En Promesas, presentamos al fraybentino Emiliano Serres, uno de los jugadores de mayor proyección en la actualidad, quien busca su lugar en el primer equipo de Malvín

Nombre:             Emiliano Serres
Apodo:                “Emito”
Edad:                    19 años
Puesto:                Alero
Altura:                 2.04
Club:                     Malvín

¿Cómo arrancaste a jugar al básquetbol?

Mi padre jugó, pero desde grande, empezó a los 18.  Y a mí siempre me dijo que tenía que arrancar temprano si quería ser bueno. A los 6 años me fui a probar a Anastasia, porque mis amigos jugaban ahí, pero no me gustó. A los 8 años fui a CAJU y estuve hasta los 11, que el club dejó de tener básquetbol. Ahí estuve uno o dos años parado, hasta que fui a Nacional de Fray Bentos.

¿Cómo se dio la decisión de venirte a Malvín?

Me citaron a una Preselección de la generación 96, que dirigía Luis Pierri.  Entrené dos semanas y después de eso varios cuadros me hablaron para venirme. Costó la decisión, lo hablamos mucho en la familia, pero nos decidimos por Malvín, porque fue el que más me gustó y me ofreció mejores condiciones para venirme.

¿Cómo fue el proceso de adaptación para venir a Montevideo?

Estuve un año viajando primero, venía los viernes para entrenar, y me quedaba en la casa de Juan Pablo Serdio hasta el partido del domingo. A veces si jugábamos entre semana también venía.

¿Qué entrenadores tuviste en Formativas que te hayan marcado?

El que más me marcó fue Francisco Garciarena, en Nacional de Fray Bentos. Yo era gordito, medía 1.80 y él me empezó a entrenar “a muerte”.  Entrenábamos siempre, corríamos mucho.  Terminaba siempre agotado, pero rindió.

¿Cómo te definís en cuanto a puesto?

Soy un alero, que está tratando de ser escolta.

¿Cuáles dirías que son tus características como jugador?

Me defino como un jugador de buen tiro perimetral, inteligente en ataque, que sabe dónde posicionarse, y que tiene que mejorar mucho la defensa.

Contabas antes que estuviste en una Preselección U18, dando un año de ventaja, ¿qué te sumó eso?

Estuvo muy bueno, eran muy buenos jugadores y yo estaba acostumbrado a jugar en Mercedes, donde había buenos jugadores pero no tantos.  Estos eran los mejores de Uruguay.

¿A qué edad empezaste a entrenar con mayores y cómo fue?

En Fray Bentos, a los 14 o 15 años.  El juego no tenía nada que ver, era mucho más intenso, y yo tenía un rol muy secundario en el equipo, al igual que cuando empecé en el primero de Malvín.  Ahora estoy tomando un poco más de protagonismo.

Viniste a Malvín con 16 años, ¿notaste mucha diferencia en la forma de jugar con respecto a Nacional?

Sí, era un juego más sistemático. Allá teníamos alguna jugada, pero era más que nada cinco abiertos o cuatro abiertos y uno adentro. Acá se nota la diferencia en que hay más jugadas, hay más orden, más tiro exterior, más penetración. Allá el juego era más improvisado.

Cuando empezaste con el primero de Malvín, ¿ya estabas adaptado o fue diferente?

No fue tanta como en Nacional, el ya haber jugado con hombres me sirvió.  Obviamente que acá hay jugadores de muchísimo nivel.

¿Cómo te ha resultado trabajar con un entrenador como Pablo López?

Me ha servido muchísimo. Técnicamente, más que nada. Es un entrenador que da siempre para adelante, sabes que tenés siempre su apoyo. La técnica individual y la defensa la entrenamos todos los días, así que eso no le falta a ningún jugador que trabaje con él.

¿Te acordas cómo fue tu debut en Malvín?

Con Larre Borges en su cancha, íbamos ganando y entré quedando un minuto y algo.  La primera que tuve la tiré de tres, y erré por poco, y después tiré un doble también.

Este año estuviste en la Selección U24, e incluso entrenaste con la Mayor antes que viajaran.  ¿Cómo fueron esas experiencias?

No me lo esperaba, la verdad. Me sorprendió estar citado en el Sub 23, y más todavía quedar para entrenar con la Mayor. Me pareció algo excepcional, estar con jugadores de primer nivel, que te hacen sentir uno más. Es una experiencia hermosa.

En medio de eso, jugaste el Torneo Nacional Sub 23 con Malvín con mucho protagonismo, y salieron campeones…

Tampoco esperaba ese protagonismo, pero se fue dando con el Torneo.  Los grandes no eran tantos y los chicos tuvimos que asumir, como también lo hicieron Thimoty (Wendell) y “Gonchi” (Díaz).  Me sumó bastante para la primera, me dio confianza saber que puedo jugar con jugadores de ese nivel.

Estamos a una semana de empezar la LUB, has jugado mucho en los amistosos, pero Malvín terminó armando un plantel muy fuerte, ¿cuál crees que puede ser tu lugar en el equipo?

Apunto a crecer y ganar minutos, entrar a “matarme” defendiendo y tomar el tiro que me quede.  Me gustaría tener un poco más de protagonismo, tratar de hacer las cosas bien, y que se vayan dando las cosas de buena forma para Malvín.

¿Cuáles son tus objetivos personales hoy en día?

Este año me propuse mejorar la defensa, el físico y el ataque en 1x1.  Son las cosas que más me faltan, obviamente todo se puede mejorar, pero eso es lo principal.

Cambiando un poco de tema, ¿cómo te resultó conciliar los estudios con el deporte?

Con el doble horario, es complicado. El año pasado dejé un poco de lado el estudio, me tuve que adaptar a vivir solo y hacer cosas en casa, pero este año volví.  Como había hecho bachillerato de ingeniería, estoy haciendo un curso de economía, que me va a servir para arrancar Facultad de Economía el año próximo.

Para cerrar, ¿tenés algún referente en el básquetbol?

Desde chico siempre me gustó Kevin Durant. Creo que es físicamente similar a mí, flaco y alto, y también juega abierto.