Desde su llegada Martín Sedes le dio su impronta a Danubio, mostró un buen básquetbol y terminó el año festejando el ascenso. El entrenador también conversó con Básquet Total.

En referencia a la paridad que mostraron el segundo y tercer partido de estas finales, comenzó diciendo: “El partido atípico de la serie fue el primero, ellos son un buen equipo que se armó para tratar de subir. Nosotros fuimos encontrándonos en el camino con el equipo y nos dimos cuenta que podíamos llegar arriba”.

Sedes hizo hincapié en lo que fue el rendimiento de su equipo en el segundo juego: “Para mí fue el peor partido que jugamos, sobre todo defensivamente” y luego analizó el partido decisivo en cancha de Trouville: “En el primer tiempo ellos hicieron pocos puntos pero defendimos muy mal, sobre todo porque cometimos errores y los dejamos a ellos tomaron tiros con los que se sienten cómodos. En el segundo tiempo mejoramos un poco, erramos muchísimas bandejas, pero el destino quiso que Romero errara la última y en el alargue fuimos superiores”.

Consultado sobre ese minuto de tiempo solicitado en el cierre, cuando le tocaba atacar a su rival, explicó: “Es la segunda vez que me pasa de llegar al final, que el otro cuadro ataque y tener los dos minutos. La otra vez lo había pedido y habíamos ganado, entonces lo pedí primero por cábala y segundo porque vi lo que ellos estaban haciendo y les ponía un poco más de presión a ellos, a ver si cambiaban o no. Salió lo que adivinamos y defendimos bien, eso es mérito de los jugadores”.

La llegada de Sedes al franjeado le dio el salto de calidad que faltaba a un equipo que si bien tenía buenos jugadores, no había encontrado su mejor juego en las primeras fechas: “Al principio no sabía con qué me iba a encontrar, conocía pocos jugadores y le pregunté a los dirigentes si el grupo estaba comprometido, si le gustaba entrenar y si era un buen grupo, y me dijeron que sí a las tres cosas. Luego me fui dando cuenta que era cierto”.

El entrenador también hizo referencia al profesionalismo y al buen ambiente dentro del plantel: “Nosotros jugamos el 22 y el 23 dimos libre. Yo quería entrenar el 24 pero no conseguimos cancha, pero fuimos el 25 a una plaza. Ayer vinimos a tirar y después nos fuimos a comer todos juntos, hoy de mañana vinimos de vuelta. El grupo fue clave, mostró que estaba a la altura de las circunstancias. Fuimos ganando partidos, jugábamos bien, defendíamos bien, nos dimos cuenta que estaba todo muy parejo y nos la creímos hasta llegar a este último partido y tener la suerte de quedarnos con el ascenso”.

El marco del partido fue simplemente espectacular: “La gente es increíble. Tengo la suerte de trabajar en Unión Atlética y ver lo que acompaña. Hoy cuando terminaron los 40 junté al profe, al asistente y al planillero les dije que disfruten esto porque es algo que no sabes cuándo va a volver a pasar. Jugar a cancha llena, una cancha divina, para la tele, una final. Lo disfrutamos mucho, ahora vamos a ir a la sede a festejar ojalá que hasta tarde”.

Al consultarle sobre su futuro y el de Danubio, que ahora deberá presentar divisiones formativas para poder jugar el Metro, dijo: “La verdad no sé. Los dirigentes entraban al vestuario después de ganar y un poco por cábala nos decían ‘no ganen más muchachos’. Ahora van a tener que ver qué hacer. Yo voy a seguir trabajando con las formativas de Unión, pero lo que les pueda aportar de mi experiencia lo voy a hacer”.

Para terminar Martín destacó el trabajo del grupo de jóvenes dirigentes de Danubio Básquetbol: “Están siempre, limpian la cancha, consiguen agua, traen fruta a todos los entrenamientos, y esas cosas los jugadores las valoran, hablan de lo que es Danubio, un club humilde que ojalá pueda seguir creciendo”.