Oriundo de Sandú, hizo sus últimos años de formativas en Montevideo, al tiempo que empezaba estudios universitarios. Destacado en la Liga de Soriano y en busca de un lugar en la LUA, Promesas presenta a Nicolás Köster.
Nombre: Nicolás Köster
Edad: 19 años
Puesto: Base
Altura: 1.82
Club: Sandú
¿Cómo empezaste a jugar al básquetbol?
Empecé en Remeros, alrededor de los 7 u 8 años. Mi madre daba clases de tenis allí y estaba muy cerca. Pero quería jugar en Sandú porque toda mi familia es del club, así que en segundo año de mini ya fui para ahí.
¿Qué Entrenadores tuviste en Formativas que te hayan marcado?
Principalmente Nicolás Barrera, que fue a quien tuve más tiempo y con quien salimos campeones en cadetes y juveniles.
¿A qué edad decidiste que querías ser profesional?
A los 16 o 17 años me di cuenta que me gustaba mucho el básquetbol y que estaría bueno poder llegar a jugar a un gran nivel algún día.
¿Cambiaste algo de tu forma de hacer las cosas desde entonces?
A la hora de entrenar siempre estoy al 100% y trato que cada entrenamiento sea de la mejor calidad posible. Hay cosas que todavía estoy mejorando, como el cuidado con la comida por ejemplo. Siempre estoy intentando mejorar en eso.
¿Cuáles son tus principales características como jugador?
Soy base, aunque también puedo jugar como escolta. Me gusta el juego ordenado, salir rápido a correr la cancha y asistir. Tengo muy buen uno contra uno, voy fuerte al aro, y defiendo bien. Además estoy intentando mejorar el tiro de tres puntos.
¿A qué edad empezaste a entrenar con el Primero de Sandú? ¿Qué diferencias notaste ahí?
Empecé con 14 años, y las diferencias principales las encontré en la parte física. Al resto me adapté rápidamente.
¿Cómo fue venirte a jugar a Montevideo? ¿Te costó el cambio?
Fue difícil, pero en realidad pensé que iba a ser más complicado. El primer año en Bohemios me ayudaron mucho los compañeros, y tenía la ventaja de estar cerca de donde vivía. Me pude adaptar bien. Al año siguiente fui a Macabi y aunque estaba más lejos el grupo era muy bueno en ese aspecto.
A pesar de eso seguiste yendo a jugar la Liga Regional de Básquetbol de Soriano el año pasado y este. ¿Qué te ha sumado jugar allá?
Es algo que siempre me gusta, me suma roce con jugadores más grandes y minutos a un nivel que considero es bueno.
Este año volviste a ser elegido por Pacaembú en el draft, se metieron en semifinales y allí eliminaron a Anastasia –que era candidato– en una serie tremenda. ¿Para qué ves al equipo?
Por suerte fue así, el equipo está bien, confiado y motivado y con el objetivo de salir campeón.
Ya terminaste tu etapa juvenil, ¿cuáles son tus próximos objetivos en el básquetbol?
Mi idea sería poder jugar el Metro este año, sumar minutos y experiencia y con el tiempo seguir creciendo para poder aspirar a más, como es el caso de la Liga Uruguaya.
Cambiando un poco de área, ¿cómo has ido conciliando el básquetbol con los estudios?
Bastante bien, el primer año le dediqué mucho al básquet y me costó un poco en los estudios, pero el año pasado ya pude mejorar en el manejo de los tiempos. Salvé todo lo que di, estoy cursando Facultad de Economía y ya tengo primer año y la mitad del segundo aprobados.
¿Quiénes son tus referentes en el básquetbol?
Mi abuelo y mi tío que jugaron, que siempre están cerca de mí. Aparte un gran referente por lo que es como jugador y por haberse iniciado en el mismo club que yo es “Panchi” Barrera.
Venís de una familia marcada con el básquet, ¿qué te ha transmitido?
Tengo mucho orgullo de lo que pudieron hacer, tanto mi abuelo que fue olímpico como mi tío que jugó en la Selección. Siempre trato de pedirles consejos para seguir mejorando.