Dueño de una mano privilegiada y un físico de destaque, se prepara para su primer experiencia en El Metro. Un gran proyecto de Malvín que busca su oportunidad para demostrar y seguir creciendo. Promesas presenta a Iñaki Erroizarena.
Nombre: Iñaki Erroizarena
Edad: 19 años (07/04/98)
Puesto: Escolta/Alero
Altura: 1.93
Club: Malvín
“Iñaki es un jugador con muchísimo potencial. Es un amante del juego, le encanta entrenar, mejorar, compartir con los compañeros. Está trabajando su lado mental de forma intensiva. Técnicamente tiene una puntería espectacular y una gran destreza en sus piernas, de manera que una vez que mejore sus cualidades con la pelota en el piso va a ser un jugador de Primera.”
¿Cómo empezaste a jugar al básquetbol?
En 2005 fui a Defensor a hacer deporte, jugué al fútbol, hice karate y como era alto para la edad mi padre me dijo que probara con el básquetbol. Al año siguiente fui a Unión, y como me empezó a gustar y quería hacerlo más serio de ahí me fui a Malvín. Estuve un año con el social, en 2008 ya empecé a jugar en Premini y hasta ahora no he parado.
¿Qué Entrenadores tuviste en Formativas que te hayan marcado?
Fue un proceso, desde Agustín Iglesias y Augusto Pons hasta el “Chato” (Horacio Martínez). Cada uno me dejó su granito de arena, me hizo mejorar algo y puso algo en mí.
¿Cómo te definís vos como jugador?
Soy un alero o escolta, que se destaca por el tiro de afuera y la penetración a través del pick, que me gusta mucho jugarlo. También me gusta mucho salir en contraataque.
¿En qué momento empezaste a pensar en el básquetbol como profesión?
Cuando tuve a Augusto Pons, en 2013. Tenía 15 años pero me hizo despertar, entender que tenía condiciones y que si trabajaba duro tenía grandes posibilidades. Fue el técnico que me abrió la cabeza.
¿Qué cambiaste desde ahí?
La forma de entrenar más que nada. El ir antes a tirar o quedarme después, entrenar con intensidad, hacer las pesas, cuidarme con las salidas.
Este es tu segundo año entrenando con el Primero, ¿qué diferencias encontraste cuando empezaste ahí?
La intensidad principalmente. Hay que ir a entrenar siempre bien dispuesto, estar siempre atento y concentrado. Cambia todo, la velocidad es otra, no tiro cómodo como en formativas, las decisiones son más rápidas.
¿Y entrenar con Pablo López?
Es distinto a la hora de entrenar. Te corrige lo más mínimo, siempre está dispuesto a ayudarte a mejorar junto con el “Chato”. Es muy detallista, marca los errores pero siempre te da para adelante, y eso ayuda a mejorar día a día.
Te tocó debutar en la Liga hace poco, ¿cómo fue?
Fue algo muy lindo. Fue contra Goes, en Malvín. Cuando querés tanto algo, y trabajas para eso, es lindo que de a poco se vean los frutos. Me ayudó a motivarme y seguir trabajando. Es un extra, pero fue una alegría enorme. Estaba bastante tranquilo, y hasta pude poner un triple que me quedó.
Estuviste en la procesos de Selección, ¿qué te sumó entrenar con los mejores de tu categoría?
Estuve desde los 14 años, ayuda mucho a mejorar. Son compañeros pero a la vez tu competencia, y cada entrenamiento es como si fuera un partido porque hay que ganarse un puesto. Me permitió hacer amigos fuera del club como Martín Rojas, Manu Mayora y Juani Ducasse. Además tuve como entrenadores al “Hechicero” (Cabrera), Pierri y Signorelli y les intenté sacar el mayor provecho que pude.
¿Qué te cambió jugar el Sudamericano U17?
Antes de eso pensaba que era tremendo jugador y me llevaba el mundo por delante de alguna manera. El Sudamericano me sirvió para ver que por hacer 30 puntos acá en formativas el fin de semana no era nadie. Ver a Corvalán, Vaulet y toda esa generación de Argentina me hizo darme cuenta que me faltaba mucho trabajo. Me ayudó a abrir los ojos y ver que con lo que estaba haciendo no me alcanzaba, que tenía que hacer el doble.
El año pasado terminaste las Formativas y este año querés jugar El Metro, ¿qué expectativas tenés?
Tratar de ayudar al equipo donde me toque jugar, sea de titular o viniendo del banco, defendiendo o anotando. Creo que puedo ayudar mucho en ataque porque es mi fortaleza, pero quiero hacer lo que el equipo necesite para que le vaya bien. Quiero seguir agarrando experiencia y roce, y que El Metro me sirva para ver que tengo que seguir mejorando.
¿Y cómo te imaginas los próximos años?
Depende siempre de cómo me vaya en cada etapa, pero obviamente quiero tener minutos en Liga. Sé que no es ya porque todavía me falta, pero de a poco me iré ganando la oportunidad. Más adelante mi objetivo sería poder irme al exterior.
Contame un poco sobre los estudios y cómo concilias todo…
En el liceo la llevaba bien, estudiaba un día antes y salvaba. El año pasado empecé Facultad de Psicología y me costó mucho, eran muchas horas de lectura y un nivel de concentración que no conseguía porque estaba cansado por los entrenamientos. Igualmente voy a seguir estudiando, este año voy a pasar a Administración de Empresas.
¿Qué referentes tenés en el básquetbol?
A nivel local admiro mucho a Nicolás Mazzarino, lo observo todos los días porque tengo la suerte de entrenar con él, e intento llevar cosas que le veo a mi juego. Cuando empecé en Primera no podía creer estar con él, pero ahora le pregunto y lo escucho porque es un referente, me siento afortunado de poder entrenar con un jugador así.
También me gusta mucho Bruno Fitipaldo, admiro su ética de trabajo, y otro jugador cuya seriedad y visión me gustan mucho es Leandro García Morales.
Para terminar, ¿cómo ves a Malvín en esta Liga?
La verdad últimamente muy bien. Al equipo le costó encontrar una identidad y eso nos llevó a perder partidos que en teoría eran fáciles. El último mes hemos mejorado mucho. La llegada de Kevin Galloway le dio alegría al equipo, siento que hay otra “magia”, quizá no sea la palabra pero el equipo juega alegre y se refleja en la cancha.
“Iñaki es un jugador con mucho temperamento y que le gusta trabajar mucho ya sea su físico como su técnica. Si se mantiene con esa voluntad va a tener un buen futuro aunque todavía le falta camino por recorrer. Es un muy buen muchacho con una potencia física envidiable, buen tiro de tres, tiene que seguir trabajando la lectura de juego y su mano débil. Para definirlo diría que va por el buen camino y progresando constantemente.”