En un partidazo Defensor Sporting le ganó 90-89 a Nacional en una noche hermosa de básquetbol.
Resumen del partido
Calor en el ambiente, color en las tribunas. Gran marco de público para un partido que pagó con creces lo que prometía en lo previo.
Tras unos primeros minutos parejos donde Defensor aprovechó las pérdidas ofensivas de Nacional, el tricolor ajustó en ataque y desde ahí logró pasar por arriba a su rival. Con Danridge en modo bestia el elenco de Fernández abrió hasta 11 de renta. El ingreso de Phillips y la zona en defensa le cambiaron la cara al fusionado. Cada vez que salía Super Tony los de Ponce volvían al hombre. Batalla táctica entre los entrenadores. Una bomba de Moglia y dos de Danridge mantuvieron arriba a la visita que no jugó tan cómodo y sufrió al extranjero interno de Sporting durante todo el segundo cuarto. Siete arriba el albo para el descanso largo.
El complemento inició con un 10-0 de los de Ponce que pasaron en el marcador aprovechando las pérdidas y corriendo la cancha. Danridge y Moglia emparejaron y, tras minutos de doma intensa donde se corrió y se luchó más de lo que se pensó, el tricolor recuperó la delantera con gran trabajo defensivo de Macanskas y triples consecutivos de Taboada y Moglia. Sporting parecía no tener argumentos más allá de Phillips cuando no lograba correr, hasta que apareció Fraizer con un par de bombas con la mano arriba. Además Wachsmann colocó cuatro puntos consecutivos en momento caliente para pasar. Una animalada más de Danridge puso a la visita uno arriba a falta de 26 segundos.
Tras minuto de Ponce Osimani con asistencia deluxe dejó solo a Phillips que colocó el doble para pasar. Se apuró Taboada, caminó y el Oso con dos libres aumentó. Cortaron a Taboada con dos segundos y perdiendo por tres, metió el primero, tiró a errar el segundo pero increiblemente terminó entrando. El fusionado sacó segundo y terminó festejando un triunfazo.
UNO x UNO
DEFENSOR
Osimani (6): Flojo partido, exceptuando los magistrales 26 segundos finales. Clase. Dotti (5): Entreverado. Fraizer (8): Cuando calentó la muñeca quemó hasta el pasto. Bastón (6): Aportes importantes. Wachsmann (7): Debe ser el mejor jugador de rol del Mundo. Metió puntos vitales en el cierre. Phillips (8): Le cambió la cara. Despertó al equipo del letargo. Nessi (5): Intenso. Haller (5): Más en defensa que en ataque. Comas - Asaravicius (-): Poco en cancha. Ponce (7): Fue una batalla táctica constante, con la zona y tres grandes protegiendo las penetraciones de Danridge encontró la vuelta defensiva.
NACIONAL
Taboada (5): Jugó bárbaro, pero se cargó de faltas y perdió la última, eso le baja el puntaje. Moglia (7): En Welcome, como en el patio de su casa, no erra. Danridge (9): Dificilmente puedan existir calificativos para describir lo que jugó. Macanskas (6): Gran trabajo defensivo, dejó la vida para suplir diferencia de centímetros. Eziukwu (6): Pudieron buscarlo más. Si se la dan, no defrauda. Sarni (5): Intenso. Delgado (4): No dio todo lo que puede. Pose - Álvarez (5): Se acoplaron bien, en sus roles. Fernández (6): Planteó bárbaro. El equipo llegó fundido al cierre, pudo rotar un poquito más.
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Lo destacado
Fraizer robó en primera línea, y cuando iba a depositar la bandeja que liquidaba el partido, Danridge pegó un salto felino, se suspendió en el aire y puso una tapa soberbia. Adrián Vázquez pitó para cobrar foul, pero de inmediato dio marcha atrás de forma perfecta porque no había sido, y correctamente le dio la bola a Nacional porque cuando detuvo el juego el balón estaba en manos de Macanskas. El juez principal de la noche tuvo aquellos bien puestos para dar vuelta un fallo que en principio era erróneo y pese a las protestas actuó de forma correcta.
Lo distinto
Gonzalo Fernández es un técnico que gesticula mucho y está constantemente dando indicaciones a sus jugadores. Con Mateo Sarni tiene una relación en cancha que es especial. Al ser el base recibe muchas órdenes del DT, que a veces son subidas de tono, pero son correcciones y mejoras para el oriundo de Larrañaga. Se conocen de hace mucho tiempo, vienen trabajando juntos y les ha ido bien. Uno más "gruñón", el otro con pinta de bueno, más allá de que a veces parece que se llevan como perro y gato, se nota que hay muchísima confianza, mutua.
