Luego de terminado el sudamericano femenino disputado en Barquisimeto, Venezuela y en el que nuestra selección fue eliminada en fase de grupos, Básquet Total habló con Camila Panetta, Sabina Bello y Victoria Pereyra quienes nos contaron como vivieron el torneo y, además, dieron su visión del basquetbol femenino en el país.
“Hemos crecido mucho en cada torneo. Este año veníamos con la ilusión de ganar un partido de la serie. Lo tuvimos muy cerca en el partido con Paraguay pero no pudimos lograrlo. Esto es algo que nos pone muy tristes porque era un sueño y estuvimos a un minuto de cumplirlo. Haber ganado ese partido hubiera sido histórico. Para nosotros fue un partido muy importante, dejamos todo” afirmó Sabina hablando del sudamericano, específicamente sobre el partido con Paraguay, en el que Uruguay estuvo al frente hasta muy poco antes del final. Pese a esto, en las últimas posesiones las albirrojas cerraron mejor el encuentro y se llevaron el punto. Victoria analizó la clave de este cotejo: “No se dio, lo tuvimos ganado por decirlo de una forma y no lo supimos cerrar. Creo que fue una inexperiencia nuestra. Influyó mucho también la competencia que tenemos acá en Uruguay porque nunca se juega un partido así de cerrado y tanto a tanto sobre el final”.
Según las chicas, y a simple vista, la llegada de Alejandro Alvarez como técnico, marcó un cambio grande en la selección. Camila Panetta reconoció que los partidos bien planteados fueron mérito de él: “El técnico hizo buenos planteos que no cualquiera hace. Él se quedaba hasta tarde y se levantaba temprano para hacer los partidos de la mejor manera”. Victoria también habló un poco en cuanto al Gallego: “El cambio de entrenador y que él venía con otra cabeza, de dirigir masculino y nunca al femenino, nos cambió el chip de como jugábamos y se notó que hubo un cambio en la estructura y la verdad a mí me encantó, como jugadora me gustó mucho. Nos sentíamos cómodas jugando al básquet, y eso sirvió, estábamos todas unidas, el grupo estaba muy unido, motivándonos constantemente, las que estaban en el banco, animando todo el tiempo, las que estaban adentro todo el tiempo dándonos para adelante y eso es muy importante en un equipo y lo pudimos hacer y nos sirvió mucho para salir adelante”.
Uruguay debutó perdiendo por gran diferencia ante Brasil, luego hizo dos muy buenos partidos ante Paraguay y Chile y cerró ante Colombia, perdiendo abultadamente. Más allá de los números, las chicas hicieron muy buen papel, tomando en cuenta el nivel nacional comparado con el de Sudamérica. Nuestras seleccionadas también se tomaron el tiempo para hablar en cuanto a esta abrupta diferencia de nivel con otros países.
Sabina Bello fue muy crítica, pero a la vez realista en cuanto a lo que pasa en nuestro país: “El problema no radica en como trabajamos en el básquet femenino sino en la poca gente que hay haciéndolo. Mientras en otros países existen cientos de clubes, con cientos de entrenadores y miles de niñas practicando el deporte, en Uruguay solo hay pocos clubes formando jugadoras y algunas ciudades del interior. Entonces por más cosas que se hagan, es difícil competir con países donde el basquetbol está tan masificado. El principal tema es ese. Es una tarea muy difícil, hay trabas en muchos lados. Desde los dirigentes de los clubes, que si bien hay cada vez más apoyando, la mayoría considera que el basquetbol femenino es un estorbo y solo quita espacio de cancha para el masculino. También hay trabas en la población en general. Conozco muchos basquetbolistas que a sus hijas nenas prefieren elegirles otro deporte `más femeninos´. Entonces si un basquetbolista o entrenador, que luego de vivir una carrera del deporte, que debe ser de las cosas lindas de su vida, le quita ese derecho a su hija, que podemos esperar de gente que ignora el tema. Considero que el cambio está ahí, en permitir y además promover e incentivar a cualquier niña la posibilidad de soñar con llegar lejos”.
Victoria Pereyra, quien ahora juega en Goes, analizó también que el no poder vivir del basquetbol, no cobrar y tener que trabajar y/o estudiar para sustentarse dificulta mucho el profesionalismo del deporte a nivel femenino. Tampoco permite entrenar de una buena manera, tomando en cuenta que cuando pueden es en la noche, luego de sus tareas y además, algunos clubes tienen un solo entrenador para muchas jugadoras, o a veces no cuentan con preparador físico. Terminando sobre el tema, habló en cuanto a lo económico y la ayuda que se debería recibir: “Sería bueno tener más partidos exigentes, poder invitar equipos del exterior a competir con nosotras y subir el nivel. Hay mucha cosa para hacer, pero se necesita dinero para todo eso, es complicado conseguir sponsor para los equipos. Nosotras acá estuvimos buscando por todos lados y se nos ha hecho difícil. La publicidad que podemos tener es por internet o por la radio, pero nunca en la tele. Y si nosotras pudiéramos salir en la tele, seria todo más fácil, En un informativo igual. Ojalá que todos los equipos que tengan mayores masculino, lo tengan también femenino, o ser partido preliminar de liga, que el femenino se muestre”, sentenció. Victoria jugó en Brasil, Chile, Francia y solo dos meses en Argentina, pero es más conocida por su pasaje por Obras Sanitarias, por toda la difusión que se le da al básquet femenino en la vecina orilla.
