Fotos: Juan Manuel Lérida

En esta nueva entrega Básquet Total fue tras la palabra de uno de los árbitros con más prestigio a nivel FIBA de la actualidad, con un acumulado de miles de horas de vuelo fue el turno para él trotamundos Gonzalo Salgueiro.

¿Cómo fueron tus inicios en el básquet?

Arranqué como jugador, hice mini en Nacional, después pasé a Defensor Sporting donde estuve dos años de cadete y de ahí fui a Larrañaga, hice dos años de menor, tres de juveniles y un año en primera. Fue el club donde siento que me formé, de ahí me fui a Tabaré donde jugué en reserva y luego jugué en primera en Domingo Savio.

¿Cómo se dio el pasaje de jugador a árbitro?

Ese pasaje fue muy curioso, porque el 2003 fui a pedir pase a la Federación y cuando estaba en la oficina me agarra el ex secretario del colegio de árbitros, Epifanio Gómez y me dice: “no tiene ganas de quedarse a hacer el curso de árbitro que empieza hoy”. Y lo mire como diciendo que me diste este hombre, me mira y dice “no tenés nada para perder, quédate hoy y si te gusta seguís viniendo y si no, no vengas más”. Me quedé y me gustó, a medida que iban pasando las clases le empecé a agarrar el gustito, además no dejé de jugar, sino que hacía el curso en paralelo mientras jugaba en Domingo Savio. Una vez que terminé el curso tuve que optar, o jugar o arbitrar, no podés hacer las dos cosas simultanea por una cuestión ética. Vi mayor proyección en el tema del arbitraje porque es una carrera más a largo plazo y hasta el día de hoy sigo en pie.

¿Recordás el debut?

Sí, debuté en cancha de Montevideo en un partido de U18 entre Montevideo y Capurro. Ese partido lo hice con el ya fallecido Raúl Gordsendsof, de quien tengo un grato recuerdo porque cuando un árbitro está iniciando es muy importante el apoyo de los más experimentados, que te aconsejen como debés moverte en la cancha, transmitirte tranquilidad y en ese momento él fue muy bueno en ese sentido para conmigo.

¿Cómo vivís tu día a día con el arbitraje y tu trabajo?

En este país y en general en Sudamérica, salvando las excepciones de los top de Argentina y Brasil, los árbitros somos semiprofesionales. Necesitamos de otra profesión o de otro ingreso para poder vivir, en mi caso trabajo en él área de servicio de datos de una empresa de telecomunicaciones, tengo un horario de oficina de 9 a 17 horas.

 Los días de partido pido para salir un poco antes para poder descansar, estar más relajado y llegar con toda la energía posible. Pero acá en Uruguay se necesita de otro ingreso para poder vivir, casos cómo una pandemia que pasa ahora o algún paro de jugadores o lamentablemente como ha pasado que hay alguna muerte en el básquetbol y se detiene toda la actividad, en esos casos que no hay partido el árbitro no cobra y necesita tener otro ingreso.

¿Cómo ves a UJOBB en esta situación?

Fue algo totalmente inesperado para el gremio y el colectivo de árbitros, me parece que se han venido manejando muy bien, se han movido para llevarle canastas a los asociados, han juntado alimentos para los más necesitados. Hay muchos árbitros que están en seguro de paro o que han perdido su trabajo por esta pandemia y el arbitraje pasaba a ser su único ingreso, también se han movido con el BPS para poder tramitar un subsidio. He visto al gremio muy activo por el bien del colectivo.

¿Cómo ves el arbitraje en Uruguay?

Es acorde a las posibilidades que tenemos, al no ser cien por ciento profesionales muchas veces no llegamos a tener un descanso completo para llegar correctamente al juego. En tu otro trabajo te pueden surgir problemas y eso ya te cambia que no puedas descansar. Generalmente lo comparo con el nivel internacional, cuando vamos a una actividad internacional estás completamente dedicado a ser juez, porque nos levantamos a desayunar, luego vamos al gimnasio, al medio día almorzamos y luego se duerme una siesta y si no tenés juego ese día mirás partidos anteriores y hablás con los compañeros de terna del próximo partido o vamos a la cancha a hacer actividades; y claramente acá no es así, muchas veces llegas estresado y eso no te permite desarrollar tu tarea al mejor nivel. Por eso digo que el nivel es acorde a las posibilidades que tenemos y en general es acorde al nivel de la Liga que tenemos.

