Marne derrotó contundentemente cómo local a Yale en el clásico y se sacó la espina del clásico pasado con un descomunal Leandro García Morandi.
Resumen del partido
El partido arrancó cómo si se partiera el cielo en Simón Bolívar, porque Marne desde el arranque fue un tifón con los rompimientos de Rodrigo Pochelu y la efectividad de Leandro García Morandi, y así, colocó un parcial de 9-0 en los primeros 5 minutos de juego. Yale cortó la sequía gracias a un par de libres de Andrés Martínez, pero el equipo de Jacinto Vera no lograba meter la pelota en el aro. Marne llegó a sacar 12 (14-2), pero no supo aprovechar el mal momento de su rival que aún jugando mal y sin convertir tiros de campo colocó un parcial de 9-0 solamente a base de libres. Yale erró hasta una situación de 2x1 donde Luis De León no pudo convertir. Con puntos de Leandro Pintos parecía que Marne volvía a abrir ventaja pero al fin y sobre la bocina del primer chico, apareció el primer acierto de campo del azul de Jacinto Vera, por intermedio de De León tras 10 intentos. El primer cuarto fue para el local 18 a 13. Increíblemente Yale seguía con el aro cerrado, no había manera de hacer entrar la pelota, y eso ofuscaba y mucho a los jugadores. Marne seguía jugando posesiones en base a rompimientos y descargas e ir buscando siempre al jugador libre con una rápida rotación de balón para lograr convertir desde los 6,75 con García Morandini o Trinidad. Yale era un mar de nervios adelante, tiros apurados, pérdidas tontas y muchas malas decisiones, eso Marne lo aprovechó y llegó a abrir 16 de renta. Pero el capitán, el emblema de Jacinto Vera estaba presente, es que Andrés Martínez fue el más despierto de Yale y él único que logró que se abra el aro, logrando convertir desde el perímetro. Así el de Jacinto Vera logró acortar e irse al descanso largo en partido. Abajo tan solo por 10 puntos (44-34).
Con el comienzo del segundo tiempo nos dimos cuenta qué no era el aro, porque Marne seguía metiendo la bola y Yale volvía a tener problemas serios para encontrar el gol, errando penales increíbles de la mano de Carvidón, raros en un jugador de su categoría. Marne no cambió su juego, rompimiento y descarga para encontrar siempre al mejor ubicado, siendo García Morandi el arma letal del tercer cuarto, le salía todo al número 6 del tifón. Parecía que el 6 era el número que rendía, porque energía y ganas, fue lo que trajo Joaquín Díaz en la visita. Sin embargo, eran él con su impronta y ‘el negro’ Andrés con el aro un poco abierto en Yale. Solo ellos dos contra un Marne que estaba soplando fuerte y ganando 69-48 de cara al último cuarto. Más de lo mismo para el final, el azul no encontraba gol de ninguna manera y no lograba descontar, pero el tifón tampoco aprovechaba los errores del rival cómo para sacar mayor ventaja. García Morandi continuaba siendo el hombre del local, siempre buscado por sus compañeros y logrando tiros imposibles que lo convertían en el jugador del partido y más si de clásico hablamos. Yale mantuvo la tónica de un nefasto porcentaje en tiros de campo (29%) tan solo metiendo 18 de 62 en todo el juego. El cierre del partido solo sirvió para saber cuanto sería la ventaja final. Marne tuvo revancha en solo 72 horas y la alegría esta vez se quedó en Simón Bolívar, porque cómo sé dice, la alegría va por barrios. El dueño de casa ganó 99 a 78.
UNO x UNO
MARNE
Pochelu (6): Arrancó para un 10, se fue quedando y llegó al 6. A pesar de eso cuando estuvo en cancha sus rompimientos funcionaron. García Morandi (10): Un clásico ganado y cómo figura no merece otra cosa que ser el destacado. Trinidad (7): El hombre de la energía, peleó cada pelota cómo si fuera la última, eso lo llevó a ver el tercer cuarto desde el banco porque estuvo a una palabra de qué le cobraran técnico. Rossiello (6): Correcto trabajo en el primer tiempo, en el segundo pasó desapercibido. Pintos (7): Dominó a placer la pintura y anuló por completo a Carvidón. Olivera (6): Cumplió, se acopló de buena forma al colectivo. Arambillete (6): Cumplió su rol y le dio descanso a sus compañeros. Acevedo (7): Cada vez que entró, plasmó su juego. Qué calidad hay por evolucionar. Panelli (6): Correcto atrás, no desentonó adelante. Delgado (-): Entró con el partido liquidado. Tellechea (8): En 72 horas corrigió todo lo malo del clásico anterior y convirtió al equipo de una pequeña brisa, a un enorme temporal de gol.
YALE
Martínez (7): Capitán, dio la cara por su equipo y aguantó estoico hasta el final. Briñón (5): Nunca se encontró en el partido, jamás pudo controlar el ataque rival. Aún así, fue de los que más puntos hizo. Maggiari (4): Desconocido, escasísimo aporte para un buen jugador. De León (5): El miércoles fue una fiera salvaje, hoy fue un león de cautiverio. Carvidón (3): Ni un solo punto en la pintura para un hombre que la debe dominar. Pasó cómo cinco bandejas de lado a lado sin tocar aro. Borges (4): No dio soluciones. Díaz (5): Mucha energía pero poco gol,Igual siempre quiso la pelota. Trombotti (5): Entró por Briñon, pero nada cambió Apenas un ataque al aro que generó una falta. Lanz, Suárez y Florio (-): Minutos con partido liquidado. Arhancet (3): Jamás estuvo en duda el triunfo de Marne. No encontró soluciones y los minutos de tiempo dieron la sensación de ser todos tardíos.
EL VAR
Federico Fares, Andrés Olivera y Santiago Gómez (3): Para ser un clásico no venía mal el arbitraje, pero una situación promediando el segundo cuarto los sacó de foco. Es que un hincha de Yale le dijo a Olivera “llegás a tu casa y le decís a tu hijo que sos árbitro de tercera, que mentira. A mí me daría vergüenza”. Lo que provocó la correcta expulsión del parcial, pero desde ahí tanto Olivera cómo Fares se preocuparon más por los hinchas de Yale que por el mismo partido, hasta haciendo muecas entre ellos que hacía enojar a los hinchas. A veces decimos que los jugadores deben dar el ejemplo de adentro hacia afuera, pero los árbitros también deberían hacerlo. Eso les baja puntos.
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Lo destacado
LGM, letras que en el básquetbol uruguayo dan muestra de calidad, temple y coraje. Eso fue lo que tuvo hoy Leandro García Morandi, defendió los colores de su club hasta la última gota y tuvo su revancha para ser él hombre del clásico y darle la alegría más importante hasta ahora de la DTA a su gente. LGM terminó con 20 puntos y 4 de 9 en triples. Un 44%, digno de las tres letras.
Lo distinto
Si habrá sido noche LGM en Marne, es que desde el calentamiento apareció este niño con la camiseta del D11os aguatero, y con buena mano para su edad. Tras mucha charla con los jugadores del tifón parece que este niño fue Diosito y le pegó toda la buena energía al LGM del barrio Simón Bolívar.
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