Colón venció a Tabaré en un partido de locos mostrando una gran solvencia colectiva para llevarse el cotejo en el cierre del mismo.
Apenas comenzado el juego Colón insistió con el lanzamiento de larga y media distancia consiguiendo efectividad Casey Jones que era el encargado de dirigir la batuta. En un abrir y cerrar de ojos Tabaré mejoró el funcionamiento colectivo gracias a la participación de Martín Perdomo. La velocidad del base con la pelota en las manos no solo sirvió para asistir en caída a sus compañeros si no que además encontró el espacio para que con confianza lastime. La continua captura de rebotes defensivos permitió la salida rápida al Indio que fue bien aprovechada por Miles Bowman Jr y Xavier Cousté que dejaron a su equipo arriba 27 a 18.
En el complemento de la primera parte ambos equipos apelaron a la defensa zonal generando poco rédito en los dos lados la cancha. Las manos del indio se encargaron de romperla apostando al tiro exterior mientras que Colón cargó la pintura con Cristian Scaramuzzino como principal exponente. El ingreso de Pedro Mendive fue importante para molestar en la primera línea defensiva y que los locales manejar con exactitud la conducción. La mixtura entre el buen momento del argentino, sumado a una cadena de errores de Octavio Medina más la pasividad defensiva gris provocó que Colón se ponga a una bola a menos de 1 minuto. Una serie de pitazos terminaron de desvirtuar el cierre dejando a Tabaré ganando 49 a 46.
El arranque del complemento tuvo gol por todos y dependió de la intensidad que proponían los bases. Felipe García se cargó el equipo al hombro y asumió con su tiro exterior mientras que Perdomo le puso dinamismo y velocidad a la conducción para que los goles aparezcan debajo del aro. Luego del cambio de marcas fue Pierino Rüsch quien apareciendo desde la esquina y sin marca mantuvo a su equipo en juego y detenía el envión visitante. De ahí en más el cierre del periodo fue de ida y vuelta, se intercambió gol por gol para llegar al cierre del periodo por 72 a 72.
Los instantes iniciales del cuarto tuvieron la misma sintonía que el cierre del anterior. La quinta de Scaramuzzino en pleno periodo benefició, aún más, el rendimiento Ricardo Glenn quién a esa altura del partido ya era figura. Pasado los minutos Agustín Amaral entró en el engranaje visitante, ofuscó a Glenn y le sacó una antideportiva fundamental para abrir una renta considerable que luego sería confirmada con un triple de Andres Aristimuño. Perdomo apeló a su velocidad para intentar desbalancear en las últimas posesiones sin encontrar éxito y la visita se terminó llevando la victoria por 92 a 84.
LO DESTACADO
El masterclass de cierre de juego que metió Colón fue exubertante. Parecía que se ponía durísimo el juego luego de la quinta de Scaramuzzino pero Amaral entró como si hubiese estado en cancha todo el partido. Batalló con Glenn, le sacó una antideportiva, puso los dos y Aristimuño termina de confirmar la arremetida con un triple. Todo eso en un abrir y cerrar de ojo. Este Colón está durísimo y compacto desde todo punto de vista, ojo...


UNO x UNO

Perdomo (6): El equipo jugó a su ritmo. Manejó a la perfección y potenció a todos. Además, la desfachatez de siempre. Medina (5): Jugó un buen partido pero se enroscó con los jueces. El cutch and shoot desde el libre lo maneja como Messi a una pelota de fobal. Cousté (4): No mostró su mejor versión y terminó perdiendo demasiado en defensa. Bowman Jr (5): Tuvo chispazos de crack, los de siempre. Le faltó regularidad y fue otro de los que jugó enojado. Glenn (7): Fue el mejor de los suyos. Batalló, lidió, se tiró, agarró, embocó, reboteó e hizo todo a la perfección. Si Tabaré ganaba era el responsable máximo. Rusch (5): Si lo dejás solo no te perdona y lo demostró. Nunca tuvo vergüenza para tomar el tiro y cuando no lo tuvo distribuyó con exactitud. Pernas (4): Luego de la lesión le ha costado volver con normalidad. Se lo ve dubitativo, no logró influenciar. Palacios (4): Su equipo dominó menos los últimos 10 minutos finales. No supo darle el broche final a un juego que se sabía que iba a ser durísimo. Inentendible el porque no colocar la bola debajo del aro apenas ido Scaramuzzino.
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García (8): Si te pones a correrlo de atrás no lo agarras ni con la mejor voluntad. Le está sumando su clásica velocidad a sacar el tiro. Deluxe. Jones (7): Es bestial como maneja los ritmos y al equipo. Parece que no está jugando y cuando te descuidas te vacuna, sin vuelta. Álvarez (3): El desaparecido de la noche. Espíndola (7): Garra y corazón al servicio del equipo. Sabe, entiende y principalmente quiere. Además, defensa a pura corazonada ante Bowman Jr. Scaramuzzino (7): Tiene un GPS que automáticamente cuando está a tres metros del aro, tira. No importa si está de espaldas, de frente, de costado, o como fuese. El ganchito está calibrado siempre. Aristimuño (7): Hizo un partidazo. Defendió muchísimo y le puso la tapa al juego. Una soberbia inteligencia para manejar los tiempos del juego. Mendive (5): Le comió los pies a todos los rivales que apenas pasaban la mitad de la cancha. Amaral (6): Pocos pero titánicos minutos. La antideportiva que le cobran a Glenn es un antes y un después en el juego. Pura garra eeee. Dorrego (7): Alternó, buscó y encontró. Modifico defensas, cambio sistemas, vario opciones pero siempre tuvo clarísimo por donde pasaba el juego. El cierre lo termina galardonando. Premio a la constancia.
VAR
Martín Fernández, Nicolás Revetria y Rodrigo Prando (5): Por momentos los criterios no fueron los mismos para los dos lados. Algunos pitazos pudieron evitarse y otros no pudieron pasar desapercibidos. Todos enojados.
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LO DISTINTO
“La banda de las chapas” seguramente sea una de las “barras” más jóvenes que tiene algún deporte de nuestro país. Su aporte al juego es crucial y su clásico ruido ya es habitué y molesto para los rivales. Más allá de algún encontronazo con Martín Fernández y la terna, la organización de la fiesta va más allá de globos y papelitos y este líder tomó la precaución de no lastimarse, y si seguir con la fiesta, entonces se puso un guante en la mano la cual golpeaba el techo. No descuidó su rol y tampoco dio lugar a lesiones, excelente servicio.