¿Imaginabas una carrera así cuando ese día se te ocurrió entrar a la primera clase del curso?

Cuando inicié lo hice más por el lado de que me podía llegar a ayudar cómo jugador y no para ser árbitro. Ese año 2003 que hice el curso y jugaba, fui la pesadilla de los jueces porque conocía las reglas y les protestaba con fundamentos técnicos, era un jugador insoportable. Nunca me imaginé tener una carrera tan larga y con tanta experiencia recorrida.

¿Cómo fue llegar a internacional?

Un poco me lo puse como meta, como toda profesión tenemos ciertas aspiraciones y en mi caso era llegar a juez internacional, para eso me asesoré y averigüé como prepararme, sabía que debía manejar él ingles, estar en mí peso y forma física, prepararme bien en lo técnico, siempre fui de ir a ver a los árbitros de más experiencia, hablar con ellos y buscar consejos. Cuando llegó el momento de hacer la prueba todo eso me ayudó a poder concretarlo.

¿Cómo estás viviendo estos casi seis años de árbitro internacional?

Conmigo se dio algo bastante inusual, porque mí debut a nivel internacional fue en Liga de Las Américas. Fue un debut fuerte, con mucha presión porque si me iba mal podía estar en el comienzo viendo mí final y si me iba bien poder tener mayor consideración. Esa serie fue en San José Dos Campos, una ciudad cerca de San Pablo, me acuerdo los equipos, jugaba Fuerza Regia de Monterrey, Peñarol de Mar del Plata, el equipo local Sao José y Leones de Managua de Nicaragua. Una serie muy fuerte que por suerte me fue bien. A partir de ahí los viajes y torneos importantes han sido constantes. Estoy muy contento con la carrera que estoy haciendo, pero siempre teniendo en cuenta que sí sigo haciendo las cosas de esta manera pueden llegar a venir cosas mejores.

¿Esperabas un llamado para ir a Senegal a arbitrar una ventana eliminatoria decisiva por un lugar en China 2019?

No, fue algo totalmente inesperado. Cuando el mánager de FIBA me lo manejó mí primer reacción fue de alegría y también de incertidumbre porque no sabés cómo es el camino para llegar hasta allá. Es otra cultura, otro idioma, un continente diferente, pero son vivencias que una vez que las vivís te puedo asegurar que es espectacular, muy enriquecedora no solo en lo profesional sino también en lo personal, el trato con la gente que es muy amable. En lo profesional el juego de los africanos es muy intenso y físico, si no estas preparado para correr a la par de ellos se te hace muy difícil poder arbitrar por allá, ellos juegan a correr y tirar, son muy atléticos y casi que su juego pasa más por encima de nivel del aro. Es un buen nivel de juego, pero diferente al nuestro.

¿En qué otro lugar no tan común te ha tocado ir a arbitrar?

Las dos veces que me tocó África tanto El Cairo en Egipto para el Mundial Masculino U19 y la ventana de mayores en Dakar, Senegal. También me tocó Zaragoza en el Mundial U17 con la particularidad que era tanto Masculino como Femenino, entonces un día arbitrabas en una rama y al otro día en la otra.

Estuve en Monterrey, también en República Dominicana en una ciudad hermosa cómo Santiago de los Caballeros, Venezuela también fui muchas veces, la ciudad de Barquisimeto es muy hermosa, ni que hablar Argentina, Salta, Jujuy, San Luis; Brasil, todo lo que es San Pablo, Rio de Janeiro, Belem y me debo estar olvidando de muchas ciudades, pero la experiencia de poder viajar haciendo lo que te gusta es impagable. 

Has estado en Premundiales y Mundiales juveniles, ¿Qué es lo que más te han dejado?

