Aún con lágrimas en los ojos por la emoción del título obtenido con Bohemios, Juliana Dibarboure se tomó unos minutos para dialogar con Básquet Total tras el triunfo de las marronas frente a las playeras.
Le resultó casi imposible decir lo que sentía en el momento: “Es muy difícil de explicar lo que siento, pero es una inmensa alegría. Es inexplicable para la gente que es nueva en esto, que entienda lo que significa para nosotras jugar un partido ya con toda la gente que nos vino a acompañar, que canten, que nos apoyen. Por ejemplo, hoy entramos en la sala donde siempre es la charla técnica y había fotos nuestras. Es maravilloso, es increíble para nosotros. Ya para las más grandes del plantel, estamos todas diciendo “se nos dio”. Yo era la única que había sido campeona de todo el plantel”.
Acerca del público que acompañó, la profe de Tabaré lo comparó con un partido del básquetbol masculino: “Hoy en púbico no tenemos nada que envidiarle al masculino. Yo estuve trabajando en el partido de Tabaré contra Bohemios en el Metro y hoy hay el doble de gente. Aquel partido no se llenó la cancha de ninguna manera y hoy no entraba un alfiler. Realmente impresionante”.
También habló de lo que significó para ella ver gran parte del campeonato desde afuera por una lesión: “Me dio una impotencia tremenda. El año pasado y el otro, por distintos motivos no pude entrenar lo que me hubiese gustado y este año estaba con toda la dedicación y todas las pilas. Me había puesto a punto físicamente, que es lo que más me limita, y me cayó la lesión en el peor momento. Me costó muchísimo recuperarme trabajando en El Metro y con mi trabajo de nueve horas que tengo como toda oficinista. Pero me dio la felicidad de verlas a ellas de cómo se desarrollan, lo bien que juegan, de que estaban realmente listas. El principal miedo que teníamos al principio de la temporada era ver cómo le iba a ir a una niña de 15 años jugando en un torneo de mayores, y demostraron estar a la altura”.