El entrenador de selecciones formativas, Marcelo Capalbo, se tomó el tiempo de charlar sobre la situación actual que se vive con el coronavirus pero también se tomó un tiempo para analizar quiénes podrán ser las futuras promesas del básquetbol uruguayo.

¿Cómo cayó esta situación en el entorno de selecciones formativas?

Cayó como un balde de agua fría, hubo que paralizar todas las actividades y ni siquiera con la posibilidad de replantearnos el tema de la planificación porque no hay fijación, aún no tenemos fechas, ni tiempos. Tratamos de poner la cabeza en un lugar más allá del torneo, ya que tenemos que seguir apuntando a la información y manera de llegar a los deportistas. Seguir aportando a la par con los clubes, también dando formación de vida desde la selección. Estábamos muy ilusionados de poder participar del Pre-Mundial, pero veremos cómo resuelve FIBA la fijación.

¿Se está mandando trabajos a las casas al igual que lo hacen los clubes?

En este momento, teniendo presente que los chicos también poseen trabajo de sus clubes, nosotros mandamos sugerencias de trabajos físicos semanales, y guía de nutrición. Ese es el contacto que vamos teniendo por ahora con los jugadores. Más adelante vamos a hacer algunos trabajos de scouting, pero tenemos que tener muy presente también que si bien tengan información, no llenarlos de la misma, ya que somos respetuosos del trabajo que cada club hace. Yo he tenido contacto con algunos jugadores, pero por ahora estamos más centrados en trabajar el cuerpo técnico desde la estructura como plan de selecciones.

¿Qué trabajos se está desempeñando desde sus casas como cuerpo técnico?

Estamos teniendo contacto casi diario, sobre todo con Marcelo Bessio, y junto al resto de compañeros venimos trabajando en la estructura del plan nacional de selecciones, por ahí pasa el objetivo. Estamos haciendo mucho análisis y elevando un marco teórico de cada punto que estamos llevando adelante. Además, agudizando la planificación de los por qué queremos hacer las cosas o las necesidades de los planes de selecciones más allá de un torneo en específico. Hace días, por ejemplo, tuvimos conversaciones con entrenadores del litoral, informándolos de algunos planes que vamos a llevar adelante, de agendas de entrenamientos y de básquetbol explicando algunos puntos que hemos elaborado en búsqueda de un modelo de esquema de juego, sobre todo mirando el beneficio del desarrollo y la identidad de un jugador nacional.

¿Cree que este párate es involutivo para el proceso y los jugadores?

El tema es no quedarse quieto y no hacer nada. Hay que tratar de evolucionar desde el lugar que se puede y tomarlo como un break u otro enero. Tampoco vamos a pararnos a pensar en el peor de los escenarios, porque es lo que hay que hacer y no nos queda otra. También tenemos que darnos cuenta que tomar consciencia y trabajar por el bien común es parte de la identidad de la selección nacional. Poner objetivos claros y colectivos, para trabajar desde ese sentido. Aceptar que este momento esa es la regla también forma parte de la identidad. Veníamos con un viento lindo en la camiseta, sobre todo más allá de los resultados deportivos, intentando ganar sin ganar muchas veces. Como siempre le digo a los jugadores: de un torneo no hay que tratar de llevarse solamente un resultado deportivo, hay que llevarse enseñanzas y de esto también hay que llevárselas. Hoy estamos ante una gran prueba, tenemos que seguir haciendo la cuarentena y concientizando. Esto es parte de la disciplina, solidaridad y los valores de estar activo jugando. Los jugadores no sólo aprenden a jugar al básquetbol, también montones de cosas ejecutables para la vida.

¿Qué sensaciones le deja ver que jugadores que pasaron por el proceso de selecciones hoy estén repartidos por el mundo?

Es una alegría importante. Como entrenador de formación me da mucho orgullo cuando los jugadores logran trascender, salir de la frontera, estar en equipos importantes o universidades. La selección les da un grado de exposición que les permite acceder a grandes lugares. Esto también es un ida y vuelta, porque los chicos que están afuera siempre que los contactamos están dispuestos a venir y eso es parte de la identidad que buscamos. Es dar y recibir, que la selección sea valiosa y todo contribuya a que la salud del seleccionado nacional sea la mejor posible. Es gratificante y el verdadero triunfo que tiene un entrenador de formaciones, es ayudar a contribuir el desarrollo de un jugador y lo miro con alegría que a muchos basquetbolistas que pasan por el proceso de selecciones le hayan aportado los entrenadores, que hoy en día estamos ahí, para llegar a esos lugares. Quiero recalcar que no es únicamente un trabajo de la selección y que detrás también está el trabajo de los clubes junto a sus entrenadores. Este es un desempeño en conjunto, porque la formación no es específica de alguien, no creo que una persona sea dueña del desarrollo de un jugador, en cambio todos contribuimos y los padres son los verdaderos protagonistas de la vida de los hijos.

¿Quién o quiénes crees son las futuras promesas del básquetbol uruguayo?

No me gusta mucho encasillar a quienes van a ser responsables, porque la promesa tenemos que lograr que sea el equipo. Pero claro que hay ejemplos que van mostrando como se van despegando un poco del resto. Para mí los tres casos más notorios son Santiago Vescovi, Agustín Ubal e Ignacio Xavier. Veo muchos chicos también que por ahora no han dado el salto, eso atraído también por la madurez y las posibilidades. Más que preocuparme quienes van a ser las promesas, me incentiva más a cambiar un poco la estadística de los chicos que pasen por selecciones nacionales, mañana no sólo sean futuros ranqueables, sino que primero que nada sean grandes jugadores de liga y que después puedan ayudar a la selección. Estos tres casos que nombré por algo están en esos equipos y van a ser los líderes del futuro. Son jugadores con una categoría y calidad muy buena, que gracias a dios tenemos la posibilidad de disfrutarlos y ojalá sea durante muchos años en los procesos de selecciones, además de que ellos logren multiplicar lo que tienen para beneficio de todos.