Cordón superó sin inconvenientes a Miramar, 72-54 y se posiciona de buena manera en el torneo, buscando el retorno a la Liga.

El albiceleste se impuso desde el arranque en un juego de media cancha, con una defensa colectiva que soltó ayudas cuando la pelota fue al bajo o ante rompimientos, que estancó al Mono. Si bien el local tuvo sus mejores minutos cuando fue a zona, el de la calle Galicia encontró en un goleo repartido, distintas vías de gol para dañarlo. El arranque fue con triple de Prieto de la esquina para tratar de abrir la defensa, pero el más regular fue Vasirani, con un seguro tiro de la cabeza de la llave y agregando puntos de segunda oportunidad, para liderar el primer cuarto, 20-10.

Cordón creció desde el colectivo adelante, primero con puntos tras cortes por línea de fondo y después, aprovechando los ingresos desde el banco, para sostener su intensidad defensiva y aprovechando su éxito atrás para correr la cancha. Tucuna fue uno de los ingresos claves para Ponce prendido a la intensidad del equipo y agregando su juego de frente, mientras que Capalbo, fue quien llevó el ritmo de un equipo que dominó el primer tiempo y lideró por 15 (36-21).

Si bien la visita arrancó algo trancado la segunda parte, nunca resignó la parte defensiva. Capalbo exigido logró abrir el candado de la defensa rival y posteriormente, cayó una catarata de triples, repartidos entre el propio Lucas, Ramírez Barrios y Prieto, que dispararon la diferencia a 29 (50-21). Con el juego quebrado temprano, el ritmo bajó, pero hubo minutos para que Cordón se floreara en alguna incidencia. López entró bárbaro, con momentos decidido yendo adentro a buscar sus puntos y demostrando también su mano de tres puntos. Planells agregó su cuota, con minutos muy interesantes conduciendo al equipo. Ponce muy temprano mandó a cancha a lo más profundo de su banco. Miramar lo terminó maquillando con Flippin absorbiendo las ofensivas contra los pibes, cerrando el juego por 72-54.

LO DESTACADO

Sin dudas Cordón brilló como equipo, pero tuvo en el ritmo y en las manos de Lucas Capalbo, las soluciones ante las adversidades. El base de Malvín fue el encargado de abrir el juego cuando los aros estaban cerrados y en el tercero, el que tuvo la llave ante un equipo cerrado, con un doble difícil y un triple que abrió la canilla del equipo para cerrar el partido. Dentro de un equipo súper joven, el ritmo de Luquitas le calza a la perfección al puente y el plantel, respalda a su base jugando a su intensidad altísima.

UNO x UNO

Mayora (5): Dio verticalidad. Cabillón (5): Cumplió. Tessadri (4): Muy entreverado. Arregui (3): Perdió la batalla Flippin (2): Maquilló ante los pibes. Piñeiro (5): Le puso mucha actitud. Núñez (3): Lejos de lo que nos tiene acostumbrados. Rodríguez (4): Superado. Pérez (4): Superado por la intensidad rival. Olivera (2): Nunca logró imponer sus condiciones. Del banco no encontró soluciones.

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Capalbo (8): El destacado. Prieto (7): Su primer Metro lo vive de forma muy especial. Deja la vida en cada pelota, grita los puntos con mucha pasión, es ese jugador que todo hincha quiere en su equipo. Xavier (5): Sin necesidad de levantar el telón para dar su show, cumplió. Ramírez Barrios (6): Da una lectura bien argentina con su juego desde el alto. Vasirani (7): Labura un montón abajo. Tiene un ganchito divino. Tucuna (6): Entró bárbaro. Fue clave para abrir el partido, le calza muy bien al equipo. Modernell (6): Viejo zorro. Desde el alto se nutre de asistencias. Goza que juega con un equipo de pibes que corren para todos lados. López (6): Entró con muchas ganas. Demostró que está recontra listo. Timote (5): Carpeteó en el poste bajo. Losada y Amstramskas (-): Minutos con el partido liquidado. Ponce (8): No pasó zozobras. Su equipo en media cancha tuvo recursos y cuando logró correr, lo quebró.

VAR

Andrés Laulhe, Martín Fernández y Christian Barreiro (8): El partido no dio para mucho. Nunca se les fue de las manos.

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LO DISTINTO

Si bien Miramar viene de tres derrotas consecutivas, hay hinchas que son incondicionales... Y que más incondicional que los pibes. Con ese sentido de pertenencia al club, todos ellos con indumentaria del Mono, que sin importar el tamaño de la pilcha, la lucen con orgullo. Los que en cada minuto ingresan a la cancha a jugar con la pelota que sea, soñando con algún día, picar la pelota en el remodelado flotante de Santiago Gadea, rodeado de la gente que hoy alienta al equipo también en las malas... Son el futuro y están súper entusiasmados con la del Monito, sin importar los resultados.