El Napoleón tricolor

Si uno se sienta a ver una final, lo que más desea es que arranque como empezó el segundo juego entre Biguá y Nacional. Fue un verdadero partidazo desde el inicio, parejo, entretenido y goleado. Con errores por parte de ambos por el vértigo que los dos equipos le impusieron al partido. Nacional encontró a Pierino Rüsch picantísimo desde el perímetro, lo que le permitió sacar breves ventajas, que Biguá con Pepo Vidal asumiendo ofensivamente, descontó. 22-21 arriba el bolso en el primer chico.

En los segundos diez minutos, se confirmó lo que ya había anticipado Diego Pena García, una animalada. Con un 4/5 en tiro de tres puntos, le permitió al Pato darle gol en el peor momento, y empezar a sacar una pequeña diferencia promediando la mitad del cuarto. Luego de esto, Biguá pudo fluir muchísimo más en ofensiva, encontrando gol por varias vías. En la otra vereda, este aspecto costó más, luego de vulnerada la defensa zonal planteada por Nacional, le costó un montón lograr imponer su ritmo al partido. Con algún chispazo individual de Mitchell, insinuó acercarse pero aún así el pato lo cerró mejor y se fue 8 arriba al descanso, 48-40.

Y cuando parecía que el bolso oficialmente se ponía en partido en el amanecer del complemento, colocando un parcial de 4-0 en cuestión de un minuto, llegaron dos bombas de Rudd para que el Pato abra la máxima de 11 unidades. Y no se quedó ahí, ante la desesperación tricolor ante este pasaje de juego, los dirigidos por Laginestra fueron inteligentes en cada lectura, pasando la guinda por Vidal, que leyó a la perfección que el asunto estaba en el bajo, generarle situaciones favorables tanto a Rudd como a Hatila, pero principalmente a Rudd, que de la mano de él abrió la máxima de 13. El bolso, sobre el cierre reaccionó, de la mano de Morrison, el verdadero hombre tricolor, para irse únicamente 6 abajo al epílogo, en un panorama, para lo que había sido el juego, muy favorable para Nacional.

Y de a poco Nacional fue achicando rentas, se volvió a plantar en zona y esta volvió a dar resultados, a eso se sumó la lesión de Vidal, lo que bajó considerablemente el nivel ofensivo de Biguá, que padeció los últimos 13 minutos de partido y jugó a lo que quiso Nacional. Morrison asumió y lo hizo de gran manera, generando juego tanto para él, como para Mitchell, que creció considerablemente en el último chico. Y así fue que Nacional pasó a dominar el juego cuando nadie lo esperaba, y a partir de ahí, lo manejó de forma excelente, con ponchazos, pero controlándolo ante el nerviosismo de Biguá. Que tuvo la última para forzar el alargue, pero López falló, de esta manera la serie quedó igualada. Enorme victoria tricolor en cifras 84-81.