La fortaleza de un equipo se evidencia cuando la labor grupal supera a la de cualquier individualidad. Nunca más claro que en estas finales, donde Nacional con un gran rendimiento grupal ha logrado “olvidar” las faltas de dos hombres claves como Moglia y Souberbielle, mientras que en Biguá no han sabido suplir a Vidal hasta el momento.
Claro está que los equipos se van trabajando en la pretemporada y en la fase regular para llegar a los playoff con varias opciones colectivas trabajadas, que te permitan tener flexibilidad y capacidad de adaptación frente a las contingencias que te plantee el rival, cómo también para ir dando confianza a todo el plantel disponible y así potenciarlo al máximo y aspirar a ser eso, un equipo y no un cúmulo de individualidades. Viendo el aprovechamiento de los planteles en estas finales y las variantes tácticas mostradas, Nacional ha mostrado haber trabajado en muy buena forma en ambos aspectos.
El primer cuarto (19 a 13 para Nacional). El albo fue claro en su plan de cargar permanentemente a los hombres grandes de Biguá, posteando a Mitchell y a Batista como también aclarando en el poste alto a Collier y a Mitchell para que jugaran 1x1 frente a Hatila y Rudd. Apenas tiró tres triples en el cuarto, producto de ese constante machacar la tabla. Biguá, que terminó 2 de 8 en triples, con la receta de Sims atacando en aclarado y en pick sin los triples acostumbrados, con Rudd intentando más que el partido pasado pero muy errático.
En el segundo cuarto (19 a 18 Biguá), Nacional que volvió al hombre en defensa, siguió insistiendo con darle la pelota a Mitchell y a Collier y seguir desgastando a Hatila y Rudd, y se incorpora Cabezas jugando picks y asistiendo, sacando 9 de máxima (30 a 21). Biguá con Sims jugando picks con Rojas y Hatila, pero sin su efectividad conocida en tiro de 6.75, mientras que Rudd continuó activo en transición y en 1x1 pero errando. Terminó el primer tiempo 37 – 32, Nacional arriba, siendo la final con menor goleo. Nacional con el libreto claro de machacar a los grandes rivales, Biguá con Sims creando y Rudd tomando tiros lejanos cuando le llegaba y jugando 1x1.
En el tercer cuarto Mitchel y Collier continúan en 1x1 contra los grandes de Biguá, mientras que Morrison y Cabezas generando ventajas desde el pick, logran seguir con el control del juego (4 triples en el cuarto) y terminan el cuarto 59 a 52. En Biguá se destaca Rudd en la defensa de Morrison que por momentos jugó de alero junto a Rojas y Hatila, pero el equipo no convirtió un solo triple en el cuarto.
Para el último cuarto (17 a 17) si bien Sims como siempre acaparó las ofensivas, se vio más decisión de su parte de atacar verticalmente el aro luego de cada pick o aclarado (si bien terminó 1 de 10 en triples); con un triple de descarga de Loriente el partido se igualó en 65 a falta de 1 30. Faltando un minuto y solo 2 abajo, erró un triple a pie firme Sims y dos Loriente. Nacional en el cuarto insistió con Morrison jugando picks, muy errático hasta que liquidó el juego con un triple producto de un pick muy bien jugado con Cabezas y pase al rol corto de Mitchell quién trianguló con Morrison.
Como dato relevante, Sims arrastra un inverosímil 3 de 24 en triples en los últimos 2 juegos; es un gran jugador pero tal vez el cansancio de no bajar de 38 minutos por juego, con la cantidad de posesiones que tiene que generar y también definir y asistir en cada juego, le esté pasando factura. Curiosamente para ser la tercera final en tres días, jugadores mayores como Alex López o Bastón no tuvieron minutos en todo el juego.
Nacional pasa sin inconvenientes de jugar un small-ball como cuando jugó sin sus tres grandes con Urunday a postear insistentemente a sus grandes al no tener a Moglia y Souberbielle, como marca defensa zonal cerrada dejando el tiro y luego todo un partido al hombre. A eso nos referimos con capacidad adaptativa y flexibilidad para leer al rival y sacar ventajas. Biguá sigue mostrando un plan único en defensa y en ataque.