La semana pasada conversamos con Sabrina Scévola sobre el básquet en argentina. Esta vez fue el turno de España, y para eso tuvimos una extensa y nutritiva charla con Marcelo Zubirán sobre el baloncesto en esa parte del mundo. En esta primera mitad tocaremos los temas de marketing, organización y estructura de los clubes, así como de la liga.

Vinculado al básquet desde los 11 años, el coach supo vestir la camiseta de Trouville y posteriormente la de Bohemios, club donde hizo casi toda su formación. Tras 12 años jugando en Europa pasó a ser agente de jugadores, hasta que dijo “Hasta acá”, y se tomó un descanso. No fue sino hasta “tres años después del nacimiento de mi hija que una mañana me levanté y me faltaba algo, me faltaba el baloncesto”. Llamó a “Paco” Zafra, un amigo, y encontramos un equipo para dirigir. “Nos dijeron: Es un equipo femenino U18, y ahí arrancamos”. Su hobbie (como lo definió al comienzo) se transformó en años y años de experiencias riquísimas, lo que nos lleva a esta charla en la que conversamos de todo.

¿Cuántos equipos compiten en España y cómo es la forma de disputa del femenino?

Nunca saqué la cuenta, pero me dijeron que en toda España la cuenta rondaría entre los 1200 equipos U18. Tenemos el campeonato regional, y de allí clasifican los primeros dos al torneo provincial. En nuestro caso, los primeros dos de cada una de las ocho regiones de Andalucía. Luego si, clasifican esos dos primeros al torneo nacional y allí serían unos 36 compitiendo por el torneo español en grupos de a cuatro. En ese momento empieza lo fuerte.

¿Cómo es la organización y qué papel cumple en el crecimiento de la rama?

Acá todavía se está luchando por darle más auge al básquetbol femenino. Creo que el crecimiento nace desde las Federaciones regionales. Por ejemplo, está la federación española, que no es la federación de Madrid, no es la de Montevideo. Es la Federación de España, y tiene federaciones regionales, que además de eso tienen una central. Voy a poner un ejemplo de cómo sería en Uruguay. Tenemos a Salto, Paysandú, Artigas y Soriano, y ponemos el centro regional en Salto, pero cada departamento tiene su oficina con su Federación correspondiente. La central es la que se encarga de promocionar el básquet, enseñar el tema marketing, y todo lo que sea desarrollo. Pero, ¿de dónde saca esa información? De la Federación uruguaya, que es la que genera todo eso. Entonces la Federación delega a las centrales regionales lo que quiere lograr, y éstas a su vez lo transmiten a las federaciones departamentales; pero no se puede que cada uno se maneje por su cuenta.

¿Qué papel toma la difusión y ese marketing que menciona?

El básquet femenino en España está muy fuerte, es una potencia mundial porque tiene muchas niñas, casi medio millón de licencias para jugar, y poco a poco se le está dando más espacio, credibilidad y apoyo, y eso es una gran satisfacción. Hay mucha repercusión en la televisión, las finales de la liga, la copa de la reina, todo está en televisión, en vivo lo cual hace que muchas empresas se hayan volcado al tema patrocinio

¿Cómo funciona el tema de los patrocinadores?

Cuando las empresas que patrocinan están detrás de un equipo deportivo no se asocian a lo que puedan generar como espectáculo, sino a los valores del básquetbol. Hay muchas empresas vinculadas al femenino por los valores que esta representa. Eso es enorme porque la repercusión que genera es enorme.

Aquí en Europa es muy normal que los clubes adopten el nombre de una empresa, no veo por qué no hacerlo en Uruguay de darse la oportunidad. Los clubes del femenino podrían planteárselo en su próxima reunión. Por ejemplo, viene una empresa a 25 de agosto y las patrocina; pasarían a llamarse (nombre de la empresa) 25 de agosto, y así con todo. Va más allá del nombre, es la presión que genera para crecer.

¿De qué forma ayuda tener una estructura constituida en cada club con cuerpos técnicos, dirigentes, managers y patrocinadores?

Yo creo que lo que nos hace crecer a todos es la presión. Cuando nos sentimos presionados, o recibimos presión trabajamos aún más por mejorar o superar lo que sea. Yo tengo presión del director deportivo, el director deportivo tiene presión del presidente, y éste a su vez la tiene del patrocinador, y esta empresa también tiene presión porque quiere que su marca se conozca, entonces quiere llegar a un torneo mayor. Ahí se da una escalera en la que todos buscan mejorar y subir el nivel día tras día.

¿Cuántas personas conforman su staff?

Cuando empecé solamente tenía a “Paco” (Zafra). Nosotros éramos todo, no se crean que por estar en Europa llegamos, somos profesionales y tenemos 5 asistentes, no es así. Tenés que ser el aguatero, llevar la ropa a lavar, hacer de médico todo. El torneo de Europa que ganamos en Andorra nosotros fuimos todo. Luego se va mejorando y tenés un asistente, luego si hay más plata, dos, para que hagan el scouting defensivo y ofensivo. Finalmente se suma un fisioterapeuta, que eso ya sería todo.

¿Qué cambios se deberían tomar o suceder para impulsar al femenino?

Hay que tratar de sacar más equipos y abrirse a los del interior. En Paysandú, Salto hay equipos que me consta que quieren jugar contra los de Montevideo. Hay que hacer que todos los clubes saquen equipos femeninos, pero no de primera división, porque es imposible. No hay jugadoras. Hay que ir a las escuelas y formar mini básquet. Jugar ligas regionales, y que sus campeones jueguen un final 8 en algún lugar del interior. Pero todo tiene que empezar de abajo, ir a las escuelas, y reclutar chicas de entre 9 y 12 años, ahí hay que invertir, ahí está la clave para dentro de diez años tener una estructura hecha en todas las categorías, con chicas sumamente preparadas gracias a los torneos regionales. El petróleo del básquet femenino está en las escuelas.