Nacional derrotó en forma justa y merecida a Urunday Universitario por 95-80 y de esta manera se metió en la final de la Liga Uruguaya tras sentenciar la serie 3-1.

En un partido que el tricolor fue más con los retornos de Mitchell y Batista, pero con las ausencias de Souberbielle y Moglia, sacó a relucir un juego colectivo de alto nivel y lo ganó de principio a fin.

Es que el encuentro comenzó mejor para Nacional con una gran movilidad de bola desde el perímetro y muy buen porcentaje en el lanzamiento de tres, así en un abrir y cerrar de ojos sacó 14 (17-3) con Romero y Mitchell como figuras. Esto motivó a un minuto de tiempo pedido por Da Prá, a la vuelta del mismo poco pudo corregir el odontólogo porque el Bolso continuó bárbaro sumándole corridas de cancha de Morrison y Larrea. En el Estudioso lo mejor apareció en las manos de Corbin Jackson y mostró una pequeña reacción de 8-0 que rápidamente la cortó Cabezas con dos bombazos, así los dirigidos por Zylbersztein se llevaron los primeros diez, 32-18

La realidad que esta tónica se prolongó en el resto del partido, es que pareció que los de la Avenida Joaquín Suárez no estuvieron en Villa Biarritz, Nacional lo dominó completamente, Tyrone Lee desconocido, otra vez se dedicó a hablar en vez de jugar, Jackson fue el que más quiso, algo de Elliot y varios en el debe. Romero creció en el tricolor, Cabezas siguió manejando los hilos y Larrea mantuvo un nivel parejo, tanto es así que el Bolso no pasó zozobras ni con la tercera falta personal de Morrison quien se fue al banco. El primer tiempo se cerró con una conversión en bandeja de Romero sobre la chicharra, 52-35 para el Bolso.

 Para la vuelta del descanso largo se esperaba la reacción de Urunday, que esbozó durante unos minutos principalmente desde lo anímico y en la intensidad defensiva Lee y Jackson se hicieron su espacio en la pintura, pero la poca claridad a la hora de conducir la bola, la usencia en el juego colectivo entre Medina, Silvarrey y Elliot hizo que eso sea un espejismo en el desierto. Es que el Bolso ajustó las clavijas, apareció Morrison con su momento en el partido, Batista se hizo grande en ataques jugando el uno por uno y tomando rebotes fundamentales así llegaron a abrir 22, 74-52 con los que encararon el último cuarto.

Frases hechas si los hay para los diez minutos finales, es que estos sobraron. Nacional fue amplio dominador, Urunday encontró triples de Delgado y goles de Lee, pero el partido estaba más que liquidado, fue todo del Bolso, una máquina, que nunca bajó el pie del acelerador incluso le sirvió al Leo para darle rodaje a Mitchell y Esteban, que volvieron quizás fuera de forma, no era para menos, pero con un nivel basquetbolístico de buena calidad, en definitiva, el tricolor selló un triunfazo de principio a fin y le ganó a Urunday Universitario por cifras de 95-80.

De esta manera Nacional se metió en la final de la Liga en donde enfrentará a Biguá desde el lunes a mejor de cinco partidos. Estos días le servirá al equipo tricolor para corregir, recuperar y poner en forma a los jugadores que volvieron del Covid y a el regreso de Colier, hay que ver que depara el futuro de Santiago Moglia en cuanto a su lesión.

 

EL GRITO

No me hables más

Lo dijimos y se vio, Tyrone Lee se pasó más la serie hablando que dedicándose a jugar a la segunda que le reclamó a Sánchez Varela, el árbitro lo paró en seco: No me hables más, y el extranjero estudioso se tuvo que dedicar a jugar…

UNO x UNO

NACIONAL

Romero (7): Intensidad, manejo, solvencia, noche redonda del Galleguito. Rusch (6): Intensidad en la defensa, aire en la conducción: buen aporte. Larrea (7): Aprovechó su noche, arrancó desde el vamos y no falló, ganó siempre en el uno por uno con penetraciones. Morrison (8): Copiar y pegar los comentarios de partidos anteriores. Es una bestia, da soluciones SIEMPRE. Mitchell (7): Un placer en cada movimiento de pie, volvió un poquito más relleno, pero es proporcional con la calidad. Cabezas (7): Clase A. Porque el partido se definió antes, pero es el Titiritero de este Nacional, maneja los hilos en los minutos que está en cancha. Batista (6): Abajo sigue siendo un toro, quizás esté más lento, cuando venía agarrando ritmo tuvo que parar, es una solución en la pintura. Zylbersztein (8): Se reinventa, hoy volvieron dos jugadores claves, pero perdió a otros tantos por lesión, el equipo mostró estar hecho para jugar esta clase de partidos.

URUNDAY UNIVERSITARIO

Silvarrey (5): No fue su serie, tuvo un gran certamen, pero no pudo plasmar su clase en la semis. Medina (4): Tres libres, sólo eso, pasó desapercibido, cuando la bola no quiere entrar, no quiere, que se le va a hacer. Elliot (5): Sigue tirando hasta ahora y no encuentra explicación de porqué la bola no entra. No fue su noche. Lee (5): La serie más hablada. Hoy apareció cuando el partido ya estaba liquidado. Jackson (7): El mejor en los suyos, el que más buscó con básquet y rebeldía. Delgado (6): No se achica, no da una bola por perdida. Suárez (5): No tuvo el tiempo suficiente en cancha para demostrar como lo hizo en juegos anteriores. Aguilera (5): Un triple y después no vio casi acción. Morena y Corbisiero (-): Pocos minutos en cancha. Da Pra (6): El equipo no le respondió, cuando la bola no entra de tres hay que buscar más la pintura y pareció que no tuvieron respuesta tampoco los suyos.

VAR

Alejando Sánchez Varela, Julio Dutra y Joaquín Silveira (6): Gran rendimiento de la terna arbitral en un partido en donde no pasaron demasiado trabajo, supieron marcar la cancha y cortar el diálogo excesivo de los jugadores.

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LO DESTACADO

En un juego colectivo de alto nivel que mostró Nacional, Martín Larrea tuvo su noche destacada, porque aprovechó la confianza de Zylbersztein ya venía demostrando buenas actuaciones defendiendo duro en la zona, hoy coronó un partido completo con intensidad atrás pero siendo solución a la hora de atacar el aro, redondeó un partidazo

EL TAPABOCAS

Al bolso ahora se le complica, sin Souberbielle, con Mitchell y Batista fuera de forma, con Urunday con viento en la camiseta, eso y algunas otras cosas más se escucharon luego del último partido, pero los dirigidos por Zylberstein demostraron todo lo contrario, le taparon la boca a más de uno y se metieron en la final con un partido redondo, en todo sentido y con un rendimiento desde lo colectivo brillante.