Signorelli 20-14. Generoso el equipo, paciente, ya que Sarni contenía de buena forma a Davis en un cuadrado 1 que intentó en el arranque la visita.
En ataque el elenco pandense encontró gol en el tiro largo de Fernando Martínez, para acortar distancia. Pero rápidamente la T, con cambios y buenos pasajes, siendo regular en cada uno de sus exponentes, sacó la máxima 40-30. Price/Dawson trataron de colapsar la pintura y el número “4” de Chucarro atacó a Ferguson que dio muchas ventajas defensivas en los primeros 20 minutos. Una bomba de Hernando Cáceres sobre la chicharra fue clave, y parecía un golpe anímico clave para acortar 52-48.
El complemento encontró a la T en su mejor versión en la noche, con gran juego de pases, para buscar al mejor compañero ubicado. Todos anotaban abiertos, con buenos lanzamientos y en reiteradas ocasiones sin oposición. Urupan tuvo una pésima noche defensiva y su rival estaba con todas las luces encendidas, sacó la máxima 89-70 a falta de 6.20 para el final y el cotejo parecía cerrado, por juego, actitud y energía.
Tuvo un esbozo de reacción el verde con siete puntos en fila de Ferguson, obligó a cambios en Signorelli y el encuentro retomó su cauce y el hincha respiró en la tribuna. Yo te daré, te daré una cosa, una cosa que empieza con T. ¡Trouville! Torbellino de básquetbol, más que marea roja, 98-89 fue el resultado final que se maquilló en alguna peluquería cerca del flotante.
LO DESTACADO
El bueno de Marcelo Signorelli, aunque no quiso hablar con BT previo al campeonato, sabemos que es asiduo lector de nosotros. Pero no es por eso que se ganó esta distinción, sino que su equipo juega muy bien, se pasa de gran forma la pelota, no tiene egos y tiene la virtud de encontrar siempre a un jugador distinto en diferentes pasajes. Rendimiento parejito, tuvo 27 asistencias, 14 en la parte inicial y 13 en el complemento, un relojito. En lo previo, nadie lo tenía, es más, todos lo daban en la parte de abajo de la tabla. Pero el trabajo, paga y acá se nota. Se debe destacar, en Pocitos están todos inflados y con razón. Juega muy bien la T. Y la palabra descenso ya no se encuentra en ningún diccionario del barrio. La pandemia sigue y Trouville regala tapabocas para todos.
UNO x UNO
Bavosi (6): Es la calidad y capitán que se necesita cuando el barco pierde el rumbo. Repartió 10 asistencias, masterclass. Davis (6): La claridad de saber por dónde pasaba las ventajas ya que fue bien defendido por Sarni. Espíndola (8): Vertical, intenso, atlético, y una volcada que la vieron desde la rambla. Tremendo. Dawson (9): Muy inteligente para ocupar los espacios y atacar a Ferguson que le ganó toda la noche. Las manos de Pocitos, y eso que no es Kevin. Price (8): Figurón. Dominó a Riauka, cuando se abrió para anotar la puso y prácticamente sin oposición. Fernández (7): Mejor el primer ingreso que su vuelta. Pero se notó que se divirtió, hecho no menor. Tucuna (6): Correcto aporte en ambos costados. Entró en la primera contra el Enano, luego serio y mentalizado hizo enojar al experimentado perimetral. Amichetti (5): En menor sintonía que los demás en ataque, cumplió atrás. Curbelo (5): ídem a Amichetti. Gómez (-): Pocos minutos. Signorelli (9): Destacadisimo el coach.
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Sarni (5): Cumplió con su trabajo con Davis, en ataque lo extrañó Urupan. Starr (6): Anotó desde su 1x1 en el PT, en el complemento no repitió, y bajó en sus porcentajes de tiro largo. Soto (5): No gravitó, y fue superado cuándo lo atacó Espíndola. Ferguson (6): ¿Cuál es el verdadero Ferguson? Adelante se nota calidad, atrás marca menos que tiza mojada, y es contraproducente para el esfuerzo defensivo del colectivo. Riauka (6): Ganó y perdió abajo. Cuando tiene un interno que se abre y lo obliga a salir del poste, le cuesta mucho. Igual bancó, hasta que pudo. Cáceres (6): Lo que jugó, respondió. Esteban optó por el gol de Ferguson y prácticamente no tuvo acción en el complemento. Martínez (6): Revulsivo. Levantó la energía de un equipo apagado. Cuándo volvió al ST, se malhumoró con la terna y se fue descalificado. Dogliotti (4): No pudo cambiar mucho. Souza (5): Correcto. Lemos (5): Ídem a Souza para los pocos minutos con el partido lejos. Yaquinta (5): Quiso que el protagonismo no pasara por Davis, ese plan salió. Pero el equipo estuvo muy flojo atrás, lo llenaron varios exponentes. Bajo de energía y en actitud. Hasta para pelear las divididas, mucho trabajo para el Facha.
VAR
Diego Borghini, Martín Rial y Walter Borio (8): Correcto arbitraje, con alguna pólemica, normal del cotejo. Bien Borghini tratando de llevar el juego muchas veces desde el dialogó, con Martínez lo desbordó y lo descalificó -correctamente-.
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LO DISTINTO
Made in Trouville por todos lados esta noche en la calle Alejandro Chucarro. Los pibes del club y su gente. Además, en la vereda de enfrente estaban Hernando Cáceres, Guillermo Souza y uno que fue clave e importante en los últimos años: Federico Soto. El oriundo del club, hoy en Urupan, jugó como si estuviera en el patio de su casa. Recibió un cálido saludo del público y ex compañeros. Le entregaron una camiseta del rojo con su número 77 y además tuvo un trapo casero, esos que tienen mucho cariño depositado. Duró colgado 20 minutos, pero tuvo mucho sentido de pertenencia. Bien por los hinchas, y también por Fede que se ganó todo ese aprecio.