Goes venció a Biguá en su casa 80-78 y preparó el clásico de la mejor manera, su gente cantó al final pensando en el martes.
Resumen del partido
Muchísimo calor en Plaza de las Misiones para ver un partido que prometía entre dos equipos que llegaban igual en la tabla de colocaciones.
El comienzo fue muy goleado, con porcentajes que eran imposible de sostener durante todo el encuentro, pero que hacían de un cotejo muy entretenido de arranque. Meira tenía la muñeca en llamas y los hermanos Osimani se sumaban a las conversiones. Goes pudo aguantar solo cuatro minutos el goleo, cuando dejó de anotar los de Rovira abrieron 12 con perfección ofensiva. Un minuto de Reig cambió el trámite, el local fue más intenso atrás y con la dupla Martínez/Aguilera empezó a traer el partido. Además se sumó un buen ingreso de Bosellino que pese a momentos de desprolijidad levantó al equipo y le ganó el duelo a Rojas. En la rotación la visita perdió caudal de juego, y el dueño de casa lo igualó en 40 antes del descanso largo.
A la vuelta hubo duelo de bases. Fernando Martínez se hizo incontenible generando desde el pick central, con penetraciones al mejor estilo Enano 2006. Del otro lado, el ex Malvín le pasaba por atrás en las cortinas a Martín Osimani que aprovechó espacios para lastimar a distancia. La aparición de Aguilera fue fundamental, en defensa fue en la referencia del Oso y lo anuló mientras que en ataque colocó siete puntos consecutivos para que su equipo abriera la primer diferencia. Dominando la pintura los de Reig se fueron 10 arriba al último.
Cuarto final donde el dueño de casa siguió dominando con los influjos de Martínez y el peso en la pintura de Borsellino que se hizo imposible de frenar para la defensa rival. Biguá parecía perdido y sin argumentos, hasta que Osimani y Rojas metieron triples esperanzadores y Forte robó un balón que terminó en bandeja fácil. El epílogo fue tan parejo como lleno de errores, de los dos lados. Ni uno lo liquidó ni el otro se arrimó. Pablo Sosa se sumó al cúmulo de equivocaciones y pitó una antideportiva cuando el Pato se había puesto a dos, la falta fue normal. Fernando Martínez aprovechó y con cuatro singulares liquidó las acciones pese al dramatismo que instauró una nueva bomba de Osimani a falta de poco menos de dos segundos.
UNO x UNO
GOES
Martínez (8): Es imposible que no tenga 25 años. La está quemando, como en sus mejores épocas. Stocks (4): Más intermitente que las luces del arbol de navidad. Aguilera (9): El destacado. Torres (4): Absolutamente de rol. Shaw (6): Arrancó mal, pero tuvo un buen reingreso en el tercer cuarto. Borsellino (8): Contagia, levanta, rinde, ideal para Goes. Revolucionó al equipo. Brause (4): Apagado, no aportó como debe. Dellepiane (6): Desde la defensa ganó minutos, dio una gran mano. Reig (7): Inteligente para frenar cada buen momento del rival, cerró con los mejores.
BIGUÁ
M.Osimani (7): En gran nivel ofensivo, convirtiendo y haciendo jugar. Le costó atrás. J.Osimani (5): Arrancó mejor de lo que terminó, descansó poco. Meira (4): Inició prendido fuego pero no logró sostenerlo. Forte (5): Sus números brillan, en cancha no se nota tanto. Defiende poquito. Jhonson (4): Superado en ambos costados. Cambón (4): Intentó ordenar con suerte dispar. Rojas (6): Anímicamente revulsivo, dejó todo, le faltó algo de serenidad para definir mejor ofensivas claves. Alvarez (-): Poco en cancha. Rovira (5): Pudo extender la rotación para que sus figuras no llegaran con tanto desgaste, por momentos se enfocó demasiado en los jueces, aunque el final le dio la razón.
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Lo destacado
Martín Aguilera la rompió. Ofensivamente fue clave en el momento de quiebre, con confianza para ir al aro pero sobre todo para el lanzamiento a distancia, que no es su especialidad. En defensa siempre va con el mejor del rival, marca desde un base a un cuatro, fue fundamental para marginar del goleo a Martín Osimani cuando había tomado protagonismo. Noche redonda.
Lo distinto
La cancha de Goes tiene la particularidad que hay mucho espacio entre la línea final del costado de cancha y la baranda, y poco de la baranda a la primera final de asientos. Por lo que tanto los niños que están esperando ansiosos para entrar a tirar en los minutos, o los rezagados que llegan tarde y pasan desde el ingreso rumbo a atrás del aro de enfrente lo hacen por "adentro", a metros de donde se está jugando. Simple curiosidad, de un gimnasio distinto, donde no quedan dudas que el aliento es tremendo, los Misioneros se hacen sentir y logran que venga siendo una de las localías más fuertes de los últimos años.