Miramar derrotó a Lagomar y además de asegurar su presencia en la próxima fase condicionó aún más la realidad de su rival de turno.
Resumen del partido
Miramar comenzó eficaz en el lanzamiento de los 6.75. Las ofensivas largas y la rotación le daban rédito al monito en los instantes iniciales. El ataque visitante se basaba exclusivamente en los rompimientos generados por Rodrigo Cardozo. La defensa en zona locataria no daba resultado y cuando el verde era impedido de poder cortar hacia el aro, Sebastián Álvarez sacaba la cara por el equipo lastimando desde Saturno.
Toda la eficacia mostrada durante los primeros 10 minutos se vio opacada por la ausencia de juego del inicio del segundo cuarto. Un poco de Agustín Viotti fue lo único que se pudo apreciar durante el periodo. El oriundo de Praga hirió con su tiro tras salir de las cortinas. Sobre el final del primer tiempo Nick Wadell empezó a gravitar en la pintura y el equipo de la costa logró una pequeña renta que rápidamente iba a ser achicada por Matías Gallo y su bomba. En la última jugada Javier Álvarez se hizo cargo del balón y en 6 segundos terminó corriendo la cancha y anotando sobre la chicharra.
Tras el descanso largo Miramar mostró otra cara colectivamente. Zygimantas Riauka logró entrar en juego y con el avance de los minutos se agigantaba. En el equipo de Lagomar S. Álvarez hacía todo bien. Asistió, marcó, atacó y estuvo intratable con los triples. Wadell batalló debajo del aro y empezó a hacer su típico juego. De espalda al cesto inquietó a todas sus marcas y con su tiro a media distancia ratificó su momento. Logró hacer entrar a sus rivales y a sus hinchas. Cierre deluxe para abrir aún más la renta.
Impulsado por su gente, el mono se puso hacer monerías y vivió dos minutos de ensueño donde pasó por arriba a su rival. La fuerza física de Federico Soto y la entrega de Martín Trelles fueron pilares fundamentales para pasar al frente y seguir adelante. Los de Yaquinta anularon a S. Álvarez y en los de la costa escaseó de gol y las ideas. Riauka volvió a ser gravitante sobre el final para confirmar su poderío físico en tierra de gigantes. Sobre el epílogo la figura verde intentó dar vuelta el juego pero Gallo le robó una pelota clave y las aspiraciones del verde se fueron esfumando. A base de libres Miramar selló el juego por 77 a 73.
UNO x UNO
MIRAMAR
Wohlwend (5): Buenos minutos iniciales. Descansó mucho y le costó volver. Gallo (7): El equipo jugó a su ritmo. Asistió, robó, cortó, rompió, hizo todo. Todo bien. Soto (6): Su potencia física le da un plus para todo. No fue su juego. Botta (8): Inicio de esplendor. Desarrollo satisfactorio. Final inmejorable. Destacado. Riauka (7): Comenzó siendo el Lituano desconocido. Terminó siendo el Lituano que tiene enamorado al barrio Belgrano. Trelles (6): Su aporte fue clave. Terminó de asar el churrasco. Viotti (4): El hombre del segundo cuarto. Poco más. Olivera (3): Poco aporte. Rodríguez (3): Nulo aporte. Yaquinta (6): Los actores de reparto dieron la cara por el equipo. Le salió perfecto todo.
LAGOMAR
García (5): Tiene que gravitar más en esta divisional. S. Álvarez (9): ???. Cardozo (4): El principio y no mucho más. Mujica (4): Rotó muchísimo. Le costó entrar en juego. Wadell (7): De menos a más. Gravitó en la zona pintada. Hizo entrar a todos y hasta hizo echar a 3 parciales. Espíndola (6): De los que más quiso. Siempre luchó y rindió. J. Álvarez (5): Asumió poco en ofensiva. Debe tomar responsabilidad en el tiro. Orta (-): Segundos en cancha. Rodríguez (5): No preparó mal el juego. Le faltó química colectiva y cerrar las chances finales que tuvo.
EL VAR
Gastón Rodríguez, Washington Chamorro y Martín Guberna (6): Primer tiempo de ensueño. Segundo tiempo con errores para ambos lados. Partido difícil de arbitrar.
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Lo destacado
Los instantes iniciales lo catapultaban para tener un gran partido y el platinado no defraudó. Fue clave en la lectura del juego y en los momentos donde el equipo necesitó de él. Las estadísticas de Maxi Botta solo arrojan 17 puntos, 1 rebote y 1 asistencia pero mientras él estuvo en cancha el monito jugó cómodo en su jaula.
Lo distinto
Mauricio Rodríguez se vistió de gala para el encuentro y hasta arrancó con bufanda a tono. A pesar de su formalidad, nada le impidió vivir el juego como si fuera un sexto jugador. Alentó, gritó, aplaudió y hasta se enojó. “Va torcidaaa” gritó en más de una oportunidad cuando el balón no iba bien encaminado y cuando a la pelota nadie la quería fue claro: “hay que dársela a Sebastián, todas a Seba”, ordenó. El saco no afectó ningún movimiento. Al fin y al cabo tenían razón: “la moda no incomoda”.
Galería de Fotos
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