Malvín logró igualar la serie ante Aguada en un juego 6 que tácticamente tiene muchos aspectos para analizar. Quien mejor para hacerlo que nuestro especialista, el DT de la selección mayor, Edgardo Kogan, quien nos presenta su clásica lupa.

En una nueva instancia de la serie de finales de la Liga Uruguaya y en un cambiante juego, Malvín se colocó en igualdad de victorias y logró llevar la instancia a siete juegos para que este próximo miércoles tengamos una súper final en el hermoso Antel Arena.

En un partido que tuvo dos tiempos muy distintos, el equipo playero tomo la supremacía del juego a partir de los primeros minutos del tercer cuarto y con un trabajo muy sólido defensivo, excelentemente planificado por su entrenador, y con una gran ejecución por parte de sus jugadores, logró minimizar las bondades ofensivas que posee Aguada. Desde esa instancia, se sintió mucho más cómodo para poder elevar los ritmos en las transiciones y jugar el 5 vs 5 en ofensiva con una muy buena lectura de las ventajas, para castigar por varias vías al equipo de Volcan, haciéndose con autoridad de esta sexta final.

En el inicio del juego, ambos equipos mantuvieron la defensa individual como estrategia defensiva, algo repetido en los juegos pasados salvo algunos momentos puntuales y con las mismas referencias defensivas, Malvín volviendo a cambiar de hombre en las situaciones de picks al balón y también en las veces que son muchas en las que Aguada juega a partir del hand off o el pase de balón en mano con Graham sobretodo, y en algunas de las veces en las que sucede con Bavosi. La estrategia se completa no cambiando con Pereiras, ni con Taboada o Demian Álvarez, cuando son ellos los involucrados en esta situación de juego, allí sus defensas tratan o de pasar por atrás de la cortina, o por atrás de quien juega la situación de hand off y allí por lo general lo llevan a jugar hacia las líneas con una defensa de fondo. Esto pone muy incomodo al aguatero, sobretodo cuando encuentra las descargas a partir del rol hacia afuera de quien cortina o da la bola en mano y sus tiros, que es uno de los items en los que Malvin va analizando dentro del propio juego, no son tan certeros. Pero además, esa tentación de ir a jugar hacia el fondo de la cancha que es provocado por el equipo de López, hace que Aguada fuerce sus ofensivas pero no logra fluir ni estar cómodo.

Tal vez esto explique porque Aguada que jugó un gran juego defensivo en los primeros dos cuartos llevando a Malvín a jugar muy incomodo tanto desde donde generalmente juega el de la playa, que es en las salidas de las cortinas indirectas o los hand off y posteriores picks directos, o a veces dejando a Millsap jugar 1 vs 1, dejando aclarados, o con los posteos de Blair y ventajas que se puedan dar de ese juego del pivot ex San Antonio Spurs, no pudo quebrar el juego y la diferencia de 11 que logró sacar promediando el segundo cuarto terminase en 6 solo de diferencia y daba la sensación que era escasa para lo que visualmente uno observaba en cancha.

Ofensivamente, se piensa y se analiza tanto previo a los juegos, que se va perdiendo la frescura y tanto scouting da la sensación de jugar solamente sobre lo estructurado. A esto, sumarle la presión que existe en estas finales hace que los juegos pierdan frescura ofensiva y se dan pocas anotaciones desde lo imprevisible.