Sabina Bello hoy se encuentra jugando por el club Mexcaltecas en la liga profesional de México, y desde afuera puede notar mejor las diferencias de Uruguay con ese país, tanto puntos altos como bajos: “Estando en México he aprendido a valorar las cosas buenas de Uruguay, y a entender otras en las que estamos lejos. En México no hay estructuras sólidas, no hay clubes, no existe el minibásquetbol. Los niños y niñas juegan en las escuelas, secundaria y luego ligas universitarias. Conozco algunas escuelitas o centros de formación donde los entrenadores son un padre o una madre. Creo que Uruguay está muy bien en ese sentido. El problema es que toda esa estructura funciona injustamente solo para los niños y no así para las niñas".
Camila Panetta con tan solo 15 años debutó con la selección mayor, entrando contra Brasil. Nos contó cómo se sintió, como comenzó a jugar básquet y además, dejó un consejo e invitación a todas las niñas, jóvenes y mujeres: “La verdad no tenía ni la menor idea de lo que era el basquetbol. Me gustaba el deporte en general, me gustaba cualquier cosa que me hiciera correr. Tenía amigas que venían a Capitol, vine y me empezó a gustar, me hice hincha del cuadro, nací acá y voy a los partidos. La primera vez que entré, contra Brasil, entré bien nerviosa, sabía que iba a ser difícil, no tenía grandes expectativas, al jugar con mujeres de 2.00, 1.90, era imposible hacer algo, no creí que pudiera anotar, pero la verdad que tampoco creía en quedar en la selección. Cuando me lo dijeron me emocioné mucho…"
"A las chicas les diría que se arrimen. Van a hacer más amigas, van a hacer deporte que les va a hacer bien para la salud. Pero para mí lo más importante de todo es que no juego con compañeras de equipo, juego con mis amigas que hice en el equipo. El básquet es algo divertido, no sabes cuándo vas a perder o ganar”, recomendó Panetta.
Sabina Bello también dejó un consejo a todas las chicas: “Les diría que se animen a jugarlo, que es un deporte muy emocionante y completo. Que disfruten cada momento, cada práctica, cada partido, pero sobre todo que se animen a soñar, que se puede llegar muy lejos. El básquet femenino está creciendo en el mundo y las posibilidades son cada vez mayores. Yo soñaba con jugar en la selección, en un momento donde ni siquiera había selección porque Uruguay no participaba de los sudamericanos. Nunca me rendí, siempre quise más, seguir creciendo, y hoy llevo cuatro sudamericanos y tres sudamericanos de clubes.”
Victoria terminó la nota aconsejando a las chicas que quieran practicar el deporte: “Hasta el día de hoy conozco gente que me pregunta ¿Jugas al basquetbol? ¿Existe todavía? Y hace 20 años que juego. Algo hay que hacer para que la gente se entere que sí, existe el basquetbol femenino y es como el futbol femenino también, la mujer cada vez juega más. Lo que les digo a todas las chicas es que se animen, que el básquet no es un deporte solo para hombres, que se animen a ir, a buscar un equipo, que les quede cerca, lejos, que sean hincha o no pero que vayan. Necesitamos más mujeres haciendo básquet, que es mi pasión, y ojalá antes de retirarme puede ver que la liga femenina se juegue con muchos equipos y también a nivel de formativas”.
Hacemos nuestras las palabras de las chicas de la selección. El básquet femenino de a poco está creciendo en nuestro país, y cada vez tiene más lugar en los clubes pero también es verdad que necesita más difusión y apoyo económico. Hay clubes que por los gastos que tienen, no ponen un femenino porque no pueden costear un técnico o tener libre la cancha, estaría bueno que no se queden en eso. El hecho de tener un plantel femenino de básquet, habla de más socios, más hinchas, más movimiento, y además, demuestran al barrio que quieren crecer. Ojalá podamos ver en unos años, que el basquetbol femenino, ha tomado la misma fuerza que hoy tiene el masculino.
Todas las que fueron a Venezuela, todas las jugadoras jugando en nuestro país y sus técnicos, merecen nuestro reconocimiento porque más allá de sus trabajos, estudios o tareas del día a día, a la noche llegan a sus clubes y dejan todo por jugar por su camiseta, con el sueño de llegar a la selección, sin importar que no sea profesional el básquetbol femenino en Uruguay.