Malvín le ganó a Trouville en Chucarro con una dupla -y por momentos trío- de internos desequilibrantes.
Resumen del partido
En Chucarro el local recibía al playero para retomar la LUB, ambos con con récord 2-2 y buscando encontrar su mejor versión. El arranque fue todo de los de Pablo López, que si bien no pudieron poner a Mazzarino en juego ante la buena defensa de Mayora encontraron siempre a Hatila jugando desde un Serres que fue un asistidor de lujo para llegar a sacar nueve. Robinson también fue bien controlado por Santiso, pero con el crecimiento de Harrison en ataque y algo de Catalá el local se arrimó y se fue apenas tres abajo al primer descanso. Malvín encontró ventajas en Lampropoulos pero éste erró mucho, y los de Chucarro crecieron de la mano de buenos ingresos de Cáceres y Soto que defendió firme a Mazzarino y contagió intensidad. Si bien el ritmo de “Pitu” fue un problema para la defensa rival, fue con el reingreso de Serres y Glover como interno que logró mejorar. Robinson volvió desde la banca más claro e hizo que los de Alvaro Tito llegaran al entretiempo ganando por mínima, 30-29.
Nuevamente el playero arrancó con todo, con Mazzarino poniendo sus tiros y Glover buscando la ventaja en el poste ante Catalá. El rojo dependió mucho de sus foráneos y no encontró juego fluido, Catalá tampoco estuvo certero en el tiro exterior, y del otro lado la visita fue notablemente conducida por “Pitu” y tuvo a Glover como goleador en este período para irse diez arriba al período final. Galletto en la conducción buscó darle algo distinto a Trouville, pero las ventajas con Hatila y Lampropoulos fueron bien aprovechadas por Mazzarino para abrir 16, hasta que un par de bombazos de Catalá le dieron alguna esperanza al local aún sin jugar bien. El griego volvió a aparecer con sus varios recursos ofensivos mientras del otro lado la opción de Tito de apostar a Harrison más abierto con Martínez como pívot le generó algunos puntos pero simplificó la vida de Passos a la hora de adueñarse de los rebotes para mantener diferencias y quedarse con el triunfo final 71-59.
UNO x UNO
TROUVILLE
Mayora (5). Muy bien en defensa, no gravitó en la ofensiva. Robinson (6). Erró muchísimo, la dependencia del equipo a él no lo ayuda. Catalá (5). Jugó a porcentajes, mejoró al final. Mathis (4). Pocos e intrascendentes minutos ✂. Harrison (6). Es 8 en ataque y 4 en defensa. Marotta (4). Se notó la falta de básquetbol. Galletto (5). Buscó algo distinto. Soto (5). Mucho compromiso en defensa, bien en ataque en general. Cáceres (4). Mucha energía, poca claridad. Martínez (5). Totalmente de rol. Massa (-). Pocos minutos. Tito (4). El juego es previsible y sin variantes a pesar de la larga rotación. Reactivo a lo que hace el rival.
MALVÍN
Santiso (7). Intensidad, lectura y defensa. Alto nivel para olvidar que falta Cabot. Mazzarino (6). En su chispazo del 3C se abrió la ventaja, luego generó para los internos. Serres (6). Sin tirar fue capaz de ser clave en el 1C, con asistencias ?. Lampropoulos (8). Si bien erró bastante, dio soluciones siempre al ataque. Recursos sobran. Passos (7). Cuando se la dieron anotó, el resto del tiempo hizo el gran laburo habitual. Glover (6). En el 3C demostró a qué vino. Pomoli, Metzger (5). Correctos relevos. Díaz, Cabillón, Acosta, Pereira (-). Pocos minutos. López (8). El planteo inicial fue muy bueno, manejó variantes en el quinteto y leyó bien los momentos.
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Lo destacado
El playero tiene una de las mejores tablas de la Liga, con Hatila que ya se sabe lo que genera en las cortinas, rebotes y anotando cerca del aro, y Lampropoulos que tiene tanto recursos para jugar de espalda cerca del aro como abierto para tirar o jugar uno contra uno. Además, Glover ya mostró en su debut las características que lo hicieron destacarse la temporada pasada esta vez tanto en versión alero como ala-pívot.
Lo distinto
El cambio en la disposición de las hinchadas del gimnasio de Chucarro hizo que los hinchas de ambos equipos compartieran la tribuna “Daniel ‘Mahoma’ Wenzel” mientras que ambos laterales tuvieron parciales del rojo. Un plus para los jugadores locales, que prácticamente están rodeados por sus hinchas, pero que exigirá cuidados extra cuando reciban equipos más populares o que tengan “barras” de aliento.
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