Aguada en la primer mitad tuvo a Graham, que de alguna manera escapó a esto, leyendo muy bien las ventajas tras los cambios defensivos de hombre propuesto por López y con la ventaja de quedar con Hatila Passos en su referencia. Tras esto, castigó de tres puntos o lo atacó hacia el aro tras la salida de balón que muy bien Aguada utilizó tras los cambios con Feeley que quedaba posteado con Millsap. El pivot brasilero nacionalizado uruguayo, fue quien tomaba a Graham y allí las ayudas que daba Hatilla para evitar la ventaja de Feeley sobre Millsap, hacia que la bola fuera sacada para Graham quien castigó en esos primeros dos cuartos. Allí Malvín rotó muy lento y no pudo controlar lo que género el extranjero perimetral aguatero, pero curiosamente ante la misma estrategia defensiva de los playeros, el equipo de Volcan dejó de leer esta ventaja en la segunda mitad y aún más curioso, fue como no lo hizo más, ya que Santiso en una gran labor defensiva, pero en desventaja de cms sobre Graham. Esto fue mucho más evidente cuando se da en un cambio de hombre y ahí es donde queda Santiso con un pivot, y si se da ese switch, hay una gran ventaja ofensiva entre cualquier pivot rojiverde y el Pitu. Esto obliga un nuevo cambio de hombre o a una ayuda muy cercana, o hasta un doblaje, cosa que Malvín también hizo defensivamente, pero muy raramente, porque Aguada no logró generar esta situación como si lo había hecho en el primer tiempo.

Estos ajustes defensivos logran que quede una ventaja que nunca fue bien leída por el rojiverde, por lógica los procedimientos fueron muy previsibles y potenciaron al playero en su solidez defensiva. Ni siquiera intentaron postear a Zach teniendo esa ventaja y a partir de allí generar alguna diferencia en el ataque. Esa frustración ofensiva hizo que Aguada volviera incomodo a defender, Malvín empezó a castigarlo con rompimientos, conversiones de transiciones y cuando llego a defender el 5 vs 5, nunca pudo plasmar un claro plan defensivo.

Hay un momento clave de esta sexta final y es el cierre del segundo cuarto, con 11 puntos de ventaja producto de la gran defensa generada por los de Miguel Volcan. Aparece la enorme clase de Mazzarino, le tira tiro de tres puntos en la cara a Fede Pereiras y acorta a 8 la diferencia. Tras ese tiro, lee como Pereiras le defiende fondo llevándolo a la línea en un 2 vs 2 en un pick en 45° con Blair quien rola hacia atrás y Nico ataca al aro sacando la falta y anotando los 2 tiros libres. Esa ventaja se reduce a 6 y a partir de ahí ya fue otro juego, el vestuario es distinto y se notó claramente desde el arranque del tercero de los cuartos.

En el arranque del segundo tiempo apareció la racha de Millsap. Siempre ataca a Graham quien es un gran jugador adelante, pero que otorga algunas ventajas atrás. Se sumó Cabot quien volvió a liberarse, cuando Elijah Millsap o Santiso toman la base. En ocasiones, Marcos juega de Nicolás y otra vez como en la pasada final queda liberado para tirar y generar. Dio la sensación de haber entrado a esa segunda mitad con una gran concentración y con gran claridad en las ventajas ofensivas, y con una defensa tremenda en ese cuarto.

Aguada no logró nunca poder en ese segundo tiempo involucrar a Thornton en el juego, ni siquiera tomó los tiros que su equipo necesita. Pasó mucho el balón por los perimetrales, con mucho pique y pocos pases, no convirtió puntos de ataque rápido, jugó paralizado y perdió en todos los rubros. Malvín le dominó el juego interno, no le dio casi nunca la posibilidad de tirar 2 veces o incrementar las posesiones. Solo a lo largo del juego le tomó 4 rebotes ofensivos, le cedió tiros largos pero ya con la presión de tener que traer el juego desde esa opción, por la ventaja que absorbió y sacó el de la playa, y los porcentajes cayeron notoriamente. A pesar de los pésimos porcentajes que tuvo el equipo de López ayer y a lo largo de las finales igualmente, fue tan superior en esa segunda etapa que le abrió una diferencia grande que le permitió llegar al cierre cómodo y sin sosobras.

Párrafo aparte para los cuerpos técnicos. Ambos han hechos cosas que han permitido a sus equipos generar ventajas y desventajas a sus equipos y al rival. Han buscado las soluciones y variantes que se dan entre cada juego, disimulan o potencian con sus decisiones lesiones, cansancios y los comportamientos, y ahora tendrán una nueva final para disfrutar y "sufrir" desde afuera de la linea, se viene la séptima...