Cordón le iba ganando a Miramar 41 a 36 y cuando restaban 8.02 para que se terminara el tercer cuarto, Joaquín Silvera decretó la suspensión del encuentro por un error en el reloj de 24.

El locatario comenzó liderando las acciones con un claro dominio de la manos de Perris Blackwell. Con el correr del juego los monitos crecieron notoriamente en defensa y la velocidad de Federico Soto le dio beneficios al momento de correr la cancha. Cuando la pelota llegaba prolija debajo del aro, Zygimantas Riauka se hacía fuerte y cada vez era más gravitante. Un buen cierre de Andrés Aristimuño provocó que Cordón perdiera por mínima el primer cuarto.

La conducción de Santiago Wohlwend fue en ascenso y Miramar aprovechó los momentos de calidad del base. Martín Trelles y su talento se relucía en los momentos cuando más lo necesitaba. La visita se empezó a enfrascar con el arbitraje por los pitazos y Aristimuño seguía sumando desde el tiro sencillo a su cuenta personal. El reingreso de Soto y la aparición de Andrés Rodríguez con su tiro exterior le dio vías de gol cuando eso escaseaba en el equipo de Esteban Yaquinta. Los errores en las ofensivas finales ocasionaron que el albiceleste se vaya 37 a 36 arriba en el descanso.

Tras el parate hubo poca acción de juego debido a un defecto en el reloj de 24. Una rápida decisión de Silvera determinó el final del juego, cuando los árbitros se retiraban del rectángulo la falla se corrigió. Como los jueces ya habían tomado la decisión, no hubo marcha atrás y los presentes se retiraron con ganas de ver más, cuando las condiciones parecían estar dadas para seguir.