El jugador más joven de la Liga es de Urunday Universitario y con apenas 17 años se ganó un lugar importante en la rotación del estudioso gracias a su intensidad defensiva y su temple, demostrados ante rivales de altísima categoría y en momentos definitorios de partidos. Promesas presenta a Ignacio Morena.
Nombre: Ignacio Morena
Edad: 17 años (29/01/00)
Puesto: Base
Altura: 1.83
Club: Urunday
Apodo: "Nacho"
“Nacho sigue todas las indicaciones que damos en nuestro programa: es educado, amable, agradecido, humilde. Entrena con intensidad, sigue las indicaciones de nutrición correcta, es querido y respetado por sus compañeros de generación y por los mayores. Merece todo lo que está viviendo, pero sabe que sólo es el principio”.
¿Cómo empezaste a jugar al básquetbol?
Tenía seis años y empecé a venir al club (Urunday) más que nada a jugar al fútbol y hacer gimnasia. Ahí arranqué en la escuelita de básquetbol hasta que a los 8 ó 9 vino el entrenador de Premini (Luis Pérez) a buscar jugadores y me dijo de ir a probarme. Ahí me empezó a gustar y me terminó fichando.
¿Qué Entrenadores tuviste en Formativas que te hayan marcado?
Tuve a Luis (Pérez) varios años y el “Chato” Giménez en Infantiles, que si bien fue un solo año aprendí muchas cosas, salimos campeones y empecé a entrenar con el Primero, aunque no me cambiaba. El año pasado tuve a Mauricio González y a “Pepe” Mackiewicz. Héctor (Da Prá) también me ha aportado muchas cosas.
¿Qué diferencias sentiste cuando empezaste a entrenar con el Primero?
La intensidad. El juego es el mismo, pero la velocidad y las ganas que le ponen no. De chico se hace más jugando, pero ahí es un trabajo y son hombres, las cosas se hacen en serio, no son para pasar el rato.
¿Cómo te definís vos como jugador?
Soy un base que organiza y que defiende, si tengo que ir con el anotador rival lo hago. Estoy tratando de mejorar el tiro porque eso me va a abrir espacios. Lo trabajo con Jaime Yusupoff, uno de los asistentes de Da Prá. Si bien me considero bueno con el dribbling, si no tiro se cierran las posibilidades de romper.
Te has destacado por esa intensidad defensiva, ¿qué crees que te ayuda a ser así?
Considero que soy bastante rápido de piernas, y además creo que entreno seriamente y entonces puedo aplicar eso a los partidos.
¿Cómo es una rutina diaria durante el año, pensando en tu edad y el estudio también?
En vacaciones como ahora es fácil, pero durante el año no venía al entrenamiento matutino con la Primera por ejemplo. A esa hora iba al liceo, y de noche tenía dos prácticas (cadetes y juveniles) y llegaba cansado a Primera. Trato de tirar antes o después de las prácticas, para aprovechar al máximo los tiempos que tengo.
Estuviste en la Selección U17, ¿encontraste diferencias a nivel de entrenamiento?
La seriedad de las prácticas es distinta, al estar los mejores el nivel es más alto y mejora la intensidad.
¿Y jugar a nivel Sudamericano?
Ahí te das cuenta que a nivel internacional estamos lejos en muchas cosas. Jugamos con países que hace años no eran nada como Ecuador o Paraguay, Chile mismo que terminó siendo campeón. Todos fueron progresando. Lo bueno del Sudamericano es que te da experiencia, pero muestra que nos falta trabajar bastante.
Volviendo al club, contame cómo viviste este crecimiento y llegar a ser parte de la rotación en el Primero hoy en día…
En la pretempoarada Da Prá me dijo que la idea era que estuviera como tercer base, más que nada entrenando y quizá en alguna ocasión entrar. Luego de la lesión de Mauro (Zubiaurre) pasé a ser el segundo base y a tener muchos minutos. Si bien ahora Carl (Elliot) también puede jugar de base, no me esperaba toda esta experiencia que estoy sumando.
¿Te costó adaptarte a ese cambio de rol?
Cuando entré contra Malvín, el día de las lesiones de Mauro (Zubiaurre) y Brian (Craig), estaba muy nervioso. Habíamos hablado antes que yo podía tener algún minuto para correr a Mazzarino, pero se dio de jugar medio partido. La confianza siempre la tuve, siempre me decían que mi trabajo era defender y que los tiros que quedaran los tomara, pero que no me preocupara por tener que generar juego porque eso lo iban a hacer los demás. Siempre en los partidos uso las primeras defensas para agarrar confianza, y ya con eso me suelto y trato de aprovechar lo que queda en ataque.
De esa situación pasamos a un Urunday líder del Clausura, ¿lo esperabas?
La verdad que nadie esperaba esta segunda ronda. Sabíamos que aunque no habíamos empezado bien teníamos una identidad y sólo nos faltaba pulir algunas cosas. Lo que más mejoramos fue la defensa, bajamos casi 20 puntos por partido, y empezamos a tener química de equipo a la hora de jugar. Claramente con Carl (Elliot) es otra cosa, él asume cuando tiene que asumir y cuando la pelota quema agarra el juego para él.
Volviendo a vos, ¿cuáles son tus próximos pasos?
Primero que nada terminar esta Liga, y luego me quedan dos años de Juveniles. Voy a seguir siendo un Sub 23 de Urunday que trata de ganarse sus minutos. Si en un futuro llega una propuesta de El Metro lo veré, pero no sirve ilusionarse porque uno nunca sabe lo que puede pasar.
Contame un poco sobre los estudios y cómo concilias todo…
Me queda una materia, Física, para terminar sexto. Mi idea es estudiar Fisioterapia, tengo que dar una prueba de ingreso. No es fácil conciliar los horarios, tenía que aprovechar para estudiar las horas de la tarde entre el liceo y los entrenamientos, no podía descansar ni dormir siesta. Igualmente la llevé bastante bien.
¿Qué referentes tenés en el básquetbol?
El que me gusta mucho es Luciano Parodi. Es un base que genera mucho y defiende al anotador rival en general. Me encanta su visión de juego, como reparte asistencias, y además cada vez tiene mejores porcentajes de tres puntos.
"Es un jugador muy serio, con mucha dedicación para aprender, y que siempre intenta corregir lo que uno le quiere enseñar. Si bien en la Selección jugó como escolta su posición debe ser la base. Fue uno de los jugadores que más crecimiento tuvo durante el torneo, comenzó siendo suplente y no teniendo tantos minutos, pero se los fue ganando él solo hasta terminar jugando prácticamente un partido entero. Es muy aplicado, muy educado y muy agradable de dirigir".