Como en la vieja película de James Bond, la extranjera de 25 de Agosto llega “Desde Rusia con amor”. Sobre una carrera envidiable que incluye Selección y Euroliga, y su llegada a Uruguay y las Leonas, Ksenia Lapteva dialogó con Básquet Total.

Pensamos en presentarla nosotros pero sería una falta de respeto si nos olvidáramos de algún detalle en semejante trayectoria como jugadora, así que le pedimos a Ksenia que nos cuente ella sobre su carrera: “Empecé a jugar al básquet cuando tenía 6 años en mi pequeña ciudad (Apatite). Con 13 años me cambié de ciudad para estudiar y jugar en Dynamo Kropotkin, que está cerca de Krasnodar. Con 14 años me mudé a San Petersburgo, vivía en un internado deportivo donde estudiaba y jugaba al básquet. Con esa edad empecé a jugar en mayores en el equipo de la ciudad que competía en la liga Rusa. Con 16 años con ese club (Volna) obtuvimos el tercer puesto en el torneo”, dijo en cuanto a su primera etapa como jugadora.

Desde joven no solo se desempeñó en diferentes instituciones, sino que comenzó a representar a su patria: “Desde los 14 años estuve en los procesos de selección nacional de Rusia, hasta los 20 años. Con el equipo nacional competimos en el campeonato europeo, logrando el cuarto puesto de Europa, en U15; y el segundo  lugar en el campeonato mundial U17 realizado en Republica Checa”.

“Con 18 años terminé mis estudios secundarios y cambio de equipo a Baltuiskay Zvezda (Estrella Báltica de San Petersburgo). Ese año concurrí con el equipo Ruso a los juegos mundiales universitarios que se realizaron en Corea del Sur, donde obtuvimos el tercer puesto”, continuó.

Si bien su carrera venía siendo exitosa, una de las mejores cosas que le sucedió fue la maternidad, y así se dirigió “Ksu”: “Luego tuve un periodo de descanso, ya que fui madre, reintegrándome al básquet con 22 al equipo de Dynamo Kursk. Jugué allí seis años, jugando Euroliga y Copa de Europa. Con 24 años volví a ir con el equipo nacional de Rusia a los juegos mundiales universitarios y obtuvimos el segundo lugar”.

“Luego vuelvo a San Petersburgo a jugar con el equipo de Spartak, donde con 28 años decidí finalizar mi carrera como profesional. Luego continué jugando pero no de tal manera”, sentenció.

Al resumir su carrera, también nos contó cómo terminó en nuestro país: “Me surgió la posibilidad de venir a conocer Uruguay, me parecía un destino interesante y vine. Ya conocía Estados Unidos pero Sudamérica me pareció un buen destino.  Me enamoré de quien es mi pareja, entonces regresé a Rusia para luego volver a Uruguay. Acá me invitaron a jugar a través de un amigo de mi pareja, y acepté”.

De una vida y carrera hecha en Rusia, Lapteva llega a Sudamérica, aceptando que: “Nunca en mi vida pensé en dejar mi país antes. Fue un cambio muy grande para mí y mi familia, pero estoy feliz acá. En lo posible voy a visitar mi país cuando puedo”.

Ya asentada en nuestras tierras y hablando sobre el deporte naranja en estas latitudes habló de la disparidad en comparación con Europa, siendo critica, pero realista: “Son muchas las diferencias. Desde la parte de organización hasta estadios. Es imposible imaginar en Rusia que la liga se juegue en una sola ciudad como acá en Uruguay, que se juega solo en Montevideo, más allá de que Uruguay geográficamente es más pequeño. Naturalmente también, cuando eres profesional en Europa, es tu profesión, tienes salario y ese es tu trabajo”.

Entrando a lo que es la rama femenina, la jugadora de las Leonas dio su opinión: “Como una liga que esta dando sus primeros pasos es importante que las niñas se acerquen al básquet, pero debería existir muchísimo más apoyo. Hoy las chicas realizan un esfuerzo enorme para conciliar trabajo, estudio y jugar al básquet. Todo se puede mejorar si hay voluntad para hacerlo, siempre con apoyo de los clubes y demás. Hoy por lo poco que pude ver no existe tal apoyo”.

Al ser consultada por 25 de Agosto, institución que defenderá la próxima LFB, afirmó: “Es el equipo en el cual puedo compartir con otras chicas el deporte que nos apasiona, compartir juegos y espero que alegrías también. Lamentablemente por estar viviendo en otra ciudad se me dificulta pasar más tiempo con el equipo”, cosa que ocurre porque vive en la frontera Rivera – Livramento, donde vive su marido.

Al finalizar, no podíamos dejar de lado la situación que el mundo vive con esta pandemia. Ksenia comentó: “Sin dudas ha sido un momento de gran cambio en todo el mundo. Lo estoy pasando tranquila junto a mi familia, pero muy pronto ya se estará normalizando todo, eso esperamos”.