Miramar se hizo fuerte en casa, derrotó a Olivol Mundial en un partido cambiante, y dejó claro que va por un lugar en la serie de arriba.
Resumen del partido
El barrio Belgrano fue palco del cruce entre dos equipos definidos por la irregularidad, Miramar y Olivol, en una noche marcada por el frío. El primer chico favoreció a la visita, que encontró gran ventaja en Curtis recibiendo en la pintura con sorpresiva facilidad y así dominó el juego, bien acompañado por Silva principalmente. Miramar generó principalmente desde Blazina y Viotti, pero Drakeford no apareció, y el monito se fue seis abajo al primer descanso. Las rachas típicas del Metro se hicieron presentes, el local fue a zona y Curtis no pudo recibir, pero aparecieron triples de Arbildi y Santos, y Yaquinta decidió volver a defender al hombre. Un muy buen ingreso de Cervi mas el crecimiento de Botta fueron determinantes para que Miramar encuentre gol y se vayan al entretiempo con empate en 34.
El duelo entre Blazina y Romero abrió el segundo tiempo, pero a la larga salió ganando el locatario que además tuvo un buen rendimiento de Lewis en la doble base. Olivol fue a zona para intentar contener, pero también fue castigado por triples de Cervi y el propio Damián Blazina que jugó en alto nivel. Con Andrade prendido en defensa, algún aporte de Santos, y Romero errático sobre el final, la visita se fue seis abajo al último período. Cervi asumió cada vez más en el monito, que logró abrir ventaja desde una fuerte defensa y teniendo mayor agresividad. El mundialista dependió excesivamente de Curtis, pero tuvo su principal problema atrás, donde nunca logró controlar a un Cervi encendido. Santos volvió del banco con un par de bombas para arrimarse, pero Miramar se iba a quedar con el triunfo en su casa 82-73, para mantener muy viva la ilusión de clasificarse la parte alta para la segunda fase.
UNO x UNO
MIRAMAR
Wohlwend (4). Estuvo errático, le costó generar. Blazina (8). El destacado. Viotti (5). Forzando logró puntos, pero fue flojo en defensa. Botta (6). Rendidor, intenso, suma mucho cuando está enfocado en el juego. Drakeford (2). Restó. Bien sustituido. Lewis (6). Intenso, ayudó en la conducción y como segunda vía de generación. Cervi (7). De menos a muchísimo más. Dueño del último cuarto. Olivera (6). Dejó todo en defensa y correcto en ataque. Carvidón (5). Correcto. Rabinovich (-). Poco en cancha. Yaquinta (8). Probó variantes tácticas hasta encontrar la forma de minimizar a Curtis. Rotó el plantel hasta encontrar el mejor equipo, y lo mantuvo, incluso sin extranjero.
OLIVOL MUNDIAL
Arbildi (3). Generó poco y nada, se dedicó a tirar no estando claro. Mal atrás. Silva (4). Entreverado, algún chispazo que no alcanzó. Romero (4). Se fue apagando, erro en situaciones que no puede errar. López (3). Nulo aporte. Curtis (8). El único. Luchó siempre. Fue eficiente. Andrade (5). Correcta conducción, se prendió en defensa. Suárez (4). Buscó el juego interior, sin generar peligro con recursos propios. Santos (5). Jugó a porcentaje, con resultados diversos. Garay, Orta (-). Nominales, no aparecieron. Medina (3). El equipo no dio la talla defensiva. En ataque la ventaja era clara y no buscó variantes para encontrarla. Perdió el duelo táctico.
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Lo destacado
Nunca mejor puesto ese número en la espalda. Damián Blazina fue el 1, pero no sólo en la planilla, sino adentro de la cancha. Ya sea jugando de base o de escolta, fue la principal vía de generación y gol con su potente rompimiento al aro. Además, puso un par de "bombazos", asistió y principalmente jugó en la velocidad que pedía el partido, manejando los tiempos. En su retorno al Metro y al Monito, alto nivel para el #1.

Lo distinto

A esta altura los jugadores coquetos que combinan sus championes con el color de la indumentaria abundan. Pero Arbildi, siempre innovador, decidió ir un paso más. En la foto se ve su calzado en amarillo y azul, pero lo que más destaca es su pelo también llevado al rubio. Si esto se transforma en moda, en poco tiempo veremos en las canchas pelos verdes, rojos, azules... Por suerte, todavía no, y podemos contarlo como algo “distinto”.