El primer partido en el Antel Arena fue un éxito, aun con cosas para mejorar el estreno en el estadio más lujoso del país marcó uno de los mejores partidos en la historia de la Liga Uruguaya.

¿Puede ser exagerado? Quizás si, es opinable. Pero en las 16 ediciones de LUB, el encuentro de ayer, por todo el contexto, debería entrar -mínimo- en un top 5. Entradas agotadas, dos equipos populares que brindaron color y calor con banderas y aliento constante, y un trámite divino adentro de la cancha donde dos planteles con grandes figuras para el medio regalaron un partidazo de alta emoción.

El Antel Arena, como escenario, marca una diferencia abismal. Es top. De primer nivel, en todo. La organización, aún con pequeños desajustes propios de la primera vez, funcionó excelente para que las más de siete mil personas que se dieron cita en el partido, disfrutaran del evento sin problemas.

Esta serie dio un giro de 180 grados en cuanto a imagen y organización del inicio al final. Habiendo arrancado en una noche papelonezca en el Palacio Peñarol donde no funcionó un reloj de 24 segundos y debió suspenderse con toda la expectativa que genereba el inicio de la llave que tenía tribunas colmadas.

Ayer fue todo lo contrario, y como se criticó en su momento, ahora vale el elogio a todos los responsables de la organización, desde los neutrales y las autoridades de la FUBB, a los dirigentes de los clubes, los cuerpos técnicos, los jugadores y las hinchadas. Todos se encargaron de hacer un espectáculo magnífico, de primer nivel. Superación.

Muchas veces nos quejamos de que el básquetbol falló en noches señaladas, con expectativa acaparada de los amantes de este deporte, pero también del afuera, personas a las que hay que conquistar y arrimar. Esta vez también estaba todo el país hablando y esperando este partido, y el básquetbol cumplió con creces, superando incluso las expectativas.

Para los que vivimos este deporte día a día es una alegría enorme que hoy se hable de la forma que se está haciendo de un espacio que sentimos que es nuestro. Cada personal del “afuera” entusiasmada a ir a una de las finales en el Antel Arena es un mimo.

Quedan cosas a mejorar, sin dudas, por más pequeñas que sean. Pero son mucho más las que se hicieron bien. Felicitaciones y gracias. Hoy nos toca llenarnos de orgullo.