Hoy inauguramos un nuevo segmento. En formato de columnas, comenzaremos a introducir gradualmente conceptos que explican el básquetbol en su dimensión analítica. La propuesta es abrir un espacio donde podamos ponerle nombre a lo que vemos dentro de una cancha, y también a lo que sucede fuera mientras se trabaja y se planifica para buscar objetivos deportivos.  

Hoy vamos a empezar con la introducción de tres conceptos, a menudo confundidos, para definirlos y sentar las bases que luego nos permitan ampliar la conversación. Este es el punto de partida; son tres puntos de partida: La estrategia, la táctica y la técnica.

El psicólogo catalán Joan Riera, los define de lo macro a lo micro. Empezamos entonces por la estrategia: a grandes rasgos, es el plan para abordar un problema.

Tiene la estrategia tres elementos distintivos:

  • La búsqueda por alcanzar un objetivo principal
  • Planificar para ello previamente la actuación, a corto, mediano y largo plazo
  • Abordar la globalidad de los aspectos que intervienen

En una temporada, la estrategia es el plan que se diseña para conseguir el objetivo que un club se propone, que podría ser el título, acceder a playoffs o salvarse del descenso. También hay objetivos deportivos de otras características como potenciar a la cantera, o consolidar a un equipo capaz de pelear por objetivos deportivos en próximas temporadas. 

La estrategia implica anticiparse a situaciones que podrían darse durante las competiciones y hacer planteos que a priori coloquen al equipo en una mejor situación para resolver problemas. 

Si la estrategia tiene que ver con la planificación para alcanzar los objetivos, la táctica refiere a los métodos para alcanzar objetivos parciales. Es decir, la táctica se relaciona directamente con derrotar a un oponente, ganar partidos y tomar decisiones para ello en situaciones permanentemente cambiantes. La táctica está en el orden de la ejecución, con la necesaria participación activa de los basquetbolistas.  

Cuando un entrenador elige una estrategia de trabajo para implementar un sistema, está buscando dotar a sus jugadores de habilidades y virtudes tácticas que les permitan tomar las decisiones correctas y ejecutarlas adecuadamente cuando están en la cancha. En la táctica, el componente de la improvisación supera al de la planificación, ya que las decisiones que hay que tomar son inmediatas y los escenarios posibles son cambiantes.  

Por supuesto que las decisiones tácticas deben estar supeditadas a la estrategia, es decir, a la búsqueda de un objetivo principal. Así, mientras elegir qué sistema utilizar, cómo aplicarlo y qué jugadores conformarán el plantel para la temporada, son decisiones estratégicas, la puesta en marcha de este sistema dentro de cada partido está conformada por decisiones tácticas.

La técnica individual es la ejecución material de esas acciones. Una mejor técnica nos permitirá un mejor resultado de la acción. Hablamos de la ejecución de un tiro, un pase o una buena acción de dribling. Pero tomar una buena decisión (táctica) es el paso previo y también determinante para una mayor eficacia. 

En otras palabras: un tirador no es efectivo solamente por su ejecución de la técnica de tiro, también lo es por las decisiones tácticas que toma. En qué momento toma un tiro, qué hace antes de tirar, qué lugares elige, o qué movimientos previos selecciona, son factores importantes para tener mejores porcentajes. Y todos ellos son decididos por el propio jugador cada vez que va a tomar un tiro.

El fundamento técnico-táctico será entonces la conjunción de estas dos variables: una buena decisión y una buena ejecución. Existen independientemente fundamentos técnicos y tácticos, pero generalmente entendemos que un jugador está bien fundamentado cuando logra la conjunción. Eso lo vuelve eficiente y le permite tanto conseguir ventajas en ataque como neutralizar ventajas en defensa. 

En esta última frase, ya queda la mesa servida para la próxima columna: ¿Qué es una ventaja?