Australia con tres minutos finales mágicos venció 95-80 a Serbia haciendo holgada una victoria de trámite parejo.

La segunda jornada del grupo A arrancó con el disfrute del partido que, en los papeles previos, era el más lindo del día. Australia y Serbia no defraudaron, regalaron emociones en encuentro que tuvo de todo, desde gran nivel técnico hasta el famoso "ringui ranga" que conocemos en Uruguay.

El primer tiempo fue parejo, con fue de leve superioridad para los oceánicos en el cuarto inicial. La dupla Mills-Dellavedova rayó a alto nivel, mientras que Bogut, a pesar de jugar de interno, fue clave en el ritmo de juego y en la creación de asistencias para sus compañeros. El ex pivot de Golden State Warriors fue el más regular de su equipo en los 20 minutos iniciales. Serbia gozó de un Raduljica imponente, con 19 puntos en la primera mitad. Guapo, aguerrido, quizás algo tosco, pero efectivo, no perdió nunca en la zona pintada, fue imparable. Un cierre fantástico de Teodosic le permitió a los europeos irse 43-40 arriba al descanso largo.

En el tercer cuarto continuó el predominio de Serbia dentro de un trámite que fue parejo, llegó a sacar hasta 7 puntos. Un enorme cierre de Dellavedova sirvió para que la paridad también reinara en el score, 63-62 de cara al último cuarto los de Djordjevic.

El período final comenzó con Australia prolongando la buena racha y pasando a comandar el marcador con distancias cortas. Aaros Baynes en todo su esplendor, un triple del capitán Andersen y lo que hacia el acrobático Mills mantenían a los oceánicos en mandato. Serbia con paridad en sus anotadores se mantuvo en juego.
Faltando poco más de un minuto, una bomba de Ingles, sumado a un gol rápido de Mills liquidaron las acciones. El envión australiano y la desesperación de los serbios hizo que el final fuera más amplió de lo que mostró el trámite, 95-80.

Australia sumó así su segundo triunfo y quedó prácticamente clasificado a la siguiente fase.