Los Premundiales están buenos porque reúnen equipos de los tres continentes y árbitros. Entonces la vivencia diaria es lo que más se valora, porque terminás formando la familia FIBA, porque cuando viajás reiteradas veces te encontrás con las mismas personas y ya el trato pasa a preguntar cómo esta la familia de cada uno y esos vínculos una vez que termine esta carrera son los que van a quedar. Los Mundiales es lo mismo, pero con la diferencia que son los cinco continentes, son más culturas con las que convivís, los recuerdos los guardo hasta el día de hoy. En los Mundiales tenemos dos días libres para viajar y conocer, en Egipto fuimos a las pirámides, anduve en camello, estuve en un paseo por el río Nilo cosas que nunca imaginé en mi vida. Pude conocer Madrid y Barcelona cuando estuve en el Mundial U17 en esos dos días libres, tomábamos un tren y en pocas horas estábamos en varios lados, son experiencias únicas.

¿Qué jugador te sorprendió arbitrar?

En mis inicios, el debut en 2015 en esa serie de Liga de las Américas, arbitrarle a Leonardo Gutiérrez un campeón olímpico y múltiple galardonado. A Olivinha y Marquinhos en Flamengo y lo último al senegalés Gorgui Dieng que es un jugador NBA, 2.12 de altura y verlo jugar fue fantástico.

¿Sos de ver tus partidos?

Es muy importante ver los partidos porque vas corrigiendo errores, por suerte a nivel de liga tenemos la plataforma y a la madrugada siguiente podemos ver ya el partido. A veces sinceramente cuando son partidos de mayor tensión no me aguanto hasta el día siguiente, porque quedás sobregirado y te cuesta dormir, el poder ver el partido ayuda a que esas revoluciones bajen, más que nada él verse sirve para corregir errores, posturas o ubicación en la cancha para las diferentes jugadas.

¿Sos una persona que disfruta ver básquet o sos muy obsesivo y lo miras cómo árbitro?

Sí, soy muy exigente porque entiendo que es la forma de mejorar, porque siempre tenés errores, grandes o pequeños, pero hay. Igualmente trato de disfrutar ver un partido, pero sí trato de no atomizar a mi familia con ver tantos partidos.

¿Cómo es arbitrar al equipo que sos hincha?

En el caso de los árbitros una vez que arrancás a tener una remuneración en esto y tener una carrera, el hincha lo dejás de lado. Si bien todos tuvimos un comienzo en el básquet porque jugabas o seguís a algún equipo, en mi caso me juntaba de adolescente con un grupo de amigos e íbamos a ver a Larrañaga. Pero el hincha lo vas dejando de lado con el tiempo, de hecho, le dirigí un par de partidos a Larrañaga y los hice sin problema porque ponés tu carrera por encima de todo.

¿Tenés otra pasión fuera del arbitraje?

El fútbol, es una pasión que traigo desde niño cuando iba con mi abuelo a la cancha. También soy de juntarme a jugar con amigos dos veces por semana. Esa pasión ahora trato de pasársela a mi hijo Ignacio de cinco años, acompañándolo a las canchas a ver fútbol, también a escuelitas para que aprenda y jugar con él en la placita o en cualquier lado cómo todo padre con su hijo.

¿Quién es Gonzalo Salgueiro fuera del rectángulo?

Soy una persona tranquila, mi apodo me delata, me dicen “manso” porque en general me manejo con tranquilidad. Con buenos valores, una persona frontal y leal con mis compañeros y en mi posición de referente trato de inculcarle cosas a los más jóvenes que quieren ser jueces.

PING PONG

Mejor partido: En lo internacional Senegal – Costa de Marfil una final por un cupo para el Mundial. acá las dos finales en el Antel Arena entre Aguada y Malvín.

Peor partido: Me remonto a DTA 2007, Capítol – Ateneo, la terna era con Diego Ortiz y José Bussanello, pitamos cualquier cosa, los tres con criterios diferentes.

Jugador más complicado que te toco arbitrar: Leo Gutiérrez, mi primer Liga de Las Américas me tomó los puntos, hablaba mucho.

Hincha de: El hincha lo dejas a un lado, pero podría decirte simpatía por Danubio por tradición futbolera.

Terna ideal: Internacional con el canadiense Steve Seibel, el venezolano Daniel García y Gonzalo Salgueiro. A nivel local Isaac Glass, Alejandro Sánchez Varela y Gonzalo Salgueiro.

Un partido que te gustaría arbitrar: La competencia máxima en el básquet son los Juegos Olímpicos, me encantaría cualquier partido de esa índole.